Por Raymundo Jiménez
Columna: Al Pie de la Letra
El mesías veracruzano
2013-07-26 | 09:56:35
Rabioso porque no podrá acceder por la vía plurinominal a la Cámara de Diputados en la próxima Legislatura del estado, ya que de acuerdo con el cómputo oficial al PAN sólo le corresponderán seis diputaciones de Representación Proporcional, Miguel Ángel Yunes Linares declaró que el gobernador Javier Duarte “puede quedarse con las 50 curules del Congreso, lo que nunca podrá tener es mi silencio”.
Pero el gobernador Duarte de Ochoa, quien es militante del PRI, no votó en el proceso interno de Acción Nacional en el que los líderes locales del panismo tradicional que han sido agraviados, excluidos, amenazados, traicionados y golpeados mediática y políticamente por Yunes Linares se confabularon para relegar al fracasado aspirante a la gubernatura hasta la octava posición de la lista de sus candidatos plurinominales.
Sin embargo, ardido en su propia hoguera de vanidades, el expriísta salió a vociferar que no necesita ser diputado para luchar por “una verdadera vida democrática, donde la libre expresión sea una realidad, donde el gobierno no aplaste la voluntad ciudadana, donde los recursos públicos dejen de dilapidarse, donde no exista impunidad”, y pontificó que “mi voz estará con la de muchísimos veracruzanos que exigen un cambio de fondo en el ejercicio del gobierno o la salida de Duarte y su pandilla”, lo que, dijo, “haré con mayor intensidad los próximos meses y años”, o sea, hasta la sucesión gubernamental de 2016 en la que pretende contender otra vez como candidato.
Eso parece explicar su rabieta, pues Yunes Linares planeaba encabezar la lista plurinominal del PAN para construir desde el Congreso local en los siguientes tres años su candidatura al gobierno de la entidad.
Sin embargo, en su desbocado mesianismo, el exdirector del ISSSTE cree ser el único aspirante del PAN que merece encabezar a los cientos de miles de veracruzanos inconformes con la situación actual del estado, como si en Acción Nacional no hubiera otros prospectos a la gubernatura capaces y realmente honestos con pleno derecho de recibir esta misma oportunidad.
En la sucesión estatal de 2010, Yunes Linares fue impuesto como candidato a la gubernatura por un dedazo del presidente Felipe Calderón, quien le creyó al neopanista de Soledad de Doblado todas las calumnias que vertió en contra del exsenador Gerardo Buganza Salmerón, para excluirlo de la candidatura.
Buganza, a la sazón diputado federal del PAN, era internamente el único contendiente a vencer por Yunes, ya que en la sucesión de 2004 el empresario cordobés había “perdido” oficialmente la elección ante el priista Fidel Herrera Beltrán, por un apretado margen de 25 mil votos.
Sin embargo, prejuiciado por los informes dolosos de Yunes, en una audiencia privada en la residencia oficial de Los Pinos, el presidente Calderón rechazó la petición de Buganza de que esta candidatura de su partido se decidiera democráticamente en una elección interna.
El 20 de enero de 2010, en la celebración de los 50 años de la fundación del ISSSTE, entre sonoras carcajadas, Calderón hundió el rostro de Yunes en el pastel con velitas blancas y azules. Era la señal de que el funcionario era su precandidato preferido para derrotar al gobernador priísta Fidel Herrera, a quien ambos odian.
Por ello a Calderón no le importó que por esas fechas se confirmara el megafraude en Fovissste sobre 4 mil 500 créditos hipotecarios irregulares por 570 millones de pesos; tampoco el escándalo en Turissste por la adjudicación directa de 14 contratos por 447 millones de pesos para la organización de los actos del bicentenario, ni el despido e inhabilitación del titular de Finanzas por haber contratado a una empresa con 23 millones de pesos para realizar un censo de recursos humanos innecesario. Ni que la última licitación de Yunes hubiese terminado en el mayor desabasto en la historia del ISSSTE.
Jesús Villalobos López, su cómplice al que heredó la dirección del instituto, todavía firmó un convenio con la Fundación Lilly y Roche de México para frenar la epidemia de diabetes. Pero poco antes se había escuchado la queja de más de 500 pequeñas y medianas empresas –que durante 10 años surtieron al ISSSTE de reactivos, insumos para los laboratorios clínicos y bancos de sangre– porque en la nueva licitación nacional mixta, sólo seis obtendrían los contratos multianuales hasta por 4 mil millones de pesos anuales.
En febrero de 2009, Yunes firmó el mayor contrato de asignación para el suministro de medicamentos en la historia del Gobierno Federal: 3 mil 220 millones de pesos, equivalente al total del pasivo laboral del ISSSTE como patrón: 3 mil 631 millones de pesos.
