Sea cual sea el resultado de la elección de gobernador de Michoacán –pues a la hora en que se escribió este texto aún faltaban tres horas para que fueran cerradas las mesas de votación–, lo cierto es que este proceso electoral ha sido el peor ejemplo de la errática democracia mexicana y de la decepcionante alternancia del poder iniciada en el 2000 con el arribo del PAN a la Presidencia de la República.
Y es que al margen del pesado ambiente de violencia e inseguridad, en el estado purépecha se registraron presiones y actos abusivos de gobierno, principalmente del nivel federal –dado el cercano parentesco de la candidata de Acción Nacional con el titular del Poder Ejecutivo de la Federación–, pero sobre todo se permitieron de manera encubierta y hasta de forma descarada acciones proselitistas tanto en la víspera como en el mero día de la elección, violando flagrantemente la ley electoral.
Por ejemplo, pese a que por razones legales ninguno de los candidatos podía promoverse después del miércoles en los medios de comunicación, el PAN difundió nacionalmente spots en canales de la televisión abierta destacando el trabajo de sus mujeres militantes, entre las que se incluyó obviamente a Luisa María Calderón Hinojosa, a la que muy mañosamente cuidaron de no mencionar que en la actualidad era su candidata a la gubernatura de Michoacán.
Pero lo más aberrante fue la publicación de un sospechoso desplegado periodístico, insertado el viernes 11 por la noche en un diario de La Piedad cuya edición circuló el sábado siguiente, en el que los ciudadanos fueron amenazados para que no votaran en la jornada electoral de este domingo por el PAN ni portaran playeras ni propaganda del partido blanquiazul.

El mensaje, publicado sin firma y dirigido “a los michoacanos”, apareció anteayer en el periódico “A.M.” de La Piedad con una nota al final del desplegado en la que el diario aclaraba que el comunicado fue publicado para salvaguardar la integridad de su personal.

“A toda la población le queremos decir que no queremos más PAN en ningún nivel de Gobierno, ya que tienen pactos con grupos que roban, extorsionan, violan y secuestran a gente inocente”, señalaba el desplegado, el cual hacía la siguiente advertencia: “No usen playeras ni propaganda del PAN no queremos confundirlos y que haya muertes inocentes”.

¿Quién mandó a insertar este sospechoso desplegado que en lugar de afectar terminó por favorecer evidentemente al PAN? Eso deberían investigarlo las autoridades competentes y, además, indagar por qué los editores no solicitaron oportunamente garantías y protección de la Procuraduría General de la República y de las fuerzas federales si se trataba de un acto ilegal que en apariencia era en perjuicio de los candidatos del partido del presidente Felipe Calderón.
Pero lo cierto es que con el pretexto de este desplegado, el arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, que obviamente ejerce una gran influencia en la población mayoritariamente católica de Michoacán, llamó a la población a no tener miedo y que saliera a votar.
Al jerarca eclesiástico, quien la semana anterior estuvo con los demás obispos y arzobispos del país en una cena con el presidente Calderón en Los Pinos, nomás le faltó decirles expresamente a los electores michoacanos que votaran por el PAN.
“Está mal (el desplegado), yo creo que tenemos que tener valor. No hagan caso, tengamos valor y salgamos a votar. El voto es la forma civilizada de construir la democracia, todo lo demás es someternos a fuerzas ajenas a la ciudadanía y estar a favor de una imposición absurda”, declaró en plena jornada electoral el arzobispo antes de emitir su voto en una casilla cercana a la Catedral de Morelia.
Pero la que de plano se voló la barda fue la señora Carmen López, viuda del alcalde panista de La Piedad, Ricardo Guzmán Romero, asesinado hace dos semanas cuando distribuía propaganda partidista, la cual convocó a la ciudadanía a recordarlo e inmortalizarlo en este domingo electoral.

En un desplegado aparecido a una plana en el mismo periódico “A.M.” de La Piedad, la viuda del edil del PAN pidió a los ciudadanos que este municipio siga siendo la tierra que soñó el alcalde asesinado, quien impulsaba la candidatura municipal del panista Hugo Anaya, su ex secretario particular.

“La Piedad, como lo decía Ricardo, es una tierra bendita por su gente, por sus valores, por su empeño, por su fe, por su trabajo; hagamos que siga siendo así y que mejore. Hagamos que la sonrisa de Ricardo viva siempre en cada una de las sonrisas de nosotros”, expuso en el mensaje.

“No dudemos de nuestra capacidad para afrontar este huracán que nos azota. Miremos al cielo, veamos sus obras y recordemos que esa capacidad no tiene límites”, agregó.

¿Se aplicará la ley? Debería hacerse. Y es que, en buena parte, el problema de inseguridad y violencia por la criminalidad que existe en este país se debe precisamente a la cultura de impunidad que los gobernantes de todos los colores han venido prohijando. Michoacán, como se ve, es el mejor ejemplo.


¡QUÉ BODAS!

Con la bendición del arzobispo de Xalapa, monseñor Hipólito Reyes Larios, la tarde de este sábado 12 contrajeron nupcias en la Catedral Metropolitana la señorita Isis Bielma Delgado y José Alejandro Montano Bermúdez; la primera, hija del prestigiado abogado sureño Alfredo Bielma Villanueva, y, el segundo, descendiente del capitán Alejandro Montano Guzmán, ex secretario alemanista de Seguridad Pública del estado y actual dirigente estatal de la CNOP, del PRI.
A esta ceremonia religiosa y posterior festejo nupcial se esperaba la llegada del ex gobernador Miguel Alemán Velasco, pero trascendió que el ex mandatario veracruzano se disculpó porque este mismo fin de semana debía asistir a otro prominente enlace matrimonial celebrado en el puerto de Acapulco, Guerrero, donde fungió como testigo de uno de los cónyuges muy cercano a la familia del secretario de Marina, el Almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza, nativo de Veracruz.
¿Cuántos otros ex gobernadores veracruzanos desearían ahora ser tan solicitados como Alemán Velasco?