Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Aplauso con ambas manos
2014-06-19 | 10:03:15
La esposa de Frankenstein acudió a la consulta
de un terapeuta sexual. Su marido, le
dijo, no tenía ya los arrestos amorosos de
los primeros tiempos. Llegaba a la casa del
trabajo -era actor de cine, con el nombre de
Boris Karloff-; se aplastaba en el sillón de la
sala, frente al televisor; ahí mismo cenaba,
y luego se iba al lecho sin mostrar por ella
ningún interés.
Le aconsejó el especialista que le hiciera
a su esposo una cena romántica: vino; velas;
música insinuativa -I’m in the mood for love;
The way you look tonight; ¿De quén chon?,
etcétera-, y todo a media luz. Seguramente
eso incitaría los rijos eróticos de su indiferente
cónyuge.
Al siguiente día volvió la señora. La cena,
le contó al terapeuta, no dio resultado:
Frankenstein se le había dormido en plena
mesa. “Esta noche -le recomendó el terapeuta-
vista usted un vaporoso negligé, y luzca
bikini negro crotchless, medias de malla
con liguero y zapatos altos de tacón aguja.
Eso excita a cualquier varón que tenga el
alma en su almario”.
Regresó al día siguiente la mujer: también
lo del vaporoso negligé, etcétera, había
sido un fracaso: su marido ni siquiera se
había entibiado. “Entonces, señora -dictaminó
el facultativo-, ya nada puedo hacer
por usted”. Y dio por terminada su actuación.
Pasaron unas semanas, y un buen día
el terapeuta se topó en la calle con la esposa
de Frankestein.
La señora lucía una sonrisa de oreja a
oreja, y más allá. Le dijo ella que finalmente
había logrado que su esposo recuperara
sus antiguos ímpetus de amante. Le contó:
“Una noche de tormenta eléctrica lo saqué
al jardín, y ahí hicimos el amor como locos”.
Inquirió el especialista: “¿Quiere usted
decir que la tempestad inspiró a Frankenstein?”.
“Bueno -confesó la señora-. La
verdad es que le até a su pija una cometa”.
¡Qué barbaridad! ¡Hizo lo que Benjamin
Franklin, que electrificó una llave con su
cometa! ¡Ah ingenio femenino!...
El nietecito del hombre de negocios le
preguntó: “¿Cuántas son 2 más 2?”. Preguntó
a su vez el negociante: “¿Estás comprando
o vendiendo?”...
La diferencia entre el sexo por dinero y
el sexo por amor es que a la larga el sexo por
dinero sale mucho más barato...
Así como digo una cosa digo la otra. Isidro
López Villarreal fue postulado por el
PAN como candidato a alcalde de mi ciudad,
Saltillo. Ganó la elección por amplio margen,
pese a que su antecesor en el cargo, el
priista Jericó Abramo Masso, había sido un
excelente alcalde cuya gestión fue de gran
beneficio para la ciudad.
Entre otras cosas, y enfrentando la oposición
de las mafias del juego, Jericó logró
clausurar todos los casinos que en Saltillo
funcionaban, cuya existencia daba lugar
a males de todo orden y desorden. Isidro,
pese a su falta de experiencia política -es
destacado empresario-, hizo una empeñosa
campaña política en el curso de la cual se
ganó la confianza de los saltillenses, que le
dieron su voto.
Ahora muchos miran en él un buen prospecto
de Acción Nacional como candidato
a gobernador en la próxima elección. Yo
critiqué a López Villarreal porque una de
las primeras cosas que hizo como alcalde
fue ordenar que se pintaran de azul panista
los letreros que con el nombre de Saltillo
están a la entrada de la ciudad en las diversas
carreteras que llegan a ella, los cuales
estaban pintados con un tono de rojo que
nadie identificaba con el PRI.
Vi eso como una acción de propaganda
partidista que se pagaba con fondos públicos.
Poco tiempo después el alcalde me dio
a conocer su intención de hacer pintar esos
letreros con colores alusivos a ocasiones o
eventos de importancia: verde para destacar
la celebración del Día de la Tierra;
color de rosa en ocasión de la campaña para
prevenir el cáncer de mama, y así.
En estos días los letreros aparecen bellamente
pintados con las banderas y colores
de todos los países participantes en la Copa
del Mundo de Futbol. Aindamáis, como antes
se decía para decir “además”, la labor de
pintar así las grandes letras metálicas fue
encomendada a grafiteros y a los llamados
chavos banda, quienes llevaron a cabo un
magnífico trabajo.
Alguien podrá decir que todo esto es cosa
de detalle, pero lo cierto es que evidencia
la buena disposición del alcalde saltillense
para escuchar los señalamientos de la ciudadanía,
a la cual me honro bastante en
pertenecer. Por mi modesta parte le envío
un aplauso de reconocimiento, tributado,
para mayor efecto, con ambas manos. FIN.

MIRADOR
››armando
fuentes aguirre
Tengo a Cézanne en mi cocina.
Sobre la mesa hay un canastillo con las
primeras ciruelas que mi huerto dio.
Nombre de santa tienen esos frutos, tan
rojos que parecen casi negros, tan dulces que
parecen casi miel. Se llaman Santa Rosa, y
están santificados por el sol de Dios y por
nuestro trabajo. Los esperamos todo el año
con esperanza y con temor. Y es que la ciruela
tiene muchos enemigos: el frío del invierno,
que la mata en flor; el viento abrileño, que la
arranca alevosamente de la rama; el granizo
que la destroza; la plaga que la arruina.
A veces, sin embargo, ni todos esos males
juntos pueden contra la fuerza de la vida,
y entonces los árboles se llenan de color y
dulcedumbre. Así sucedió este año. Veo el
huerto y mi corazón se alegra, y es como si en
el pecho llevara un fruto de púrpura y dulzor.
He entrado en la cocina. La primera luz
de la mañana entra junto conmigo y pone
su resplandor en las ciruelas, que ahora
parecen mágicos rubíes. Siento el deseo de
tomar una para comerla -para devorarla-,
pero me contengo: Cézanne está aquí, y se
enojaría conmigo.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
››por afa
“...Memo Ochoa, el héroe”.
Ahora que nos defienda
-le pedimos por favor
al grandioso jugadorcontra
los goles de Hacienda.

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