Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Reynaldo: Mitos y Mitoteros
2011-06-01 | 20:13:06
Fue Javier Duarte, como candidato del PRI a la diputación federal por el distrito electoral de Córdoba, quien en un mitin político en 2009 calificó a Reynaldo Escobar Pérez como “el mejor secretario de Gobierno que ha tenido Veracruz en toda su historia”; elogio que incomodó y hasta molestó a otros ex secretarios de despacho que en ese mismo evento acompañaban a quien desde entonces ya se perfilaba como el más seguro sucesor del gobernador Fidel Herrera Beltrán.

Sin embargo algo ocurrió en el transcurso del año siguiente porque Escobar, quien pretendía ser ratificado por Duarte en diciembre de 2010 en la misma oficina de Palacio de Gobierno, tuvo que cederle su lugar a Gerardo Buganza Salmerón, un ex militante del PAN que no es abogado sino ingeniero industrial, y a quien sus malquerientes de filiación priísta se resisten a reconocerlo como un buen operador político y como legítimo interlocutor con el mandatario veracruzano.

Desde cinco meses antes Reynaldo Escobar ya sabía que no repetiría como secretario de Gobierno, pues los resultados electorales obtenidos por Duarte en Xalapa le fueron ampliamente desfavorables al candidato del PRI. Por eso, de común acuerdo con el gobernador Fidel Herrera, el ex alcalde xalapeño pretendió dar madruguete para saltar como titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado antes de que concluyera la administración del cuenqueño, cargo para el cual estaba constitucionalmente impedido.

Esa intentona, según trascendió, molestó sobremanera al gobernador electo. Tanto que de su equipo fue filtrado deliberadamente en algunos medios de comunicación que la terna de candidatos de Duarte para ocupar la PGJE estaba integrada por dos ex titulares de la Procuraduría General de la República: Rafael Macedo de la Concha e Ignacio Morales Lechuga, y por la ex fiscal especializada en delitos electorales de la propia PGR, María de los Ángeles Fromow Rangel. En esa lista, intencionalmente, no fue incluido Escobar.

Sin embargo, a finales de noviembre, le fue confirmada la invitación para iniciar como subprocurador encargado del despacho de la PGJE. Una semana antes de que Duarte rindiera protesta como gobernador, Reynaldo fue llamado para tomarse la foto oficial de los miembros del gabinete duartista. Su nombramiento fue una de las pocas sorpresas que dio el gobernador electo al dar a conocer oficialmente a su equipo de colaboradores la noche del 30 de noviembre. Según trascendió en esa ocasión, el ex secretario de Gobierno fue llamado como emergente luego de que otro prospecto se negó a asumir dicho cargo porque tampoco cumplía cabalmente con los requisitos exigidos por la Constitución Política del Estado de Veracruz.

Escobar, en cambio, accedió a quedar provisionalmente como encargado del despacho hasta que el titular del Poder Ejecutivo remitiera al Congreso local la iniciativa de ley para reformar la Carta Magna local.

Hace casi un mes, el pleno de la LXII Legislatura del estado aprobó, entre otras reformas a la Constitución Política de Veracruz, las de los artículos 53 y 62 a fin de precisar los requisitos para ser Procurador y Consejero de la Judicatura. Y este martes 31 de mayo, con 47 votos a favor de los 50 diputados locales, Escobar Pérez fue ratificado para asumir formalmente la titularidad de la PGJE. Por la noche, el gobernador Duarte le tomó la protesta de ley.

Con este nombramiento, aprobado casi por la totalidad de los miembros del Congreso local, el ex secretario de Gobierno lograr echar por tierra varios de los mitos que tanto a él como al ex gobernador Herrera les construyeron sus adversarios políticos durante la administración anterior.

Uno de ellos, por ejemplo, fue el que sus detractores difundieron por las redes sociales y portales de la Internet vinculándolos con el crimen organizado. A Herrera Beltrán, verbigracia, lo motejaron como el “Z-1” y a Escobar le atribuyeron la función de personero y negociador del fidelismo ante los cárteles que operan en la entidad.

Pero este miércoles 1 de junio, al asistir al puerto de Veracruz como representante del gobernador Duarte de Ochoa en la ceremonia conmemorativa del Día de la Marina Nacional, el secretario de Gobierno, Gerardo Buganza, aclaró que no se “planchó” a los 17 diputados locales de oposición que votaron a favor del nombramiento de Reynaldo Escobar, sino que su aprobación se debe a que el procurador salió bien calificado del examen de confiabilidad que recientemente le fue aplicado por las autoridades federales en la ciudad de México, y al que también deberán someterse todos los funcionarios vinculados al área de seguridad pública del estado, incluyéndose él mismo.

Así, pues, una vez reformada la Constitución nadie podía objetar más la designación del ex alcalde de Xalapa.

De los dos únicos diputados del PAN que votaron en contra del nombramiento de Escobar decepcionó el caso del legislador de Boca del Río, Fernando Yunes Márquez, pues sus argumentos no fueron de peso para justificar su rechazo al ascenso del subprocurador. Y es que se esperaba que el hijo de Miguel Ángel Yunes Linares, quien desde antes de su campaña por la gubernatura de Veracruz siempre acusó al ex gobernador Herrera de estar coludido con el crimen organizado, exhibiera ahora en tan oportuna coyuntura los elementos de prueba contra Reynaldo, cercanísimo operador del ex mandatario veracruzano.

Por las fuentes de información que presuntamente aún mantiene en algunas áreas de la Procuraduría General de la República y de la Secretaría de Seguridad Pública federal –de la cual el sexenio pasado llegó a ser subsecretario y secretario ejecutivo del Consejo Nacional–, Yunes Linares bien pudo haber documentado a su vástago para que al menos nos confirmara si deveras Escobar Pérez presentó un buen examen o si a duras penas aprobó de “panzazo” la prueba de confiabilidad.

Porque los examinadores deben ser incorruptibles, ¿verdad?

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