Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Elizabeth Vulnerable
2011-02-09 | 21:46:04
La elección municipal del 4 de julio de 2010 la ganó la candidata priista a la alcaldía de Xalapa, Elízabeth Morales, con cerca de cien mil votos, la mayor votación obtenida por un abanderado del partido tricolor en toda la historia de la capital veracruzana.
Pero esa cantidad de sufragios que atrajo para sí no pudo endosárselos, como se lo había prometido, al candidato del PRI a la gubernatura, Javier Duarte de Ochoa.
Quienes saben de esto, argumentan que Elizabeth traía desde hace rato un buen filing entre el electorado xalapeño que lamentablemente Duarte no pudo empatar por lo corto de su campaña, pero además por la identificación negativa que los votantes de la capital veracruzana tenían de él por considerarlo el delfín del gobernador saliente Fidel Herrera Beltrán, quien durante el último tramo del proceso electoral fue blanco de una feroz guerra sucia atribuida al candidato del PAN a la gubernatura, Miguel Ángel Yunes Linares, que era apuntalado desde el gobierno federal por el abierto apoyo del presidente Felipe Calderón.
Obviamente no faltaron los cortesanos que trataron de hacer creer a la señorita Morales que el rotundo triunfo lo ganó a pulso, y que por consiguiente nada le debía al sucesor del ex gobernador Herrera.
Pero en abono de la alcaldesa xalapeña hay que decir que ésta suele reconocer el apoyo que en su momento le dio Duarte para ser la candidata a la presidencia municipal, pues en un primer acuerdo de Herrera Beltrán con los ex dirigentes priistas Guillermo Zúñiga Martínez y José Yunes Zorrilla, se había convenido originalmente que el abanderado para suceder a David Velasco Chedraui sería el ex secretario de Trabajo, Previsión Social y Productividad, Américo Zúñiga, hijo del actual director del IVES y ahijado del empresario peroteño don José Yunes Suárez, padre del actual diputado federal por Coatepec.
Inicialmente esa era la fórmula priista para ganar Xalapa y apuntalar la campaña de Duarte: Elizabeth a la diputación y Américo para la alcaldía.
Sin embargo, las encuestas favorecían ampliamente a la ex diputada federal. De acuerdo con las proyecciones, la señorita Morales arrasaba con alrededor de cien mil votos si hacía campaña en todo el municipio de Xalapa y no solamente en la mitad si era postulada para la diputación local por uno de los dos distritos electorales con cabecera en la capital veracruzana.
Gracias al aval de Duarte, que hipotéticamente se vería beneficiado, se dio el cambio de candidaturas. El problema para el gobernador Herrera fue decidir quién y cómo les informarían al maestro Zúñiga y a don Pepe Yunes este enroque de candidatos.
Ayudó mucho la actitud institucional de Américo Zúñiga, quien con gran entereza digirió el trago amargo y con buena disposición se puso a hacer campaña para llegar al Congreso local.
Por su lado, Elizabeth ganó la candidatura municipal, pero no pudo recomendar ni acomodar a nadie de su equipo en la sindicatura ni en las primeras cinco regidurías. Todo lo decidió el gobernador Herrera, quien ni siquiera cedió su cuota de poder al alcalde saliente Velasco Chedraui.
La señorita Morales tuvo que cargar con buena parte del financiamiento de la campaña municipal, pues la mayor parte del recurso del partido se destinó a catapultar la candidatura de Duarte.
Sin embargo, los patrocinadores de los candidatos del PRI ahora quieren cobrar facturas.
Con Herrera Beltrán les funcionó porque actuaron como Carlos Ahumada Kurtz, ese famoso empresario de origen argentino que fue exhibido con la filtración de videos en 2004 -previo a la sucesión presidencial de 2006- por los fajos de billetes que entregaba a los candidatos del PRD y a funcionarios del gobierno perredista de la ciudad de México.
Uno de ellos es el ingeniero Fernando Padilla Farfán, representante legal de la empresa Comercialización y Construcción de Espacios Inmobiliarios (COCEI, SA de CV), quien el trienio pasado le impuso a varios alcaldes a los directores de Obras Públicas, como fue el caso de Velasco Chedraui en Xalapa.
Aunque Elizabeth Morales lo niega y se resiste a comentarlo, pero ha trascendido que la alcaldesa ha tenido algunas desavenencias con este joven, pero poderoso constructor del sexenio fidelista, quien además tenía incrustado en el organismo operador del sistema municipal de agua y alcantarillado a Manuel Ferro Andrade, quien no solo fue vetado para ser nombrado director general de la CMAS sino que fue despedido en enero por la munícipe xalapeña.
El trienio pasado, Ferro fue el principal operador de la reestructuración de la millonaria deuda que el ayuntamiento de Xalapa contrajo en 2004 para el Programa Integral de Saneamiento (PIS) con Banobras a finales de la administración municipal de Reynaldo Escobar -actual subprocurador encargado del despacho de la Procuraduría General de Justicia del Estado-, y que luego los alcaldes Ricardo Ahued y David Velasco renegociaron comprometiendo las participaciones federales.
Padilla Farfán es un operador financiero de Herrera Beltrán desde el sexenio antepasado, cuando el cuenqueño buscaba la gubernatura del estado. En marzo de 2004, por ejemplo, el Congreso local aprobó que el H. Ayuntamiento de Nanchital le enajenara a su empresa un predio suburbano conocido como El Oasis, ubicado en la carretera Nanchital-El Chapo, en la cantidad de tres millones de pesos, con una extensión de más de 6 hectáreas, deducido de una extensión mayor, de propiedad municipal, mismo que sería destinado para el desarrollo del proyecto de construcción de viviendas de interés social, el cual pagó de la siguiente forma: dos millones de pesos en efectivo y un millón de pesos, en especie, con movimientos de tierra en el predio denominado San Ernesto, amparando su propiedad con la escritura pública número 6,311 de fecha 22 de julio de 2002, expedida por la Notaría Pública número Dieciocho de la demarcación notarial de Coatzacoalcos, Veracruz.
Fernando Padilla fue uno de los constructores más beneficiados el sexenio anterior, a pesar del retraso y la mala calidad de las obras que le fueron asignadas, como por ejemplo el puente Bicentenario “Antonio Chedraui Karam”, ubicado sobre la plaza comercial de la familia del ex alcalde David Velasco, el cual tuvo que apechugar algunos costos extras de la modificación del proyecto, como por ejemplo los de la jardinería, que a la tesorería municipal le significó una erogación no presupuestada de un millón de pesos.
Hay quienes atribuyen a este jaloneo de poder el bazucazo mediático que la semana anterior le fue asestada a la joven alcaldesa xalapeña con la filtración de la presunta nómina municipal, en la que se incluyen estratosféricos bonos de compensación para sus subordinados consentidos, los únicos a los que ella sí pudo meter.

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