Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
* ‘LUNA DE MIEL’
2011-04-10 | 22:03:00

El gobernador Javier Duarte de Ochoa acaba de recibir un espaldarazo del Congreso local.

El pasado viernes 8, en sesión extraordinaria, las cuatro fracciones parlamentarias representadas en la LXII Legislatura del estado avalaron y respaldaron el Plan Veracruzano de Desarrollo (PVD) 2011-2016 que les remitió el titular del Poder Ejecutivo.

Los legisladores del PRI –¡obviamente!–, del PAN, PRD/Convergencia y Partido Nueva Alianza (Panal), manifestaron que el PVD marca el sello de lo que será la administración estatal: orden, eficiencia y transparencia; externaron que sí se puede cumplir con las metas establecidas si la sociedad en su conjunto participa; que es factible erradicar la pobreza en un 50 por ciento, y que se puede vivir en un mejor estado.

El coordinador de la bancada PRD/Convergencia, Armando Méndez de la Luz, luego de explicar qué es un “plan de desarrollo” y su utilidad, y de aludir a los niveles de pobreza que persisten en la entidad, dijo que el documento que les fue presentado tiene la misión de impulsar el desarrollo económico y transformar en riqueza los inmensos recursos con que cuenta el estado, a fin de mejorar las condiciones de vida de los veracruzanos, en especial los que sufren pobreza, marginación y exclusión. El ex secretario gutierrezbarrista de Desarrollo Económico destacó que por primera vez un Plan Veracruzano de Desarrollo incorpora indicadores de medición y evaluación y establece una revisión anual.

El también ex presidente municipal de Xalapa pidió conjuntar esfuerzos para impulsar el desarrollo del estado porque las metas –aseguró– sí se pueden alcanzar.

“¿Y cómo se puede? Con unidad de todos, partidos; con unidad de sectores sociales, sector privado, gobierno; con una política clara y un gobierno probo y transparente como lo asienta el propio Plan; con una política de rendición de cuentas, con una política de combate frontal a la corrupción, con un plan de austeridad que permée en todas las esferas gubernamentales”, enumeró el diputado convergente Méndez de la Luz, quien concluyó que Veracruz puede ser un ejemplo para México y el mundo.

“Lo que no se hizo en el pasado inmediato se hará a partir del primero de diciembre pasado. Estrictamente sólo el tiempo nos lo dirá… No negamos que sean posibles grandes logros, pero ello implica nuevas políticas, más crecimiento, mejor distribución de la riqueza, mayores ingresos públicos, mejor calidad de gasto”, detalló el político xalapeño.

A nombre de los legisladores del Partido Nueva Alianza, Ulises Ochoa Valdivia reconoció las bondades de las estrategias y acciones del Plan Veracruzano de Desarrollo, sobre todo la erradicación de la pobreza en un 50 por ciento.

“Nosotros, como Grupo Legislativo, expresamos la absoluta disposición a que todas las metas del Plan Veracruzano de Desarrollo lleguen a buen puerto, de que este documento que concentra las aportaciones de miles de ciudadanos se traduzca en genuina carta de navegación de la administración del doctor Javier Duarte de Ochoa”, expuso el hijo del senador Rafael Ochoa Guzmán, secretario general del CEN del SNTE y brazo derecho de la lideresa del sindicato magisterial, Elba Esther Gordillo Morales.

Por su parte, el coordinador de la bancada del PAN, Danilo Alvízar Guerrero, destacó la propuesta del titular del Poder Ejecutivo de reducir el gasto corriente a lo indispensable para eliminar las viejas prácticas de dispendio de la anterior administración que puso en riesgo la viabilidad del estado, y aprovechó para cuestionar la amenaza que representa la deuda pública para la entidad.

El líder del grupo legislativo blanquiazul prometió que el PAN no será un dique para contener los esfuerzos por sanear las finanzas estatales, pero advirtió que sí estarán pendientes de fiscalizar la aplicación correcta de los recursos.

Y sin regateos reconoció que “nos parece loable” que con el Plan del régimen duartista se pretenda elevar la cobertura de servicios básicos, especialmente en las zonas rurales.

Habrá que ver hasta cuándo dura esta “luna de miel”, pues no hay que olvidar que en su momento, en cada primer año de gobierno, todos los mandatarios estatales anteriores también recibieron el beneficio de la duda y el apoyo coyuntural de los líderes y legisladores de oposición.

Bueno, al inicio de su administración hasta Fidel Herrera Beltrán también logró el consenso de todos los dirigentes partidistas que le firmaron el famoso Pacto para la Gobernabilidad y Desarrollo del estado.

Y en 2010 ya vimos cómo terminó de cuestionado el ex gobernador cuenqueño.

De “Luna de miel”, la relación de la oposición con el fidelato pasó a “Luna de hiel”.

A ver ahora cómo se blinda políticamente el gobernador Duarte de los zangoloteos que se avecinan con la sucesión presidencial de 2012.


NI TAN DELFÍN

Jorge Carvallo Delfín, coordinador de los diputados locales del PRI, es parte de esa camada de nuevos políticos veracruzanos forjados y catapultados durante el régimen de la Fidelidad.

Se esperaría que por pertenecer a una nueva generación política estatal, su discurso, entonación y actitud fueran más joviales y frescas.

Pero por lo que se vio en la sesión legislativa del pasado viernes 8, en la que como coordinador de los diputados priístas fijó la posición de su bancada en torno al Plan Veracruzano de Desarrollo, Carvallo proyectó la imagen de un anticuado político de la década de los setentas.

Seguramente será porque se forjó al lado de un echeverrista como el ex gobernador Herrera Beltrán, pero ahora Carvallo debe entender que forma parte de una Legislatura y de un nuevo gobierno encabezado por Javier Duarte de Ochoa, cuya administración está integrada en su mayoría por jóvenes de entre 30 y 45 años de edad.

El colmo fue cuando en un aparente afán “innovador”, el ex dirigente estatal del PRI se atrevió a argumentar que el PVD es un Plan visionario y de carne y hueso porque no sólo fue creado por miles de veracruzanos sino certificado también por la norma de calidad ISO 9001-2008, como si nadie supiera que esas “certificaciones” se venden al gusto y la medida del mejor postor.

Lo que habría que preguntar es quién certifica a esas empresas “certificadoras”.

Este Delfín si que no resultó tan inteligente como el simpático “Flipper”.

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