Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Salud en crisis
2011-05-03 | 22:04:48
Uno de los funcionarios del gobierno de Miguel Alemán Velazco (1998-2004) que salió muy cuestionado fue el doctor Mauro Loyo Varela, secretario de Salud.
Loyo, quien por su antigua y estrecha relación de amistad con Alemán era el único miembro del gabinete estatal que tenía derecho de picaporte en la casa de la familia del elitista gobernante, fue objeto de persecución al término de la administración alemanista porque el Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS), a cargo entonces del contador público René Mariani Ochoa, había detectado un cúmulo de irregularidades en el Sector Salud, tanto en la construcción como en el equipamiento de una docena de hospitales, que el nuevo régimen del gobernador Fidel Herrera Beltrán parecía no estar dispuesto a encubrir.
Este caso tensó tanto la relación entre Herrera y su antecesor, que a principios de 2005 trascendió que luego de una reunión en la ciudad de México con varios de sus ex colaboradores, Alemán le habría hecho un fuerte reclamo al ex senador.
Y es que el ex mandatario creía ciegamente en la palabra de su amigo, casi hermano, y habría llegado a suponer que el linchamiento mediático en contra del doctor Loyo era consecuencia de la férrea disputa que un año antes había sostenido con Herrera Beltrán por la candidatura del PRI al gobierno de la entidad.
Obligado a disciplinarse, a principios de 2004 el secretario de Salud había convocado a conferencia de prensa para anunciar su retiro de la contienda interna por la nominación priista, pero aclaró ante los reporteros que lo hacía porque fue obligado a declinar.
El sexenio pasado, la relación personal de Loyo con Herrera siguió deteriorándose a raíz de un par de incidentes que pusieron en riesgo la vida de los hijos de ambos. Un caso por no permitir en un predio de Boca del Río, propiedad del ex secretario de Salud, el aterrizaje de un helicóptero oficial que trasladaba al primogénito del gobernador; y el otro por el secuestro del vástago del neurocirujano.
Ello, al parecer, hizo que en 2010 Mauro Loyo rompiera abiertamente con Herrera Beltrán y con el PRI, al postularse como candidato de Convergencia a la presidencia municipal del puerto de Veracruz, elección en la que fue avasallado por la priista Carolina Gudiño y por Julio Saldaña, del PAN.
Esta anécdota viene a colación porque precisamente después de este antecedente se habría esperado que el gobernador Herrera hubiera sido más cuidadoso en su administración para no repetir los mismos errores en un área gubernamental tan sensible socialmente como la de Salud.
Ahora, sin embargo, ha trascendido que el gobierno del estado estaría por rescindir el contrato a la Financiera Médica (Finamed), SA de CV, una empresa de Guadalajara, Jalisco, que a mediados de febrero de 2009, entre severos cuestionamientos por parte de diputados de oposición, ganó el concurso de licitación para la privatización parcial de los servicios de salud en el estado, la cual comenzó a operar al mes siguiente, en marzo, en 11 hospitales públicos de Veracruz.
Según Manuel Lila de Arce, a la sazón secretario de Salud del gobierno de la Fidelidad, en el proceso de licitación se inscribieron ocho empresas y Finamed fue la ganadora porque fue la que presentó la mejor propuesta. El proceso de privatización costaría al estado más de 5 mil millones de pesos y originalmente preveía un plazo de 12 años, aunque todo 2008 se perdió debido al tiempo que se llevó el Congreso local para aprobar la autorización del proceso de licitación, pues en un principio corrieron rumores de que funcionarios del gobierno del estado pretendían beneficiar con la licitación a la empresa Vitalmex, para proveer a los nosocomios estatales del equipamiento médico para hemodinamia, cirugía cardiovascular, aparatos de rayos X, tomógrafos y quirófanos integrales, entre otros.
Pero de hecho, por incumplimiento de pago por parte de la administración del gobernador Herrera, Finamed –que oferta esquemas de financiamiento tales como crédito, arrendamiento puro y arrendamiento financiero a cualquier persona física o moral, entidad pública o privada, para amueblar y acondicionar clínicas, hospitales o laboratorios– decidió suspender al año siguiente, a principios de noviembre de 2010 (casi al término del régimen fidelista), los servicios complementarios de salud en los 11 nosocomios del gobierno de Veracruz.
Y es que a poco menos de 11 meses de que Finamed concluyera la instalación del nuevo equipo e iniciara la prestación de sus servicios, el gobierno de Herrera Beltrán incumplió con el pago a la empresa jalisciense.
El integrante de la Delegación número 1 del Sindicato de Trabajadores de Organismos Públicos Descentralizados y Autónomos del Estado de Veracruz (Stopdaev), del Centro de Especialidades Médicas (CEM) “Doctor Rafael Lucio”, Carlos Maldonado Galindo, reconoció a finales del año pasado que la suspensión total de los servicios médicos afectaba la atención oportuna y eficiente de los pacientes que principalmente por razones económicas tienen que recurrir a los hospitales públicos.
El representante sindical declaró que la empresa había decidido paralizar el servicio como medida de presión para que el gobierno del estado, a través de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), cumpliera con el compromiso económico signado en el contrato, vigente desde febrero del año anterior.
Este escándalo del Sector Salud ha puesto en entredicho, obviamente, a los funcionarios de la nueva administración estatal que de manera reiterada han negado que el gobierno del estado esté financieramente en bancarrota o que el monto real de la deuda pública heredada por el régimen anterior ascienda a 40 mil millones de pesos, como han asegurado los detractores del ex gobernador Herrera Beltrán desde la campaña electoral de 2010.
Pero… ¿qué dirán al respecto del caso Finamed, los ex secretarios fidelistas de Salud, Manuel Lila de Arce y Luis Fernando Antiga Tinoco, quienes han sido “premiados” en esta administración con la jefatura de la Jurisdicción Sanitaria Número 8 y con la Dirección General del Hospital Regional, respectivamente, ambos radicados ahora en el bello puerto de Veracruz?

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