Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Peña Nieto
2011-09-06 | 21:32:33
Quién sabe si será por meter en aprietos al gobernador Javier Duarte de Ochoa, muy ligado a su innombrable antecesor Fidel Herrera Beltrán; o tal vez porque tratan de calar al dirigente del CDE del PRI, Héctor Yunes Landa, muy identificado con el senador Manlio Fabio Beltrones Rivera, otro incómodo aspirante presidencial del partido tricolor; pero el caso es que del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) priista le han impuesto a los líderes del priismo veracruzano una meta de votación aparentemente inalcanzable para las elecciones presidenciales de 2012.
Según ha trascendido, al principio, los operadores electorales del CEN del PRI –cuya dirigencia encabezada por el ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, está plenamente alineada con el mandatario mexiquense Enrique Peña Nieto– habían proyectado para Veracruz un estimado de 1 millón 500 mil votos, considerando que en las elecciones locales de 2010 el candidato priista a la gubernatura, Javier Duarte de Ochoa, triunfó con 1 millón 357 mil 705 sufragios, una cifra histórica para el priismo de la entidad.
Pero luego les subieron la vara a 1 millón 800 mil sufragios y últimamente se las colocaron mucho más arriba. Y es que en la gira que realizó el domingo antepasado, 28 de agosto, por los municipios serranos y costeros del Totonacapan –en la que les tomó la protesta a los dirigentes locales de Filomeno Mata, Mecatlán, Tecolutla y Gutiérrez Zamora–, Héctor Yunes hizo un llamado a sus correligionarios para mantener la unidad y fortalecer al PRI “para que el líder  priista de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, cumpla con el objetivo de aportar 2 millones 200 mil votos en la próxima contienda electoral”.
En el Parque Temático Takilhsukut –adjunto a la zona arqueológica de El Tajín, en Papantla–, al asistir al Primer Encuentro Espiritual y de Trabajo Partidista en el que participaron representantes de las catorce etnias que hay en territorio veracruzano encabezados por don Juan Simbrón Méndez, presidente del Consejo Supremo Indígena, Yunes Landa refirió que “las encuestas posicionan al PRI con amplia ventaja en cuanto a la preferencia electoral con casi el 60 por ciento a nivel nacional, situación que complace al priismo”, y acotó que por ello deben propiciar la unidad y fortalecer al partido de cara a las elecciones del próximo año.
Sin embargo, el ex aspirante a la gubernatura de Veracruz enfatizó una situación que en el 2012 podría costarle miles de votos al PRI, pues hizo hincapié en que muchas personas quieren ocupar posiciones de dirigencia al interior del Revolucionario Institucional. “Yo no he visto que se peleen por un partido débil e inexistente. Uno siempre pelea por lo mejor y el PRI es el mejor partido político”, expuso Yunes Landa.
Pero aparte de las pugnas internas entre los grupos priistas por las parcelas de poder –que además de las dirigencias municipales están por disputarse también las próximas candidaturas a la diputación federal y al Senado de la República, algunas de cuales podrían sorprender de última hora a la militancia del partido tricolor–, habría que considerar también el desgaste natural de los gobernantes estatales y municipales y los posibles candidatos que desde ahora se perfilan para abanderar al Revolucionario Institucional en las elecciones de 2012.
Hace cinco años, por ejemplo, en la sucesión presidencial de 2006, la administración del gobernador Fidel Herrera no padecía la contingencia financiera que enfrenta actualmente su sucesor Javier Duarte, y el experimentado político cuenqueño se enfilaba apenas hacia “la plenitud del pinche poder”, pero aún así el PRI perdió la elección de presidente de la República, ni siquiera pudo asegurar un senador de primera minoría, y solo pudo rescatar seis de las 21 diputaciones federales de mayoría relativa.
Ciertamente, como lo presumió Yunes Landa ante los priistas de Papantla, la mayoría de las encuestas ubican actualmente al PRI en la preferencia del 60 por ciento del electorado, con el gobernador mexiquense Enrique Peña a la cabeza de los aspirantes presidenciales.
Pero en 2006, el ex jefe de Gobierno de la ciudad de México, el perredista Andrés Manuel López Obrador, inició su campaña también con una ventaja similar ante los candidatos del PRI y del PAN, y al final perdió con el 0.56 por ciento de la votación oficial.
En el reciente informe de labores de la alcaldesa Azucena Olivares Villagómez, de Naucalpan de Juárez, Estado de México, el gobernador Peña le acaba de expresar a un aspirante veracruzano a la diputación federal por el distrito de Coatepec, que él no es Roberto Madrazo y que “yo sí voy a ganar la Presidencia de la República”.
Sin embargo, el carismático mandatario mexiquense comienza a decepcionar a algunos de sus simpatizantes. Por ejemplo, Gabriel Guerra Castellanos, analista político de noticieros Televisa, criticaba este martes en el informativo matutino que conduce el periodista Carlos Loret de Mola, el boato desplegado tanto por el presidente Felipe Calderón como por Enrique Peña en la ceremonias organizadas con motivo de sus respectivos informes de gobierno, las cuales hicieron recordar los actos del pretérito presidencialismo exacerbado al que la sociedad mexicana ya no quiere retroceder.
Algunos medios de comunicación cuestionaron que mientras mil 800 familias vivían anteayer el drama de las inundaciones en el municipio de Cuautitlán, allá en la capital del Estado de México, Toluca, el gobernador departía alegremente con la clase política priista durante su sexto y último Informe de Gobierno.
Y ayer, aunque la contingencia por el fenómeno meteorológico todavía continuaba en ese municipio de la entidad que aún gobernará hasta la próxima semana –razón por la que Peña Nieto retrasó casi dos horas su arribo a la ceremonia protocolaria con el gobernador Javier Duarte–, el mandatario mexiquense se vino a placear a Xalapa con el pretexto de “hermanar” a las capitales de Veracruz y del Estado de México; un evento que obligó a cuadrillas de trabajadores del programa del gobierno estatal “Adelante” a colgar pendones y anuncios espectaculares por las principales avenidas y calles xalapeñas que el aspirante presidencial del PRI debía recorrer en el trayecto del aeropuerto de El Lencero.
En el mensaje que dio con motivo de su último Informe de Gobierno, Peña exaltó que sin importar las edades, en México hay una nueva generación de priistas. Casi la misma frase con la que lo elogió hace poco el ex presidente Vicente Fox, del PAN. Pero lamentablemente el mexiquense parece encabezar a una camada de jóvenes gobernantes del PRI que, nostálgicos, siguen reeditando el anacrónico estilo del repudiado presidencialismo imperial.
A ver cómo les va electoralmente el año próximo.

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018