Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Seguridad o popularidad
2011-09-25 | 20:53:07
El gobernador Javier Duarte de Ochoa ha tenido que enviar mensajes duros, contundentes, con gran fuerza.
Sus palabras no harían eco en la sociedad si no estuvieran precedidas de hechos concretos, de acciones reales, de resultados en la lucha por garantizar la seguridad de las familias veracruzanas. 
Hoy, no cabe duda, se trabaja por hacer de Veracruz un estado más seguro. El reto, claro está, no es fácil. Aún faltan cosas por hacer, pero lo cierto es que la voluntad y determinación del mandatario veracruzano están a la vista así como los primeros resultados.
 El viernes, en presencia del secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora; de la procuradora general de la República, Marisela Morales Ibañez, y de los procuradores y presidentes de los Tribunales de todo el país, Duarte de Ochoa reconoció sin tapujos la realidad e indicó que ahora, con esta lucha, “se ha acabado  la comisión de delitos tales como la extorsión, el secuestro, el cobro de piso o las cuotas de protección. Pasa, que se está recuperando el estado de derecho y la vigencia de la ley”.
Los veracruzanos, que han sufrido en carne propia estas vejaciones criminales sistemáticas en el pasado reciente, claro que reconocen el esfuerzo interinstitucional del joven mandatario. 
Por ello, aunque la sombra de la violencia cubre hoy por hoy a Veracruz y la andanada mediática de las aves de rapiña que parecen disfrutar que a la entidad le vaya mal, Duarte de Ochoa explicó que la circunstancia de violencia no es provocada propiamente por los criminales sino por el combate a la delincuencia. 
“En Veracruz se está combatiendo como nunca antes al crimen, estamos aquí,  enfrentando este problema nacional con valor y entereza”, señaló. 
Llama la atención el realismo del mandatario, quien tal como lo advirtió desde el primer día de su administración, más que preocupado por cuidar su popularidad está en verdad ocupado por solucionar esta crítica situación coyuntural. 
“¿Qué está pasando en Veracruz?”, se preguntó Javier Duarte la semana anterior, luego del estridentismo mediático por la exhibición de 35 cadáveres sobre el bulevard “Adolfo Ruiz Cortines, de Boca del Río .
“En Veracruz se está combatiendo como nunca antes al crimen, estamos aquí,  enfrentando este problema nacional con valor y entereza”.
“¿Qué está pasando en Veracruz?”, repreguntó el titular del Ejecutivo estatal. 
“Esta pasando que se ha detenido a un número importante de delincuentes; se ha desmantelado su red de comunicaciones y se está desarticulando su red de operaciones”. 
Luego, reiteró que no está cruzado de brazos y que como gobernador del estado está plenamente consciente de la circunstancia por la cual atraviesa su entidad. 
“Sé que vivimos un proceso complejo y difícil para la sociedad, pero el Gobierno no podía, no debía cerrar los ojos ante la realidad que se vivía, de lo contrario hubiésemos fallado a nuestra responsabilidad y compromiso de proteger y garantizar la seguridad de la sociedad.  Estamos cumpliendo con esta tarea”. 
Duarte –y así lo asentó– se dijo consciente de la crítica, “la respetamos y la aceptamos, y tomamos de ella lo mejor, pero quiero señalar que todas las decisiones que se toman tienen como origen el bien mayor que tenemos que proteger como sociedad: que es el garantizar el futuro de nuestros niños y jóvenes”. 
La alocución política no tiene desperdicio. Muestra a un gobernante determinado y decidido a erradicar la violencia y la inseguridad a riesgo del costo político que implica revertir esta situación en Veracruz.
Es cierto lo que dicen algunos analistas del altiplano, que nunca como ahora Veracruz había vivido una circunstancia de esta naturaleza, sin embargo habría que añadir, en honor de la verdad completa, que tampoco nunca habíamos visto a un jefe del Ejecutivo estatal bien fajado y echado para adelante.
NI TAN CORTÉS
El Sergio Rodríguez Cortés parece estar eternamente casado con la polémica.
A muchos, por ejemplo, les sigue intrigando cómo le hizo el ex alcalde ex perredista para librarse de las consecuencias legales por el presunto daño patrimonial que le imputaron durante su administración como presidente municipal de Ciudad Mendoza.
Ahora, Rodríguez Cortés enfrenta múltiples denuncias por su costumbre de no dejar registros de sus obras y no entregar cuentas de los recursos manejados.
El último caso es el del Servicio Nacional del Empleo de Veracruz que estuvo a su cargo hasta hace un par de semanas. Ahí se comprometió con diversas organizaciones a otorgar cursos de capacitación para el trabajo y recibió sus solicitudes, pero ¡no dejó registro de dicha documentación en el citado órgano de la Secretaría de Trabajo!.
Según algunos inconformes, se repartieron los formatos de inscripción a los dirigentes de las asociaciones que aseguran haber hecho llegar dichas inscripciones de manera masiva, a solicitud del citado ex funcionario, fuera de lo que establece el reglamento para el inicio de cursos.
En recientes declaraciones, Rodríguez Cortés citó un video presentado por los perjudicados en el que ofrece el pago de becas y que fuera la razón para que se interpusiera una denuncia en la Procuraduría General de Justicia del estado para investigar los hechos, y refiere que los beneficiarios, de manera indebida y de motu propio, iniciaron sus clases sin contar con autorización del Servicio. Además señaló que fueron los mismos beneficiarios los que “indebidamente” iniciaron los cursos sin autorización.
Igualmente aseguró que la responsabilidad de la omisión recae sobre el Servicio Nacional del Empleo pero nadie tiene conocimiento de qué sucedió con las solicitudes que él recibió en propia mano. De acuerdo con declaraciones de Estefanía Vázquez Méndez, dirigente de los manifestantes, el ex funcionario nunca hizo llegar a las regiones donde debía iniciar el procedimiento, quedándose con los documentos de inscripción de los solicitantes, mismos que nunca entregó después de su penoso despido.
Ahora resulta que los culpables de sus promesas inclumplidas, engaños a beneficiarios, gastos innecesarios y desconocimiento del procedimiento son los mismos solicitantes y el Servicio Nacional del Empleo, los cuales desconocían la falta de seriedad en el trabajo del ex alcalde mendocino.
Habrá que ver si esta ocasión bastarán sólo sus declaraciones para evadir su responsabilidad. Y si la carta que enviará al gobernador Javier Duarte –como según lo declaró ante la prensa– será lo suficientemente elocuente para explicar las reuniones sostenidas con los beneficiarios en conocido hotel de la ciudad, ofreciendo los cursos con la presunta finalidad de apoyar al Partido Acción Nacional.

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