Por Raymundo Jiménez
Columna: Al Pie de la Letra
Operación limpieza
2013-08-12 | 22:28:29
A menos de cuatro meses de iniciar la segunda mitad de su sexenio, el gobernador Javier Duarte de Ochoa ha decidido sacudir, limpiar y reestructurar a su gabinete para hacer, obviamente, más eficaz a su administración.
Con los primeros cambios concretados ayer en las titularidades de las secretarías de Gobierno (Segob), de Finanzas y Planeación (Sefiplan), de Desarrollo Social (Sedesol), y de Comunicaciones (Secom) –que próximamente se convertirá en la súper Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas, en cuanto la LXII Legislatura del estado apruebe la iniciativa de reforma a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo enviada la semana anterior por el mandatario veracruzano–, el gobernador Duarte no solo busca recomponer su gabinete con operadores políticos, probadamente leales, y que en el reciente proceso electoral local le dieron excelentes resultados, sino que además pretende consumar una reingeniería administrativa para cerrar a tambor batiente su régimen con más y mejores obras de infraestructura para el desarrollo de la entidad, que contribuyan a reducir los índices de pobreza.
Eso explica que el gobernador haya movido a Erick Lagos Hernández de la presidencia del CDE del PRI para colocarlo en la Secretaría de Gobierno, donde ya despachó como subsecretario durante el primer año de esta administración. Por ende, Lagos tendrá una gran cercanía con los próximos diputados locales y alcaldes priístas que en noviembre próximo y en enero de 2014 habrán de tomar posesión. También con algunos legisladores y decenas de ediles de la oposición, varios de ellos militantes del tricolor que estaban muy bien posicionados en las preferencias electorales, pero que de última hora tuvieron que ser postulados por diferentes partidos para ceder su lugar a otros candidatos, bien para cumplir acuerdos con grupos de poder o por la obligada cuota de género que exige la ley electoral.
El nuevo titular de la Segob trae además una buena relación con la mayoría de las dirigencias partidistas en el estado, entre ellas las llamadas facciones “rojas” que en el proceso electoral del 7 de julio impidieron la alianza entre el PAN y PRD, además de que en el partido blanquiazul maniobraron para obstruir el acceso de Miguel Ángel Yunes Linares al Congreso local por la vía plurinominal.
Fernando Charleston Hernández retorna a la Sefiplan, donde ya fue también subsecretario de Planeación al inicio del sexenio. Amigo cercanísimo del matrimonio Duarte-Macías, el representante popular del distrito de Coatepec dejó el Palacio de San Lázaro para venir a ocupar el lugar que ya le había sido entregado a otro brother del gobernador: el exalcalde de Boca del Río, Salvador Manzur Díaz, quien cual tuvo que renunciar en mayo de este año a esa secretaría de despacho, a causa del videoescándalo detonado en abril por Yunes Linares y la dirigencia nacional del PAN, que tambaleó el Pacto por México.
Charleston apenas estaba por cumplir un año en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, donde presidía la envidiable Comisión de Desarrollo Social. Se supone que esa posición y ese lapso fueron bien aprovechados por el legislador duartista para relacionarse con algunos colaboradores del presidente Enrique Peña Nieto que ahora le pudieran ayudar en su función de operador financiero del gobierno estatal.
Alberto Silva Ramos dejó anticipadamente la presidencia municipal de Tuxpan, desde la cual realizó una extraordinaria labor política y social. En lo administrativo solo le cuestionan la abultada deuda pública que acumuló. Sin embargo, por la magnitud de la obra entregada nadie duda de la aplicación del recurso. La aprobación del pueblo tuxpeño se reflejó en la apabullante votación a favor de los candidatos priístas a la diputación y alcaldía. Precisamente por el trabajo realizado en ese importante puerto del norte, Silva llega a la Secretaría de Desarrollo Social que está por ser desmantelada, pues la Dirección de Obras Públicas y la Comisión de Agua del Estado de Veracruz serán adscritas y sectorizadas a la súper Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas que encabezará el ex secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, quien momentáneamente asumió ayer la titularidad de la Secom, en reemplazo del ingeniero Francisco Valencia, el cual pasó a dirigir la CAEV en lugar de Pedro Montalvo.
