Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Futból, ¡resignación!
2014-06-12 | 10:17:14
Dijo un joven: “Mi novia se hizo una
operación para agrandarse las bubis. Ya no
podré verla a la cara”...
El hijo de Drácula se consternó al mirar
a su padre todo lacerado, con dos costillas
rotas y el cuerpo lleno de cardenales y magulladuras.
“¿Qué te pasó?” -le preguntó
alarmado. Respondió el vampiro: “¿Ves
esa elevada torre?”. “Sí la veo” -contestó el
vampiro joven. Y dice Drácula: “Yo no la vi”...
Don Chinguetas, el marido de doña Macalota,
fue a la farmacia y pidió una docena
de pastillas de Viagra. Lo interrogó el farmacéutico:
“¿Trae usted receta?”. “No -replicó
don Chinguetas-. Pero traigo una foto de
mi esposa”...
Afrodisio mostraba un ojo negro. Le preguntó
un amigo: “¿Qué te sucedió?”. Respondió
él: “Le estaba quitando el brassiére a una
amiguita”. Inquirió el otro: “¿Y el elástico se
soltó y te golpeó en el ojo?”. “No -contestó
Afrodisio-. Llegó el marido”...
El gran cazador blanco, ya retirado, fue
al zoológico con su mujer. Un elefante lo vio
y se acercó a él, como si lo reconociera. Le
contó el gran cazador a su esposa: “Hace
muchos años me topé en la selva de África
con un elefante que cojeaba. Fui y le saqué
la espina que traía en la pata. Me pregunto
si éste es el mismo elefante. Esos animales
jamás olvidan el bien que se les hizo”. En ese
momento el elefante lo tomó con su poderosa
trompa y empezó a golpearlo contra el suelo.
Le grita el gran cazador blanco a su mujer:
“¡No es el mismo!”...
Un amigo le comentó a Babalucas: “Mi
novia se cae siempre de la bicicleta”. Sugirió
el badulaque: “Quítale el sillín”...
A mí, lo digo con módica tristeza, no me
fue dado el don del futbol. Envidio, también
con envidia moderada, a quienes se apasionan
con el juego que alguien llamó “del hombre”.
Yo, la verdad sea dicha, conozco otro
juego más del hombre -y de la mujer-, que
por lo menos a mí me resulta más placentero
y deleitable.
No desconozco que el futbol es el juego de
mayor popularidad en México y el mundo.
Ningún otro deporte -ni siquiera, ¡ay!, mi
queridísimo beisbol- tiene la penetración
que el soccer tiene. La prueba es que la televisión,
que va al dinero como las moscas a
un panal de rica miel, va al futbol con ansias
tan fruitivas que a veces se apodera de él.
Por eso no estoy de fiesta hoy que comienza
la gran fiesta del futbol. Eso, supongo, me
pone al margen del mundo. Mientras miles
de millones de seres humanos -mis hijos y
mis nietos incluidos- vibran con la Copa,
yo seguiré vibrando con otras distintas vibraciones
que a mí me dan gozo y sosiego.
Veré, sí, uno que otro partido, sobre todo
los finales. Me deleitaré -tampoco soy de
palo- mirando ese ballet maravilloso en que
los grandes equipos convierten a un juego
que por sus violencias en el campo y las tribunas,
y por sus corruptelas afuera, puede
en ocasiones llegar a ser pedestre.
Pero no desayunaré, comeré y cenaré futbol
desde hoy hasta que acabe el campeonato
-¿así se dice?-; ni estaré pegado día y noche
a mi televisor; ni hablaré infinitamente de
los juegos y de las jugadas. Y sin embargo el
mundo seguirá existiendo para mí.
Espero, claro, un buen desempeño de
nuestro equipo, aunque no dejo de compadecer
a los muchachos en cuyos tacos, botines o
tachones -¿se dice así?- se deposita el honor
nacional. (A decir verdad, ya no sé dónde
está depositado).
Me resigno: seré estos días ostra, eremita,
anacoreta aislado de mis congéneres humanos.
Simeón del Desierto será, comparado
conmigo, un boulevardier. Todo esto que
ahora digo lo dije ayer en mesa de amigos.
Oyeron ellos con paciencia mis jeremiadas.
Al final, tras una pausa, uno me preguntó:
“Y ¿a quién le vas?”. Sufro...
El paciente le informó angustiado al
doctor Ken Hosanna: “Traigo una fuerte
infección venérea en mi parte varonil. Un
médico me dijo que tendrá que hacerme una
operación para quitármela”. Tras pedirle que
se desvistiera a fin de revisarlo, y luego de hacer
el correspondiente examen, dictaminó
el facultativo: “No necesita usted ninguna
operación”.
“¿De veras, doctor?” -preguntó el hombre,
esperanzado. “De veras -confirmó el
galeno-. Suba usted a esta silla”. Subió el
paciente. “Ahora salte”. Saltó el tipo, y al hacerlo
la mencionada parte se le desprendió y
cayó al suelo. “¿Ya vio? -le dijo el médico-. No
necesitaba usted ninguna operación”... FIN.

MIRADOR
››armando
fuentes aguirre
Historia de futbol.
La mujer le dijo a su amante:
-Ven esta noche a mi casa. Mi marido
se irá a ver el futbol con sus amigos.
El hombre le dijo a su amante:
-Podré estar contigo. Le dije a mi
esposa que iré a ver el futbol con mis
amigos.
La amante le dijo a su esposo:
-¿Qué haré mientras tú ves el futbol
con tus amigos?
El esposo les dijo a sus amigos:
-Regresaré a mi casa. Me da pena
que mi esposa esté sola mientras yo veo
el futbol con mis amigos.
Cada quien imagine el final de la
historia.
Cualquier final será más interesante
que el final del partido de hoy.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
››por afa
“...Principia hoy la Copa del Mundo...”.
La Copa del Mundo empieza
y la alegría también.
(Ante la tele más bien
va a comenzar la cerveza).

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