Unas semanas antes de que en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río aparecieran las decenas de cadáveres de presuntos Zetas, surgió también un perverso rumor acerca de la supuesta presencia en restaurantes porteños de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el famoso capo sinaloense del Cártel del Pacífico.
Los malquerientes del gobernador Javier Duarte de Ochoa aseguraban que la versión era cierta, y ante los desmentidos oficiales refutaban que obviamente el gobierno estatal lo negaba porque no le convenía admitirlo.
El rumor cuajó entre un buen número de veracruzanos crédulos porque además surgió en la coyuntura de la nueva confrontación del grupo del “Chapo” Guzmán con la organización delictiva de Heriberto Lazcano y Miguel Ángel Treviño Morales.
Y es que según información atribuida a la Procuraduría General de la República (PGR) y al Ejército, por segunda ocasión en cuatro años el Cártel de Sinaloa pretendería actualmente arrebatar a “Los Zetas” el control delictivo en Veracruz. La primera intentona habría sido en 2007 a través de la agrupación denominada Gente Nueva, que encabezaba Noel Salgueiro Nevarez, “El Flaco Salgueiro”, detenido hace poco en Sinaloa.
A este grupo de sicarios es al que se le atribuye el asesinato de Efraín Teodoro Torres, (a) “El Chispa”, acribillado el 3 de marzo de 2007 en Villarín, Veracruz, durante una carrera de caballos clandestina.
En ese entonces, Teodoro Torres, quien fue sepultado bajo una identidad falsa y cuyo cuerpo fue rescatado de un panteón de Poza Rica por un grupo de sus sicarios, fungía como el principal encargado de Los Zetas en Veracruz.
El 27 de marzo de ese año, Gente Nueva hizo su aparición pública al firmar un mensaje dejado junto a los cuerpos de dos personas que habían sido videograbadas cuando eran interrogadas en vida, cuya copia fue enviada a una repetidora local de Televisión Azteca, que difundió el siguiente mensaje: “Somos Gente Nueva y esto les va a pasar a todos los que apoyen a los Zetas. Por un México limpio. Atentamente Gente Nueva”.
Desde entonces, las ejecuciones de uno y otro grupo se sucedieron durante algunos meses hasta que, al final, Los Zetas lograron resistir el embate del Cártel de Sinaloa, pues para septiembre de 2008 ya controlaban hasta la venta de discos pirata en varias ciudades del estado.
A partir de ese año comenzaron a aumentar los secuestros, las extorsiones y el cobro de derecho de piso; entre los crímenes más relevantes está el plagio del administrador de la Aduana de Veracruz, Francisco Serrano Aramoni, desaparecido desde el 1 de junio de 2009.
Sin embargo, a partir del 27 de julio, la organización de “El Chapo” intentó de nuevo desplazar de Veracruz a Los Zetas a través de un grupo de sicarios denominado Los Matazetas del Cártel de Jalisco Nueva Generación, los cuales, en un video subido a YouTube, acusan que las policías municipal y estatal trabajan para sus enemigos, que ellos son los que hacen los famosos “levantones” para posteriormente entregárselos a Los Zetas, y que “en todas las corporaciones hay corrupción, desde un policía hasta un ministerio público”.
En un video posterior, este mismo grupo se atribuyó la ejecución de 35 personas, acusados de ser integrantes de Los Zetas, cuyos cuerpos fueron tirados el pasado 20 de septiembre sobre el bulevar “Adolfo Ruiz Cortines” de Boca del Río. “La intención era darle saber al pueblo veracruzano que este flagelo de la sociedad (Los Zetas) no son invencibles y que ya no se dejen extorsionar”, justificó un corpulento sujeto encapuchado.
El 6 de octubre, elementos de la Secretaría de Marina detuvieron en el Fraccionamiento Costa de Oro, en Boca del Río, a ocho presuntos integrantes de los Matazetas, entre ellos al líder de una de las células, identificado como Alfredo Carmona Landa, “El Capi”.