Ello, sin embargo, parece no desanimar ni disminuir el rebosante optimismo del alcalde porteño con licencia, quien en Tuxpan demostró que con inteligencia y oficio político se puede hacer más con menos y hasta a moverse en espacios de poder acotados, como en el cubículo de 4 metros cuadrados que del año 2000 al 2003 compartió en el Senado de la República al lado de Javier Duarte, Erick Lagos, Jorge Carvallo y Salvador Manzur.
Pero Silva, según parece, no viene a exigir pago de facturas sino a sumar sus activos al duartismo, de cuya consolidación dependerá que en 2016 se prorrogue un sexenio más el proyecto generacional que actualmente lidera el gobernador priista, razón por la cual el jefe del Ejecutivo estatal ha resuelto con gran astucia los primeros reacomodos y ajustes en cuatro secretarías claves de su gabinete. Pronto vendrán más.
Así, pues, el empoderamiento de Gerardo Buganza no es casual. El expanista sale de la Segob –que después del gobernador es jerárquicamente la segunda posición en el organigrama gubernamental–, pero para ocupar la súper Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas que Duarte de Ochoa se propuso crear con el objetivo de mejorar los procesos y tiempos en la construcción de obras sociales, priorizando la concreción de proyectos con una visión integral que generen mayores beneficios sociales.
Según ha proyectado Duarte, la nueva dependencia que encabezará Buganza se hará cargo de todas las obras de infraestructura que actualmente realizan de manera dispersa las otras secretarías de despacho y organismos públicos descentralizados. “La construcción de vías de comunicación, puentes y caminos, espacios educativos, infraestructura hospitalaria, hidráulica y agropecuaria no puede pensarse en forma aislada, sino que debe redefinirse como una política pública coherente, eficaz, planificadora y sujeta a principios de economía y de estricto control, evaluación y comprobación de criterios de calidad para asegurar el capital físico de nuestra entidad, que pertenece a todos los veracruzanos”, consigna el gobernador Duarte en su iniciativa enviada el pasado viernes al Congreso del estado para reformar, derogar y adicionar diversas disposiciones de la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo.
Con esta actualización acorde a la nueva Ley de Obras Públicas, el mandatario estatal intenta continuar con la estrategia modernizadora de la administración pública en Veracruz, pues en su exposición de motivos refiere que resulta necesaria una planeación verdaderamente coordinada entre los organismos descentralizados que se encargan de la ejecución de obra pública, así como optimizar el manejo de los recursos financieros para su construcción.
“Los organismos descentralizados que se avocan a esta tarea se encuentran sectorizados en diferentes dependencias, resulta prioritario evitar la atomización de los esfuerzos de la administración pública en este campo estratégico”, establece el titular del Ejecutivo, quien reitera que su administración sostiene como premisa fundamental la necesidad de reformar, modernizar y hacer más eficiente la estructura de la administración pública, una determinación que, a través de decretos administrativos, ha compactado y unificado diversas áreas que antes se encontraban dispersas en la estructura orgánica.
Y, para Duarte, el candidato ideal para encabezar esta nueva súper secretaría es Buganza Salmerón, un empresario y expanista afamado por su rectitud y honestidad, el cual, desde que asumió la titularidad de la Segob, dijo que su único interés era servir con lealtad y buenos resultados al gobernador y a los veracruzanos porque ya no aspira a la gubernatura del estado, candidatura que obtuvo en 2004 y que luego buscó infructuosamente en 2010.
Por eso el mandatario estatal ha decidido delegarle al exsecretario de Gobierno un gran poder concentrando en sus manos la licitación y asignación de todos los proyectos de construcción del estado los próximos tres años, lo que podría multiplicar el volumen y mejorar la calidad de la obra pública si deveras Buganza se aplica para erradicar los vicios y corruptelas que tradicionalmente se han dado en ese ámbito gubernamental con el cobro ilícito y discrecional de un porcentaje fijado a contratistas según el monto de la inversión.
El gobernador Duarte parece dispuesto a llevar a cabo la operación limpieza en el segundo tramo de su administración. Encargar a Buganza esta nueva súper secretaría así como el anunciado cese de Iván López Fernández de la Contraloría General del Estado –que será sustituido esta misma semana por el exauditor general del Orfis, Mauricio Audirac Murillo– son, indudablemente, buenas señales.

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