Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Procurador desgastado
2011-09-26 | 21:18:30
Entre octubre y noviembre de 2009, tres jovencitas de Xalapa fueron violadas y golpeadas –una de ellas asesinada– por pandilleros y drogadictos de colonias vecinas del noreste de la capital veracruzana, pese a que las autoridades del Ayuntamiento y de la Policía Intermunicipal habían sido advertidos desde 2007 sobre estas bandas de malvivientes.
El 22 de octubre del año antepasado fue ultrajada y asesinada la menor Laura Yenifer García Ávila, de apenas 13 años de edad, alumna de la Escuela Secundaria Técnica número 105, ubicada por la Unidad Habitacional FOVISSSTE, por el rumbo del Seminario Mayor de Xalapa. Su cadáver fue encontrado muy cerca de ahí, en la colonia Cerro Colorado.
Ante la presión de la opinión pública, de los familiares, compañeros y amigos de la adolescente sacrificada, las autoridades ministeriales detuvieron al presunto criminal que inicialmente un agente del Ministerio Público dejó en libertad y luego fue recapturado nuevamente.
Una semana después de este crimen, a finales de octubre de 2009, el alcalde David Velasco Chedraui y el coordinador de la Policía Intermunicipal Xalapa-Banderilla-Tlalnehuayocan, Luis Gregorio Rodríguez, hicieron un recorrido por la colonia Cerro Colorado para verificar las condiciones de seguridad y reforzar la vigilancia con motos, patrullas, 50 elementos policíacos y la habilitación de un módulo de Seguridad Pública en la zona. El edil anunció también acciones de chapeo y alumbrado público.
Sin embargo, unos cuantos días después, el martes 10 de noviembre, por ese mismo rumbo de la ciudad, otras dos jóvenes estudiantes –ambas de la Escuela de Bachilleres Artículo Tercero Constitucional– fueron atacadas sexualmente luego de haber sido drogadas por pandilleros de la colonia Rubén Jaramillo, justo atrás de la iglesia de los Doce Apóstoles. Una de ellas, que quedó tirada inconsciente, tuvo que ser atendida en el área de urgencias del Centro de Especialidades Médicas (CEM) “Doctor Rafael Lucio”, de Xalapa. Su compañera, afortunadamente, logró caminar hacia el Andador 9 de la colonia Lomas del Seminario, donde fue auxiliada por algunos vecinos.
La Policía Intermunicipal logró la aprehensión de cinco presuntos sospechosos que, al parecer, eran meros “chivos expiatorios”.
Desde entonces, la ciudadanía urgió al Ayuntamiento a implementar acciones integrales y más eficaces en materia de seguridad en esa zona de la capital veracruzana.
Y es que desde 2007, las autoridades municipales habían anunciado medidas de vigilancia, pero lamentablemente los ataques y crímenes de jovencitas continuaron.
En julio de ese año, por ejemplo, tras el ultraje y asesinato de la joven Karina Cabrera Ramírez –cuyo cadáver fue encontrado en el llamado Santuario de las Garzas–, las autoridades municipales prometieron desde entonces construir una caseta de vigilancia. En esa ocasión, fueron los vecinos los que tuvieron que limpiar con machetes, palas y rastrillos la maleza que ponía en riesgo la vida de las mujeres que frecuentemente caminan por el andador que conduce de Lomas del Seminario a la Unidad Habitacional del FOVISSSTE, y que atraviesa por dicha reserva ecológica.
Desde esa vez, los vecinos señalaron públicamente a un par de drogadictos, uno de los cuales acosaba sexualmente a las estudiantes o amas de casa que por ahí tenían que transitar.
Es más, también advirtieron a las autoridades del Ayuntamiento de que a unos cuantos metros de la entrada al Santuario de las Garzas, por el andador, existían tiendas que a todas horas expendían bebidas embriagantes a menores de edad, entre éstos a estudiantes de la Escuela Secundaria Técnica número 105.
