Gina Domínguez Colío, quien acaba de recuperar la categoría de coordinadora general de Comunicación Social del Gobierno del Estado, tiene un tremendo reto que francamente pocos le han de envidiar.
Y es que a la funcionaria egresada de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana le ha tocado desempeñar este cargo en una situación inédita y mucho más complicada que a sus antecesores.
Hasta el sexenio antepasado, por ejemplo, los voceros gubernamentales solo tenían que lidiar con los medios de comunicación tradicionales: prensa, radio y televisión. Sin embargo, en los últimos doce años en Veracruz se ha dado un boom de portales de internet y últimamente han proliferado los blogs y las llamadas “redes sociales” en las que corre todo tipo de información sin control.
Ayer, en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, igual como ocurrió a principios de este año en Xalapa a raíz de la prolongada balacera nocturna entre el Ejército y un grupo de secuestradores abatidos en la colonia Casa Blanca, fueron difundidos por la internet y teléfonos celulares un alud de rumores sobre supuestos secuestros, atentados y explosiones en centros escolares que obviamente apanicaron a cientos de padres de familia que paranoicos acudieron a rescatar de inmediato a sus hijos. Enterado de esta caótica situación, el gobernador Javier Duarte de Ochoa escribió en su twitter a las 11:05 horas de este jueves 25: “Con el fin de sembrar miedo es que se ha venido propagando el rumor de que existe algún riesgo en las escuelas, lo cual es FALSO, todo está en orden”.
Sin embargo, el daño ya está hecho. ¿Cómo contrarrestar de ahora en adelante estas campañas de rumores que de continuar no solo pueden desestabilizar el sistema educativo sino también afectar a los sectores productivos como sucedió el sexenio pasado, cuando los dueños de bares y discotecas de Xalapa se vieron seriamente afectados por las versiones falsas que se esparcieron por las redes sociales acerca de que presuntos “Zetas” llegaban a los establecimientos y secuestraban y violaban a las chicas más bonitas, cuyos novios o amigos eran salvajemente golpeados?
Este lunes 22, también, en la capital veracruzana corrió el absurdo rumor de que el inicio del ciclo escolar 2011-2012 había sido suspendido no tanto por la amenaza del fenómeno meteorológico “Harvey” sino por la del crimen organizado que supuestamente pretendía atentar contra algunos planteles educativos.
Ya la semana anterior fueron difundidos otros tipos de rumores que de cualquier manera generan intranquilidad y zozobra entre la población, como esa especie de que el jefe del cártel del Pacífico, Joaquín “El Chapo” Guzmán, habría ido a comer a un restaurante de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, por lo que todos los comensales presentes fueron despojados de sus teléfonos celulares y que el pago de sus consumos corrió a cargo del narcotraficante.
La versión, evidentemente, resultó más falsa que una promesa del ex gobernador Fidel Herrera. Y es que, por ejemplo, este miércoles 24, el Congreso de la Unión aprobó un punto de acuerdo en el que dio un plazo de cinco días hábiles a la Procuraduría General de la República y a la Cancillería mexicana para que informen qué han hecho para investigar las operaciones clandestinas de agentes de Estados Unidos que ofrecen pactos de inmunidad a cárteles de la droga, entre ellos los del “Chapo” Guzmán y su socio Ismael “El Mayo” Zambada, pues según testimonio escrito presentado por Vicente “El Vicentillo” Zambada ante una Corte federal de Illinois, Estados Unidos otorgó inmunidad a este par de narcotraficantes a cambio de que éstos suministraran información sobre las bandas rivales.Pero la tarea de instrumentar una política de comunicación que contrarreste esta campaña de rumores que por la sicosis colectiva que generan son una amenaza para la estabilidad social, no es exclusiva de Gina Domínguez sino también de los y las responsables de las áreas de prensa y difusión de los Ayuntamientos que gobiernan los municipios impactados, los cuales ya no se deben circunscribir solo a la típica labor de redactar y enviar boletines, videos o fotografías de los alcaldes y demás funcionarios municipales inaugurando guarniciones y banquetas, entregando despensas, sembrando arbolitos o rompiendo los récords Guinnes.
La realidad es innegable y el problema ahí está, el cual seguramente se recrudecerá en los meses próximos ante la pugna de poder que se avecina por la sucesión presidencial de 2012.
En el nivel nacional existe ya un Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia, firmado el 24 de marzo de este año en el Museo de Antropología por editores de medios impresos y los principales concesionarios y conductores de noticieros de radio y televisión, cuyo antecedente se remonta al congreso “Ciudadanía y Medios. Acción Conjunta”, organizado por el gobierno de Veracruz y la Procuraduría General de la República en noviembre de 2009 en Boca del Río, en el que uno de sus principales resolutivos fue que los medios “no otorgarían espacios a los mensajes de los grupos delictivos ni a sus representantes”.
En la entidad, a finales de junio, una semana después del alevoso crimen del columnista porteño Miguel Ángel López Velasco y de su familia, el gobernador Duarte de Ochoa convocó en la Casa Veracruz a más de un centenar de directores, editores, ejecutivos y concesionarios de los principales medios de comunicación electrónicos e impresos de la entidad, con los cuales abordó el delicado caso del tratamiento que debería dársele a la información generada por la deleznable acción de la delincuencia organizada.
Pero ahora, de lo que se trata, es de contrarrestar los rumores terroristas esparcidos a través de Twitter, de Facebook y demás redes sociales, cuya efectividad de sus campañas de organización o desestabilización colectiva ya se demostró lo mismo en la construcción del triunfo electoral del presidente estadunidense Barack Obama en 2008, que en los movimientos de protesta de Chile, España e Inglaterra y en las revueltas que este año han derrumbado las dictaduras de otros países del norte de África.