Desde que el presidente Felipe Calderón inició su “guerra” contra los cárteles del narcotráfico, la mayoría de los mexicanos –y ahora los veracruzanos no somos la excepción– vivimos inmersos en una especie de “ruleta rusa”, ese macabro juego en el que cada participante se coloca la pistola en la sien y amartilla, hasta que alguien corre la mala suerte de recibir la única bala alojada en el arma.
El comentario se hace porque en la balacera del pasado lunes 18 en la unidad habitacional de Río Medio, en la zona norte del puerto de Veracruz, hubo daños a viviendas y automóviles de los vecinos que nada tenían que ver con los delincuentes perseguidos por las fuerzas federales.
¿Quién se va a hacer cargo de indemnizarlos?
Entrevistado este miércoles 20 precisamente sobre dicho asunto, el comandante de la Sexta Región Militar, René Carlos Aguilar Páez, informó que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no puede resarcir los daños ocasionados en casas y automóviles derivados de la reciente balacera, hasta que los afectados no interpongan una querella.Entrevistado momentos antes de la instalación de la Asociación Civil para la organización de los festejos rumbo a los 500 años de la fundación del H. Ayuntamiento del puerto de Veracruz –evento que fue presidido por el gobernador Javier Duarte de Ochoa–, el jefe militar dijo que la relación de daños debe ser puesta a disposición de las autoridades federales.¿Pero qué víctima, después de un suceso traumatizante como éste, va a tener el ánimo y la entereza de hacer un engorroso trámite burocrático ante las instancias judiciales para que le reparen el daño material?
Y es que el comandante de la Sexta Región Militar precisó que dentro de la investigación, si hay querella de daños, en base a ello se cubrirán las afectaciones registradas en el Infonavit de Río Medio. El general Aguilar Páez declaró que “hasta el momento no hay ninguna querella, o no sé, si tenga conocimiento échenmela para acá. Échenmela para acá. No sabemos si pertenecía a algún grupo, la PGR está haciendo las investigaciones. Pero, si hay querella de pago, échenmela para acá”, reiteró a los reporteros que lo entrevistaron.En descargo de sus subordinados, argumentó que por ninguna circunstancia los elementos castrenses llegan disparando en los operativos, y que en el reciente hecho ocurrido en la unidad habitacional de Río Medio, el personal militar rodeó la casa donde estaban los delincuentes y les solicitaron que se entregaran, pero que ante el recibimiento con disparos, los militares tuvieron que responder a la agresión.
Afortunadamente, en esta ocasión, no hubo civiles heridos durante la refriega protagonizada entre militares y delincuentes. ¿Pero alguien recuerda lo que ocurrió la madrugada del domingo 27 de marzo también en el puerto de Veracruz, al término del baile popular amenizado por la Arrolladora Banda Limón en el auditorio “Benito Juárez”, en cuya balacera salieron heridos un par de taxistas, una señora y un menor de edad?
Según la crónica del reportero Ignacio Carvajal, de La Jornada Veracruz, Marisela, una pasajera de taxi, le relató: “Allá estaba una señora, la de las tortas. Ella ya se iba, estaba esperando el taxi casi en el semáforo de Lafragua y Católica, de pronto, unos sujetos chocaron. Y los militares comenzaron a disparar, desde arriba de la camioneta, les abrieron fuego en todos lados y la señora se quedó atrapada. Yo le decía a un soldado que me dejara rescatar a la señora, ir por ella, pero él respondió que no, que ‘chingara a su madre por pendeja’”.
Lo más indignante y penoso es el maltrato que en estos operativos suelen dar los elementos federales a las autoridades ministeriales del estado. El periodista porteño, por ejemplo, refiere el siguiente hecho registrado durante el violento incidente ocurrido hace casi un mes: “Una camioneta con agentes ministeriales, de la Procuraduría General de Justicia, irrumpe. Se identifican. Traen logotipos oficiales en la unidad que los dejan más que acreditados como personal del gobierno. Ni con eso pasan. Insisten y se encuentran con las armas de los soldados. Les apuntan. Faltó poco para que los encañonaran. Es todo. Se acabó el diálogo y ellos ahora también son sospechosos. No les queda de otra. Enmedio de la rechifla y comentarios de burla de los trabajadores del volante, agachando la cabeza, los agentes se retiran”.
Esa vez, al igual que en la balacera iniciada durante la medianoche del pasado lunes 18 en el Infonavit Río Medio, hubo varios automóviles baleados y chocados, y viviendas con agujeros de armas calibre 50, de uso exclusivo del Ejército, pero hasta el momento se ignora si los afectados fueron debidamente indemnizados.
Si ya el gobernador Javier Duarte tomó la solidaria iniciativa de solicitar a la LXII Legislatura local que aprobara las pensiones para los deudos de los efectivos castrenses caídos en cumplimiento de su deber durante los operativos realizados contra la delincuencia organizada en la entidad –beneficio que posteriormente los diputados veracruzanos extendieron a los familiares de los elementos policíacos del estado–, ¿por qué no legislar también a favor de los civiles que resulten víctimas de esta “guerra” que nunca tendrá fin mientras el gobierno de Estados Unidos no combata realmente el tráfico de armas hacia México ni abata el demandante mercado interno de las drogas?