Pero para los vecinos de esa zona de Xalapa no bastaba reforzar la presencia policíaca con guardianes caminantes y motociclistas que recorrieran cuatro o cinco veces las calles de sus colonias, sino que proponían que el gobierno los apoyara en la construcción de canchas de futbol, basquetbol y juegos infantiles, como era hasta hace algunos años.
Un vecino recordó que en la década de los noventas existían canchas para jugar y el ambiente era cordial y sano, pues realizaban torneos futbolísticos e incluso organizaban tardes de paseo familiar y comidas al aire libre, ya que hasta existían algunas bases de concreto con parrillas para cocinar.
Sin embargo, todo se fue cubriendo de maleza y el alcoholismo y la drogadicción fueron proliferando sin que las autoridades, principalmente las municipales, las lograran contener.
En 2007, este caso solo se politizó, pues hasta la candidata del PAN a la alcaldía de Xalapa, Cinthya Lobato Calderón, se reunió con los vecinos y prometió apoyarlos pero la ex diputada local de Convergencia perdió la elección ante el priista David Velasco Chedraui.
En julio de 2009, Lobato reapareció como candidata nuevamente de Acción Nacional pero a diputada federal. Sin embargo, Cinthya volvió a perder en esta ocasión ante el ex alcalde Ricardo Ahued Bardahuil, del PRI, quien un año antes había sido nombrado por el gobernador Fidel Herrera como encargado del Observatorio Ciudadano que en materia de Seguridad Pública se creó localmente en 2008, como parte de las acciones emprendidas en el nivel nacional derivadas del secuestro y asesinato del joven Fernando Martí.
Ahora, el pasado viernes 23, en ese mismo lugar –el llamado Santuario de las Garzas– fue hallado el cadáver de la jovencita Gabriela Arlene Benítez Ybarra, una preparatoriana desaparecida desde a mediados de junio, cuyo caso minimizó el procurador Reynaldo Escobar, quien llegó a afirmar que la joven había huído de su hogar “harta de los regaños de su madre”.
El hallazgo del cuerpo no fue producto de las pesquisas del Ministerio Público sino que ocurrió de manera accidental. Los restos humanos fueron descubiertos por unos jardineros que limpiaban la maleza del lugar. Posteriormente fue confirmada por el Servicio Forense la identidad de la desafortunada joven.
Este caso se viene a sumar a la retahila de yerros que en los últimos tres meses ha protagonizado el procurador Escobar Pérez con sus desafortunadas declaraciones a los medios de comunicación: inició a finales de junio con la ejecución del columnista porteño Miguel Ángel López Velasco y luego con el crimen de la periodista Yolanda Ordaz; prosiguió con la polémica detención de los tuiteros acusados de terrorismo equiparado y sabotaje, contra los que posteriormente se tuvo que desistir de la acción penal; la semana anterior se enredó con los 35 cadáveres depositados en el bulevar “Adolfo Ruiz Cortines” de Boca del Río, a los que sin identificar totalmente se apresuró a decir que todos eran personas que tenían antecedentes penales; y ahora, de colofón, con el reciente hallazgo del cadáver de Gabriela Benítez –ligada a la familia del diputado federal José Francisco Yunes Zorrilla, fuerte aspirante del PRI al Senado de la República– quedó ridículamente evidenciado al comprobarse que la joven preparatoriana no había huído de su casa por cuestiones de violencia intrafamiliar como él se había atrevido a argüir para relajar la presión mediática, sino que fue atacada por uno o más vándalos que desde hace cuatro años los vecinos de esa zona de la ciudad han venido denunciando a las autoridades municipales.
A muchos sorprendió que Escobar Pérez no pusiera más atención en este y otros 15 casos más de jóvenes que por lo menos han desaparecido en los últimos cuatro meses en Xalapa, municipio que él gobernó del año 2000 al 2004, y en el que coincidentemente proliferaron los giros negros y el narcomenudeo.
Ahora, el mal manejo informativo de este caso, así como el de los tuiteros y el de los 35 cadáveres depositados en el bulevar boqueño, han tenido graves repercusiones hasta en el nivel internacional, con un alto costo político para la administración duartista que pudiera verse reflejado negativamente para el PRI en las elecciones federales del próximo año.

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