Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Peligrosa publicidad
2014-06-13 | 10:25:13
“Tres hombres me violaron -le dijo la mujer
al policía-. Uno es del PRI, otro del PRD y
el tercero del PAN”. Preguntó intrigado el
oficial: “¿Cómo sabe usted que los hombres
pertenecen a esos partidos?”. Explicó ella:
“El del PRI se eternizó ahí. El del PRD entró
y ya no se quería salir. Y el del PAN no lo hizo
nada bien”...
Un delfín le comentó a otro: “Los hombres
son muy inteligentes. Logré entrenar
a uno para que esté en la orilla de la piscina
dándome pescados”...
Un tipo le contó a su amigo: “Mi novia es
vocalista”. Preguntó el primero: “¿Canta en
algún conjunto?”. “No -respondió el tipo-.
Cuando hacemos el amor, al terminar grita
siempre: “¡Ah! ¡Eeeee! ¡Iiiii! ¡Oh! ¡Uuuuu!”...
En el pizarrón del aula apareció una mañana
la siguiente frase: “Pepito es un gran
follador”. La maestra le preguntó al grupo:
“¿Quién escribió eso?”. Pepito se puso en pie:
“Fui yo”.
Sintió ella el impulso de reprenderlo
ahí mismo, pero la delicada naturaleza del
asunto la hizo contenerse, y decidió hablar
en privado con el niño. Le dijo: “Te quedas
al final de clases”. Pepito se vuelve hacia sus
compañeros y les dice con acento de triunfo:
“¿Lo ven? ¡La publicidad funciona!”...
Es cierto: la publicidad es el arte de apendejar
a alguien el tiempo suficiente para que
compre algo. Sin publicidad no hay ventas;
sin ventas no hay empleos; sin empleos no
hay producción, y sin producción no hay
publicidad. Consumismo puro. Vale decir
capitalismo puro.
En otros campos, sin embargo, la excesiva
difusión de algo puede ser un peligroso mal.
Tengo una teoría que de seguro me pondrá
en la picota de la pública opinión.
Escribió Goethe en su Fausto: “Grau,
teurer Freund, ist alle Theorie, / Und grün
des Lebens goldner Baum”. Gris, querido
amigo, es toda teoría, / y verde el árbol dorado
de la vida. Estoy citando de memoria, de
modo que cualquier error deberá atribuirse
a Goethe.
Mi teoría es sobre el ya famoso bullying,
término tan intraducible que hemos acabado
por adoptarlo del inglés tal cual. Pienso
que antes de que empezáramos a usar esa
palabra, “bullying”, no había en las escuelas
tanto bullying.
Siempre ha existido entre los escolares esa
forma de violencia, es cierto, pero tengo la
impresión de que ha aumentado con el uso
de la palabreja y con la difusión que en los
medios de comunicación ha recibido. Las
cosas empiezan a existir sólo desde que tienen
nombre. Quizá ya eran, pero no existían
para la historia humana.
Por eso en el Génesis -ese gran catálogo
de símbolos- el Creador hace que Adán les
ponga nombre a las criaturas, para que empiecen
a existir. Advierto, sin embargo, que
me estoy metiendo en honduras. No digo
que no se hable ya del bullying, pero si no
recibiera tanta publicidad quizá disminuiría
y volvería a ser lo que antes fue, un ejemplo
entre los niños de la pobre condición humana,
y no lo que ahora es: una práctica
continua y cada día creciente que nos hace
ser el país con mayor índice de bullying en
el mundo.
Posiblemente estoy en un error -errar es
uno de mis inveterados hábitos-, pero ruego
a los entendidos pasar mi teoría por el tamiz
de su severa crítica. Si equivocado estoy no
he dicho nada. Mañana aparecerá aquí El
Chiste más Pelado en lo que Va del Año. ¡No
se lo pierdan mis cuatro lectores!...
Narró un tipo: “Mi hermana trabajó con
un mago que hacía el truco de partir a una
mujer con su serrucho. Una noche le falló el
truco. Ahora es mi media hermana”...
“Doctor -dijo Babalucas-. Tengo todas las
enfermedades existentes”. Respondió el médico:
“Es usted hipocondríaco”. “¿También
eso?” -se consternó el badulaque...
La niña le preguntó a su mamá: “¿Por qué
me llamo Hojita?”. Respondió la señora:
“Porque cuando eras pequeña te cayó en
la cabeza una hoja de árbol”. En seguida el
hermano menor de la niñita preguntó: “Y
yo, mami, ¿por qué me llamo Pétalo?”. Le
explicó la mamá: “Porque cuando eras pequeño
te cayó en la cabeza un pétalo de flor”.
Llega el hermano mayor y le pregunta a su
madre: “Mbmb: ¿prghuf kb mmblrr Pfgrd?”.
Contesta la señora: “Ya te lo he dicho muchas
veces, Pared”...
La mujer entró en el consultorio médico
y sin más se quitó la blusa y el brassiére.
“Señora -se asombró el facultativo-, soy
odontólogo, no ginecólogo”. “Ya lo sé -respondió
secamente la mujer-. Vengo a que me
saque la placa dental de mi marido”. (No le
entendí). FIN.

MIRADOR
››armando
fuentes aguirre
La que voy a contar es una historia
de amor.
Quiero decir que es una historia de
locura.
De locura de amor.
Se llamaba Aixa, y era la mujer más
bella de oriente.
Cuando paseaba por la playa las
aguas del mar se oscurecían: tomaban
el color de sus profundos ojos negros.
Cuando hablaba todas las aves del
mundo rompían a cantar. A su paso
florecían los rosales, y las rosas perfumaban
más.
El sultán de Bagdad se prendó de
ella. Aixa le dijo que pasaría una noche
con él si le daba la mitad de su reino.
El sultán, loco de amor, accedió a la
demanda de la hermosa.
-¡Eres un necio! -le dijo después su
madre llena de ira.
-Tienes razón -reconoció, triste, el
sultán-. Debí haberle dado todo mi
reino. Así habría podido pasar dos
noches con ella.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
››por afa
“...Hoy juega México”.
La fecha se llegó ya
-en verdad el tiempo vuela-.
Este día no habrá escuela,
y nadie trabajará.

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