Por Raymundo Jiménez
Columna: Al Pie de la Letra
El turno de Sara
2013-09-02 | 09:54:59
A sus 49 años de edad, la antropóloga xalapeña Sara Deifilia Ladrón de Guevara González está por hacer historia como la primera mujer rectora de la Universidad Veracruzana (UV), cargo que asumirá oficialmente el mediodía de este lunes 2 ante el pleno del Consejo Universitario General en el vestíbulo de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) del campus Xalapa.
La Maestra en Arqueología e Historia del Arte por la Universidad de París I La Sorbona y Doctora en Antropología por la UNAM llega al más alto puesto directivo de la UV en la plenitud de su vida y en el mejor momento de su trayectoria profesional, pues el sexenio antepasado ya tuvo la oportunidad de ocupar la Secretaría Académica, lo que le permitió acceder y conocer a fondo las entrañas de la máxima casa de estudios.
Sara, pues, está llamada a hacer historia como primera rectora de la Universidad Veracruzana no sólo de manera ramplona por mera cuestión de género sino por incentivar acciones de superación y de excelencia académica que en el corto plazo lleven a ubicar a la UV por lo menos entre las diez mejores universidades públicas del país.
De lo que mejor funciona y se hizo bien en la UV durante los últimos nueve años ya dio cuenta el rector saliente Raúl Arias Lovillo en su informe final rendido de manera accidentada ante el Consejo Universitario General el pasado viernes 23 de agosto.
Sin embargo, aún subsisten retos difíciles de superar que a partir de ahora corresponderá enfrentar y resolver a la nueva administración que encabezará la antropóloga Ladrón de Guevara, quien para intentar cumplir exitosamente con dicha encomienda recibió de inmediato el manifiesto apoyo del gobernador Javier Duarte de Ochoa, el cual precisó que la colaboración de su régimen se dará con absoluto respeto a la autonomía universitaria, tal como lo ha hecho hasta el momento.
Sara sabe, mejor que nadie, que se ha sacado la llamada “rifa del tigre”, pues precisamente en este proceso de sucesión rectoral ella y los otros nueve aspirantes que en total buscaban relevar inicialmente al doctor Arias Lovillo expusieron en sus trabajos académicos de análisis las debilidades y las fortalezas de la UV, la necesidad de impulsar mayores cambios y reformas que modernicen y hagan realmente competitiva en la globalidad académica a esta institución pública de educación superior.
En sus diagnósticos, todos echaron mano de la crítica y de la autocrítica, de la denuncia y del reclamo, pero también propusieron proyectos y propuestas.
Por ejemplo, respecto al nivel académico de la Universidad Veracruzana, el exrector Víctor Arredondo afirmó que “se debe reconocer que el énfasis en el crecimiento de la matrícula y en la nueva oferta no repercutió favorablemente en sus indicadores de desempeño escolar: el índice promedio de eficiencia terminal en la UV muestra una tendencia lineal a la baja (actualmente es sólo del 40%, 30 puntos abajo del promedio nacional). A lo anterior se agrega que el 30% de los alumnos del Área de Formación Básica del MEIF, se encuentra en situación de riesgo académico porque se han reinscrito en su segunda, tercera y última oportunidad, al no aprobar sus asignaturas correspondientes”.
Por su parte, Manlio Fabio Cazarín León, director de la Facultad de Derecho, en una posición más comprometida con la necesidad de que esta casa de estudios eleve su calidad académica y retome su categoría de Universidad pública, afirmó sin ambages: “Se cuenta con una oferta educativa tradicional, que ha crecido en forma marginal en los últimos años; la calidad educativa exigida por los indicadores nacionales e internacionales resulta insuficiente (falta de acreditar alrededor del 10% de los PE); la diversidad de problemas generados a partir de la implementación del Modelo Educativo Integral y Flexible; la UV no pertenece a CUMEX (Consorcio de Universidades Mexicanas de Excelencia).
Cazarín apuntaba también que aún existen programas educativos en donde los profesores no cuentan con perfil académico; que se tienen proyectos educativos con resultados limitados o no implementados -como la Universidad Veracruzana virtual, proyecto aula, sistema de educación multimodal-; aludía al envejecimiento de la planta académica; a que varios investigadores adolecen de baja o nula producción científica, y a la concentración de licenciaturas y posgrados en Xalapa, por lo que el joven abogado proponía ampliar la oferta educativa para atender el bono demográfico; diversificar las opciones de formación profesional (nuevas licenciaturas, especialidades, maestrías y doctorados); fortalecer el proceso de enseñanza-aprendizaje a partir de la certificación de competencias laborales; el desarrollo de la educación universitaria virtual, a distancia y televisión educativa universitaria, y fórmulas nuevas para la atención de los estudiantes.
El doctor Porfirio Carrillo Castilla, secretario Académico durante el segundo periodo del rector Arias Lovillo, en su escrito como aspirante a la Rectoría proponía “impulsar efectivos procesos de formación de profesores, más conocedores de los contenidos de sus respectivas materias, actualizados y capacitados para identificar y transmitir el conocimiento relevante, dotados de habilidades en el manejo de las tecnologías, aptos para desenvolverse en otros idiomas y a participar en el quehacer interdisciplinario”.
Carrillo exponía que “la superación académica de nuestros profesores pasa por el fortalecimiento de los cuerpos núcleos académicos. La Universidad debe planear el retiro y la renovación de su planta académica; para ello, son indispensables tanto un programa estratégico para promover el ingreso y la permanencia en PROMEP, SNI, SNC, así como uno relacionado con la formación de nuevos académicos”.
Por su parte, el doctor Sergio Natán González Rocha refirió que la UV, en 2012, se ubicó en el sitio número 20 de 50 universidades de México, y que durante 2013, en el nivel latinoamericano, se posicionó en el lugar 126 de 300 instituciones universitarias, “bajo estándares de calidad que son evaluados por criterios como la reputación académica, la reputación por sus empleadores, el número de estudiantes, producción académica y el impacto de su sitio web (...)”.
Y la doctora Ladrón de Guevara manifestaba que la UV “ha obtenido también importantes reconocimientos en diversas áreas del conocimiento. Sin embargo, la Universidad no se ha consolidado en sus funciones sustantivas. El lugar que ocupa por su tamaño no corresponde al rango que debería de tener entre las universidades del país (...) Si bien los indicadores de gestión universitaria han mejorado considerablemente, a menudo se trabaja para alcanzar las metas numéricas en estos indicadores y no en la búsqueda de la calidad total en la vida académica. Los indicadores se convierten entonces en un elemento de simulación más, es decir, la concepción tecnocrática impera sobre la vida académica en cada dependencia. La sociedad también cuestiona a nuestra universidad. La oferta de espacios no cubre la demanda de Educación Superior en nuestro estado”.
Pero a partir de ahora la exdirectora del Museo de Antropología de Xalapa tendrá en sus manos la oportunidad de hacer crecer la matrícula y oferta educativa y mejorar la calidad académica de la Universidad Veracruzana. En cuatro años veremos qué tanto pudo hacer y si vale la pena que en 2017 prorrogue un cuatrienio más su rectorado. De ella dependerá, en buena parte, que se le recuerde sólo como la “primera rectora” de la UV o que deveras haga historia por alcanzar la excelencia universitaria y posicionando a nuestra máxima casa de estudios al menos entre las diez principales del país, lo que sus últimos antecesores intentaron pero lamentablemente no pudieron conseguir.

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