Durante el resto del sexenio, Fármacos quedaría a cargo de toda la administración y operación de la cadena de suministro de medicamentos y materiales de curación para las 794 unidades del ISSSTE a nivel nacional. Debería entregar hasta mil 300 millones de piezas. El nuevo sistema implicaba una transformación radical del esquema de operación anterior, ya que establecería el Centro Nacional de Distribución (Cenadi) a no más de 40 kilómetros del Zócalo capitalino, en un inmueble de al menos 20 mil metros cuadrados y concentraría las entregas de sus proveedores. En el sitio, funcionarios del instituto harían el control de calidad de los productos que Fármacos debería entregar, posteriormente, en todo el país. El ISSSTE aceptó la petición de Fármacos para actualizar –de acuerdo al índice inflacionario– los precios del servicio a partir de 2010. La licitación también contempló los quimioterápicos. Pero su calidad fue inmediatamente cuestionada por las reacciones adversas que impactaron a los pacientes.
El 18 de junio de 2009, Calderón visitó el Cenadi en Tlalnepantla y garantizó cien por ciento de abasto gratuito, gracias a la incorporación de 700 farmacias privadas. Ahí explicó que el derechohabiente recibiría un cupón que podría canjear en ellas para adquirir lo que no encontró en los hospitales, clínicas y farmacias del ISSSTE. Además de Fármacos, en la cadena de distribución de las 700 farmacias privadas quedaron integradas las firmas Saba, Casa Marzam y Fármacos Nacionales.
El 29 de enero de 2011, ante los primeros problemas, el ISSSTE se vio forzado a comunicar que a través del Programa Medicamento Exprés, tenía asegurado el abasto de recetas médicas en todo el país, y que el retraso se debía a un contratiempo administrativo que se normalizaría en unos días. Pero una semana después la gravedad del contratiempo alcanzó la carencia total de varias claves de medicamentos y de lo más elemental: analgésicos y antibióticos. No había ni paracetamol.
La magnitud del desabasto imposibilitó el canje en las 738 farmacias privadas enlistadas. Hasta junio de 2011 y con una bolsa de 14 mil millones de pesos, el desabasto sin precedentes persistía, sobre todo en los estados.
Aún así, un año antes, en el festejo por el cincuentenario de la institución, Calderón dijo que el ISSSTE de Yunes era ejemplo de cómo “sí es posible transformar instituciones, que sí es posible vencer los mitos, los tabúes, las resistencias. Que sí es posible impulsar las transformaciones que se necesitan y que es posible hacerlo pese a que los resultados podrán encontrarse, quizá, los más importantes, a largo plazo”.
Yunes se la creyó. Tanto que ahora, en su nuevo intento por construir su segunda candidatura al gobierno de Veracruz, ya sin Calderón en la Presidencia de la República, pretende sorprender a los veracruzanos proyectándose como el paladín de la democracia y el mejor acicate contra la corrupción, no obstante que el exdirigente nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos, lo denunció penalmente hace un par de meses ante la PGR por presunto enriquecimiento ilícito, tras detectarle cuentas por más de 6 millones de dólares en tres bancos de Estados Unidos y uno de Indonesia, cuyos depósitos habría realizado inexplicablemente después de que perdiera la elección de 2010.
Hace un par de semanas, en un foro organizado por un diario capitalino, el nuevo director del ISSSTE, Sebastián Lerdo de Tejada, declaró que a esta institución que atiende a 11 millones 400 mil derechohabientes y en la que trabajan 102 mil personas, la encontró “envejecida, deteriorada en su infraestructura”, ya que el Estado mexicano no invirtió los recursos suficientes en “cosas tan elementales como el mantenimiento a salas de urgencias, baños y salas de espera de hospitales”.
Lerdo de Tejada informó que hay procedimientos abiertos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y de los órganos internos de control en contra de algunos exfuncionarios del instituto por manejos opacos, en lo que coincidió Luis Antonio Godina Herrera, dirigente de los trabajadores del ISSSTE, quien precisó que hay 14 observaciones por parte de la ASF y de la PGR. Además, dijo que se han recibido quejas de proveedores a los que se les pedía hasta 20% del monto de las adquisiciones para otorgarles un contrato con el instituto, que tiene 28 mil proveedores y es el cuarto comprador del Gobierno Federal.
Así que ante su reciclado discurso contra el “gobierno corrupto de Veracruz”, a Yunes Linares bien le podrían revirar los priístas aludidos: “¡A otro perro con ese cuento!”.

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