Por Catón
Columna: De política y cosas peores
En el DF, de más a menos
2013-06-20 | 10:46:49

“Estoy feliz –decía un herrero en tiempo de las Cruzadas-. He vendido 3 mil cinturones de castidad, y 26 mil llaves”…
Antes de casarse Babalucas se compró un libro de técnicas eróticas. La noche nupcial le propuso a su flamante mujercita: “Vamos a hacer el 175.22. 443.135”. Ella había oído hablar de cierto acto de erotismo marcado con un número –ya existía en tiempos de los romanos, que lo llamaban el LXIX-, pero jamás había sabido del 175.22.443.135.
Inquieta, le preguntó a Babalucas: “¿Qué es eso?”. El tontivano echó una nueva ojeada al manual y luego se disculpó: “Ah, perdona. Es el número de registro del libro”…
Pepito y su padre estaban en la sala del departamento de la familia, en un segundo piso. El señor se asomó al balcón, perdió pisada y cayó al vacío. Poco después sonó el timbre del departamento. Pepito abrió la puerta. Ahí estaba su papá, derrengado y dolorido, con seis costillas rotas y sangrando por todos los orificios naturales de su cuerpo. Le preguntó Pepito: “¿Qué me trajiste, papi?”…
Don Algón le dijo al dueño de la florería: “Quiero enviarle un ramo de flores a mi esposa. ¿Qué me recomienda?”. Le pregunta a su vez el tipo: “¿Qué fue lo que hizo?”…
Las madres del Convento de la Reverberación vendían cobijas. Una de las monjitas le informó con orgullo al comprador: “Son de lana de nuestras propias ovejas”. “Lana virgen, supongo” –apuntó el cliente…
La joven esposa le dijo con tristeza a su marido: “Nuestra vida sexual ya no es la misma desde que se te derramó en la entrepierna el frasco de suavizador de carne”…
En aquellos tiempos los regentes del Distrito Federal tenían personalidad, pero no tenían personalidad. Voy a explicarme. Algunos de los gobernantes de la Ciudad de México fueron personajes de carácter recio, con estilo personal y fuerza política considerable. Baste recordar a figuras como Ernesto P. Uruchurtu, Alfonso Martínez Domínguez o Carlos Hank González.
Y sin embargo a pesar de su fuerte personalidad carecían de personalidad. Sobre ellos estaba el Presidente de la República, que podía nombrarlos y removerlos a su antojo. Uruchurtu, llamado “el Regente de Hierro”, cayó después de casi 14 años en el cargo porque Díaz Ordaz fue abucheado en la inauguración del Estadio Azteca.
El mandatario llegó tarde a la ceremonia a causa de un embotellamiento de tránsito, y los políticos cercanos al Presidente atribuyeron el caos vial a maquinaciones políticas del sonorense. Los regentes de aquella época, en efecto, dependían en todo y para todo de la omnímoda voluntad presidencial.
Pondré un ejemplo. Era regente de la Ciudad de México el licenciado Octavio Sentíes. Cierto día el entonces Presidente de la República, Luis Echeverría Álvarez, acertó a pasar por un parque en la delegación Benito Juárez, y vio caído un columpio de los juegos infantiles. Llamó por teléfono al regente y le pidió que ordenara al delegado la reparación inmediata de aquel importantísimo bien público.
El delegado era un político de nota: José Rivas Guzmán. Fue él quien en su calidad de Presidente de la Cámara de Diputados entregó la banda presidencial a Echeverría. El licenciado Sentíes cumplió la encomienda, pero el delegado no le dio importancia al asunto y se olvidó de atenderlo.
Días después Echeverría volvió a pasar por aquel parque y observó que el columpio todavía estaba caído. De nueva cuenta llamó a Sentíes, ahora para ordenarle la inmediata destitución del delegado. “Se cayó del columpio Rivas Guzmán”, decían quienes se enteraron del caso. “Y de milagro no me caí yo”, comentaba sotto voce don Octavio.
Viene esto a colación porque ahora se dice que Miguel Mancera no ha demostrado todavía personalidad de Jefe de Gobierno. Las cosas en el Distrito Federal, parece, han ido de más a menos: Cuauhtémoc Cárdenas, López Obrador, Marcelo Ebrard, Mancera…
Persona inteligente es el actual gobernante del DF, y goza de respeto, pero debe concretar en actos importantes su gestión. Hasta ahora su imagen se ha visto desdibujada, sin perfiles claros.
Ahora bien: mi tarea es orientar a la República, no al Distrito Federal. Está fuera de mis atribuciones, por lo tanto, asesorar al Jefe de Gobierno. Puedo recomendarle a Mancera, sin embargo, que sea jefe y que gobierne. De otra manera el trío de la izquierda –AMLO, Ebrard y él- podría quedar en dueto… FIN.


mirador
armando fuentes aguirre
A los 50 años de su edad John Dee descubrió el secreto de la piedra filosofal, que convierte en oro la materia.
Sus contemporáneos –Erasmo de Rotterdam entre ellos- pensaron que Dee se haría inmensamente rico con su descubrimiento. No fue así. El sabio alquimista siguió trabajando en su laboratorio, como siempre.
Uno de sus discípulos se atrevió a decirle:
-Maestro: hallaste algo que todos habían buscado inútilmente. ¿Por qué no obtienes provecho de tu hallazgo?
Respondió John Dee:
-Busco ahora que el oro se convierta en algo más valioso.
-¿En qué? –preguntó, ansioso, el discípulo.
Contestó el sabio:
-En agua.
¡Hasta mañana!...


manganitas
por afa
“…Sube la temperatura en varios estados del país…”…
Según ciertas opiniones,
que expondré en forma muy breve,
el fenómeno se debe
a que va a haber elecciones.

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