Aunque los adversarios del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán han llegado a calcular la deuda pública en más de 40 mil millones de pesos, cifra estratosférica que su sucesor, Javier Duarte de Ochoa, ha desmentido una y otra vez, lo cierto es que la administración actual ha implementado un programa de austeridad y de racionalización del gasto público –que prevé el retiro voluntario de aproximadamente dos mil burócratas–, mediante el cual pretende ahorrar seis mil millones de pesos.

La situación financiera sigue siendo tan crítica que, por ejemplo, en algunos departamentos de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) los empleados han llegado al grado de pagar de sus propios bolsillos los garrafones de agua purificada que consumen en sus oficinas, y hasta los rollos de papel higiénico que diariamente usan en los sanitarios.

Esta circunstancia extraordinaria, que muy difícilmente lograrán superarla antes de la sucesión presidencial de 2012, debería obligar por el momento a los altos funcionarios y directivos de las dependencias del gobierno del estado a ser realmente austeros y mucho más racionales y eficaces en el gasto público.

Lo anterior viene a colación porque el pasado viernes 6 de mayo la Secretaría de Educación, por instrucciones del gobernador Duarte de Ochoa y su esposa Karime Macías, presidenta del Sistema Estatal del DIF, tuvo a bien encargarse de organizar el Festival del Día del Niño 2011 en el Parque Deportivo Colón, de Xalapa, para lo cual instaló talleres educativos, realizó concursos y contrató payasos, magos y grupos de música en vivo, entre ellos un caro show internacional de un grupo de payasitas llamado “Ni fu ni fa”.

¿Saben cuántos niños y padres de familia respondieron a la tardía convocatoria de la SEV? Según las crónicas periodísticas y versiones de los propios funcionarios del sector educativo, no habrían sido más de 150 en total. El estadio de beisbol, que es la sede del equipo “Chileros de Xalapa”, se vio prácticamente vacío.

¿Tanto gasto inútil para qué? ¿Por qué los directivos de la SEV no se coordinaron anticipadamente con las escuelas de educación preescolar y básica de Xalapa así como con las autoridades de los municipios aledaños, y se habrían ahorrado gastos que por su parte realizaron también los planteles educativos y los Ayuntamientos para celebrar el Día del Niño?

Un ejemplo de mejor coordinación entre los dos niveles de gobierno se observó, por ejemplo, en las cabeceras municipales de Zongolica, Coatzacoalcos y Córdoba, donde la semana anterior el DIF estatal y los Cabildos organizaron sendos festivales con la concurrencia de miles de infantes y sus familias.

Quién sabe qué ocurre con el ex diputado local y federal Adolfo Mota Hernández, cuyo desempeño hasta el momento como titular de la SEV se ha caracterizado por su tono exageradamente gris, dándole la razón a sus detractores que desde antes de que se concretara cuestionaron su nombramiento como secretario de Educación al no reconocerle ningún mérito académico pese a que el sexenio anterior, de diciembre de 2004 hasta principios de 2006, se desempeñó como subsecretario de Desarrollo Educativo al lado del doctor Víctor Arredondo Álvarez, ex rector de la Universidad Veracruzana y reconocido internacionalmente como una eminencia en educación superior.

Pero Mota, como quedó constancia en el proceso electoral federal de hace cinco años, sólo utilizó la Subsecretaría de la SEV para construir su candidatura a la diputación por el distrito de Coatepec, uno de los pocos que en la entidad logró ganar el PRI en 2006, pues de 21 el partido tricolor sólo pudo triunfar en seis.

De hecho, la designación como secretario de Educación de Veracruz del ex dirigente estatal del PRI se atribuyó al pago de facturas políticas. Una de ellas por su oportuna declinación a favor de la precandidatura de Duarte de Ochoa a principios de 2010, y luego por la presión que ejerció sobre el mandatario estatal el dirigente nacional de la CNOP, Emilio Gamboa Patrón, padrino y ex coordinador de Mota en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión durante la LX Legislatura federal (2006-2009).

Por eso no fue fortuito que esta sábado 7, el gobernador Javier Duarte lo enviara en su representación personal al evento que el dirigente estatal de la CNOP, Alejandro Montano Guzmán, organizó en el estadio xalapeño “Heriberto Jara Corona” para festejar anticipadamente a las madres de la capital veracruzana con motivo del 10 del mayo.

El festival, que fue amenizado por la conductora de televisión Vielka Valenzuela, el comediante Reynaldo Rossano “Papirrin” y el cantante romántico Carlos Cuevas, estuvo mucho más concurrido que el infantil del parque deportivo “Colón” organizado por la SEV el día anterior; sin embargo, para mala fortuna de Mota, el dirigente estatal de la CNOP no logró imponer el nuevo récord Guinnes con la “rondalla más grande del mundo” que pretendía el aspirante del PRI a la diputación federal por el distrito de Xalapa Rural. El récord vigente es de 640 personas, pero al evento del ex secretario de Seguridad Pública del estado sólo llegaron 350 músicos y cantantes veracruzanos, según habrían dado fe los dos notarios públicos invitados por el ex funcionario alemanista, quien en entrevista posterior declaró a los reporteros que esta fiesta fue organizada por el Sector Popular del PRI estatal para festejar a todas la madres xalapeñas y veracruzanas, pero que de ninguna manera se trataba de un evento político.

Y, al final, Montano Guzmán expresó algo que para el titular de la SEV debería representar una gran enseñanza que aún estaría a tiempo de retomar y aprender: “La fiesta –aseguró el dirigente priísta– la organiza (la CNOP) y fue con apoyo de muchas gentes. Algunos aportaron agua, otros sonido, otros las sillas. Fue una gran participación y lo que se necesita es encontrar el punto de equilibrio donde todos quieren participar. Salió baratísimo esto”.

En tiempos de obligada austeridad como la que le ha tocado en su inicio a la administración del gobernador Javier Duarte, casos como éste deberían servir de ejemplo para los funcionarios que por gusto o ineptitud siguen haciendo del derroche y el despilfarro de los recursos públicos un estilo de hacer sentir su poder.