Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Duarte: ¡Hasta aquí!
2011-10-05 | 21:51:43
Por lo menos desde la administración del gobernador Fernando López Arias (1962-1968), en Veracruz siempre han existido grupos criminales ligados al tráfico de drogas.
La única diferencia con la realidad que ahora nos ha tocado vivir es que antes el estado sólo era un punto más en la ruta de paso de las grandes cantidades de estupefacientes que de Colombia transitaban hacia el mercado negro de Norteamérica.
El problema comenzó a agravarse cuando luego de los atentados de Al Quaeda el 11 de septiembre de 2001 en Washington y Nueva York, la frontera de Estados Unidos se selló por razones de seguridad nacional.
Los narcotraficantes ya no tuvieron las mismas facilidades y parte de esa droga comenzó a distribuirse y consumirse en México.
Algunos cárteles, además, diversificaron sus actividades criminales, como la extorsión, el secuestro y hasta el cobro del llamado “derecho de piso”.
En Veracruz, hasta el gobierno de Miguel Alemán Velazco (1998-2004), los grupos que operaban el trasiego de droga en el estado se movían con relativa discrecionalidad.
Las circunstancias cambiaron a raíz de la aprehensión del capo Albino Quintero Meraz, (a) “Don Beto” o “El Orejón”, detenido por el Ejército en el puerto de Veracruz en mayo de 2002, quien desde el sexenio del gobernador Patricio Chirinos (1992-1998) se había hecho cargo de la plaza procedente de San Luis Río Colorado, Sonora.
Quintero operó en paz Veracruz porque con excepción de los hermanos Arellano Félix, del Cártel de Tijuana, procuró mantener buena relación con los líderes de las otras organizaciones, principalmente con la de Sinaloa, de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y el Cártel del Golfo, encabezada entonces por Osiel Cárdenas Guillén.
Precisamente, tras la detención de Quintero Meraz, el Cártel del Golfo se asentó en el estado. Pero la situación se complicó cuando “Los Zetas”, el brazo armado del cártel liderado por Cárdenas Guillén, decidió separarse de esa organización en rechazo a su presunta alianza con “El Chapo” Guzmán y comenzó a operar de manera independiente.
“Los Zetas” desplazaron al Cártel del Golfo y se arraigaron en Veracruz durante la pasada administración, la del gobernador Fidel Herrera Beltrán (2004-2010), quien fue muy complaciente con sus actividades criminales.
Entre las anécdotas del régimen fidelista se cuenta aquella acerca de un empresario restaurantero de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, muy amigo del mandatario, que desesperado acudió a él para pedirle ayuda porque un comandante de “Los Zetas” le exigía el pago de 50 mil pesos semanales por brindarle “protección”. Sin embargo, dicen que el personaje sufrió una gran desilusión porque en vez de escuchar que Herrera girara instrucciones a sus colaboradores para que le garantizaran seguridad, supuestamente el gobernador terminó aconsejándole que… ¡mejor pagara lo que le pedía el extorsionador!
Por eso, este martes 4, al anunciarse la operación coordinada “Veracruz Seguro” –en un acto realizado en la residencia presidencial de Los Pinos, con la presencia de todos los miembros del Gabinete de Seguridad del Gobierno Federal, el gobernador Javier Duarte reiteró que “una de las grandes prioridades de mi gobierno, que deriva del clamor y sentir de empresarios, profesionistas, prestadores de servicios, padres de familia, y de ciudadanos en general, es el asegurar y garantizar un ambiente de libertades plenas en Veracruz”.
Pero Duarte de Ochoa expuso que “esa meta de gobierno y justo anhelo social no se puede alcanzar si como sociedad nos movemos con temor frente a enemigos que atentan contra nuestro derecho a vivir en armonía”.
El fenómeno de la delincuencia y su presencia en las regiones del país no es algo nuevo, en el caso concreto de Veracruz, lo nuevo es que ahora se le está combatiendo con toda la fuerza de la ley”, enfatizó.
Duarte puntualizó que “para alcanzar este propósito; para tener éxito en esta meta que nos planteamos; para asegurar la paz y la armonía en nuestro estado es que hemos buscado de manera permanente el coordinarnos con el Gobierno Federal, asumiendo nuestra corresponsabilidad en la materia”.
“El reto que se planteó desde su inicio la actual administración federal, es mayúsculo, todos los sabemos, pero mayor es la determinación de los mexicanos por imponerse a la adversidad y al temor”.
“Veracruz –subrayó– hace lo que le compete en materia de seguridad y espera que los demás hagan la parte que les corresponde”.
“Los veracruzanos hemos demostrado en los hechos que actuamos con valentía, entereza y de manera corresponsable en la lucha que lleva a cabo el Gobierno Federal para hacer valer la ley y sancionar, en el marco del derecho, a quienes delinquen y atentan contra nuestra sociedad”.
“Mi administración ha mostrado, y seguirá mostrando, toda la disposición y la voluntad política para que junto con el gobierno que encabeza el presidente Felipe Calderón Hinojosa, vivamos el clima de tranquilidad y paz que siempre ha caracterizado a Veracruz”.
“Es por esta razón que hoy damos a conocer este acuerdo en donde el Gobierno del Estado refrenda su compromiso de velar por la tranquilidad de Veracruz y su solidaridad con el Gobierno Federal en esta determinación de combatir a la delincuencia y asegurar la aplicación de la ley como el único instrumento que salvaguarde la seguridad de todos los mexicanos.”
Y parafraseando a la vocera del gobierno federal Alejandra Sota, el gobernador Duarte dijo a los integrantes del Gabinete de Seguridad que “en la lucha del presidente en contra de la delincuencia en todo el país, el presidente Felipe Calderón no está solo, cuenta con Veracruz”.
No será fácil exterminar al cártel del crimen organizado que desde el sexenio anterior venía operando impunemente en la entidad; pero a diferencia de quienes le antecedieron, al menos el gobernador Duarte ha manifestado voluntad y decisión para combatir este cáncer que amenazaba con paralizar económica y socialmente a la entidad.
Hace un par de semanas, en presencia del secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora; de la titular de la PGR, Marisela Morales, y de los procuradores y presidentes de los Tribunales de todo el país reunidos en Boca del Río, Duarte de Ochoa reconoció sin tapujos esta realidad e indicó que ahora, con esta lucha, “se ha acabado la comisión de delitos tales como la extorsión, el secuestro, el cobro de piso o las cuotas de protección.”
Al preguntarse “¿qué está pasando en Veracruz?”, el propio mandatario estatal respondió que lo que pasa es “que se está recuperando el estado de derecho y la vigencia de la ley”.

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