Esos individuos, de acuerdo con lo informado por la Semar, confesaron tras su captura la existencia de 32 cuerpos localizados en tres inmuebles distintos y aceptaron haber participado en la ejecución de las 35 personas, cuyos cadáveres fueron abandonados hace un mes frente a la plaza comercial Las Américas.
Este hecho corrobora lo dicho por el gobernador Duarte en aquel mensaje difundido por radio y televisión desde el 10 de agosto pasado, en el cual refrendó no solo su apoyo total a las acciones que en Veracruz realizan las fuerzas armadas para mantener la tranquilidad y la seguridad de los veracruzanos, sino que afirmó también que no se pactaría con ninguna organización criminal ya que “el único pacto del gobierno de Veracruz es con el presente y el futuro de nuestras familias”.
Y sobre la versión de la presencia de “El Chapo” Guzmán en Veracruz, el propio presidente Calderón se ha encargado de desmentir al declarar recientemente al diario The New York Times que el capo de Sinaloa podría estar en territorio de Estados Unidos, donde su esposa dio a luz a dos niñas gemelas en agosto.
A pregunta de los periodistas del diario neoyorkino de por qué México no detuvo a Emma Coronel, la presunta actual esposa de Guzmán, para cuestionarla (pues debió cruzar territorio mexicano para llegar a California, donde dio a luz), Calderón respondió que “no está en territorio mexicano y supongo que ‘El Chapo’ está en territorio americano. Aquí lo sorprendente es que él o su esposa están tan tranquilos en Estados Unidos, lo cual me lleva a preguntarme, bueno, ¿cuántas familias o cuántos capos mexicanos estarán más tranquilos en el lado norte de la frontera que en el lado sur? ¿Qué lleva al ‘Chapo’ Guzmán a tener a su familia en Estados Unidos?”.
Previamente, a la pregunta de por qué es tan difícil capturar a “El Chapo” y sobre la revelación originalmente hecha por Los Angeles Times en septiembre de que su esposa pudo cruzar a un hospital del sur de California en EU (de donde es ciudadana), Calderón dijo textualmente, según el NYT: “Pues eso habría que preguntárselo a las autoridades aduanales americanas. Porque la aduana que tienen que cruzar para ir a Los Ángeles es la de Estados Unidos no la de México”.
Pero al “Chapo” Guzmán lo han ubicado también en territorio centroamericano. En marzo de 2008, el presidente de Guatemala, Álvaro Colom, desmintió versiones periodísticas que señalaban que el sinaloense había muerto durante una balacera registrada en ese país. Dijo que más bien se sospechaba que el narcotraficante se encontraba en Honduras.
Sin embargo, en abril de 2009 el arzobispo de Durango, Héctor González Martínez, aseguró que el “Chapo” era omnipresente y que había vivido en los últimos años en la zona montañosa denominada Triángulo Dorado, que comprende territorios de Durango, Sinaloa y Chihuahua.
En su conversación con el NYT, hace tres semanas, el presidente Calderón reveló que durante su mandato las fuerzas armadas de México han estado muy cerca de capturar al líder del Cártel de Sinaloa. “El Ejército mexicano probablemente en algunas veces ha estado en el lugar donde horas atrás ‘El Chapo’ ha estado. Pero tarde o temprano caerá al igual que otros líderes”, sentenció Calderón.
Por lo mientras, en Veracruz, es obvio que no está.
FUEGO AMIGO
El sector que mayores réditos políticos le está generando al gobernador Javier Duarte es el financiero, en donde se registran avances tangibles. No es menor el hecho de que en un ambiente político enrarecido en contra de la entidad, las autoridades hacendarias federales hayan reconocido la política de orden, austeridad, planeación e inversión del gobierno de Veracruz.
Hace apenas unos días en una reunión en Palacio Nacional, el secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, reconoció la reconstrucción financiera que se está ejecutando en la entidad gobernada por Duarte de Ochoa.
Por eso nos sorprende que desde la propia capital se trate de demoler, mediante filtraciones dolosas y calumniosas, la credibilidad de los artífices de esta política.