Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Yunes: ¿resurgirá en 2012?
2011-02-03 | 21:41:28
Después de haber acompañado a su hijo Fernando Yunes Márquez a la ceremonia de instalación de la LXII Legislatura local, a principios de noviembre pasado, Miguel Ángel Yunes Linares no ha vuelto a aparecer públicamente.
Algunos de sus seguidores esperaban que con los recientes cambios ejecutados en su gabinete por el presidente Felipe Calderón, el ex candidato del PAN a la gubernatura de Veracruz fuese reincorporado en una importante posición administrativa en el gobierno federal.
Pero Yunes Linares, hasta ahora, no ha regresado a la Dirección general del ISSSTE –de la cual se separó sólo temporalmente, según se informó en los inicios de 2010–, ni ha sustituido en la Secretaría de Seguridad Pública a Genaro García Luna o al procurador general de la República, Arturo Chávez.
Inclusive, en algunos medios de comunicación, lo llegaron a candidatear para dirigir a Pemex y otros difundieron que ocuparía una de las carteras del Comité Ejecutivo Nacional del PAN ahora que el senador Gustavo Madero sustituyó en la presidencia del CEN panista a César Nava. Pero hasta el momento Yunes no ha reaparecido en la administración pública federal ni en el partido blanquiazul.
Amigos y correligionarios cercanos a él comentan que el ex priísta anda muy sentido con el trato frío y distante del presidente Calderón, y dolido con la maestra Elba Esther Gordillo, lideresa nacional del SNTE, que en Veracruz le dio totalmente la espalda al no apoyar su campaña y en cambio terminó por aliarse de facto a la candidatura de Javier Duarte, el delfín de su más odiado enemigo: el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán.
Además, Yunes Linares ha sufrido el descobijamiento de la dirigencia local y nacional del PAN. En menos de cinco meses, entre julio y noviembre de 2010, por ejemplo, el ex director general del ISSSTE sufrió un par de golpes demoledores: primero perdió la elección constitucional a la gubernatura de Veracruz y luego su grupo fue literalmente aplastado por las otras facciones internas de Acción Nacional que formaron un bloque contra él para la elección de los cien consejeros estatales. Los yunistas sólo pudieron conseguir 14 posiciones, quedando marginados de la integración del nuevo Comité Directivo Estatal.
Sin embargo, hay quienes recomiendan no dar por muerto políticamente al ex secretario de Gobierno, de quien dicen podría resurgir en las elecciones federales del año próximo.
Y aunque realmente suena difícil, pero sus simpatizantes argumentan que quien sea nominado candidato de la virtual alianza con el PAN a la Presidencia de la República en el 2012 no podría darse el lujo de desairar a un personaje que en las elecciones locales del año pasado le sumó al partido blanquiazul en coalición con el Panal casi 1.3 millones de votos, que históricamente es la mayor cifra recaudada por un candidato de Acción Nacional en la entidad.
Además hacen el siguiente análisis a la luz de los recientes resultados de la elección de Guerrero, donde los grupos priístas que supuestamente encabezan las encuestas para la sucesión presidencial de 2012 perdieron la gubernatura guerrerense precisamente por la escisión que al interior del PRI provocó el senador Ángel Aguirre Rivero, al renunciar al partido tricolor para ser postulado por la alianza triunfadora PRD-PT-Convergencia, a la que de última hora se sumó de facto el PAN.
En Veracruz, según han filtrado sus allegados, Yunes Linares no ha descuidado su relación con los ex priístas que lo siguieron en su aventura por la gubernatura. Y como prueba mencionan una supuesta reunión de más de dos horas que sostuvieron públicamente dos de sus aliados: el ex contralor alemanista y ex alcalde de Pánuco, Ricardo García Guzmán, y el ex candidato del PAN a la alcaldía de Coatzacoalcos, el ex diputado local y federal Gonzalo Guízar Valladares, con el ex secretario de Seguridad Pública, Jorge Moreno Salinas, y Hugo Meraz Barrera. Los dos últimos operaron en la campaña del ahora gobernador Javier Duarte de Ochoa.
Según este análisis, para el grupo de Yunes Linares está claro que en el actual gobierno estatal existe un enorme vacío y carencia de operación política, que no se ve cómo pueda ser cubierto por alguien.
Hacen mención, primero, a la ausencia de priístas verdaderos en posiciones de primer nivel dentro del gabinete, lo que supuestamente mantiene resentidos y decepcionados a muchos grupos del tricolor en todo el estado. Remarcan, en segundo lugar, que quien formalmente lleva la conducción política estatal desde la Secretaría de Gobierno es un ex panista que se ha dedicado a favorecer a sus seguidores y no tiene capacidad de interlocución con los priístas.
Como tercer punto, observan que el que se supone iba a operar políticamente desde la Subsecretaría de Gobierno con todo el apoyo del gobernador Duarte, no ha logrado aún –en la percepción de los yunistas– mostrar su verdadero nivel ni personalidad; le imputan que mejor opta por refugiarse en sus fiestas privadas y deja que se le vayan de las manos los diversos conflictos sociales, abrumado por sus temores de verse involucrado en algunos problemas violentos que se han presentado en su tierra Villa Isla y la región de Rodríguez Clara.
El cuarto motivo que exponen para que Yunes Linares busque acercarse nuevamente a priístas es sin duda la falta de presencia de la dirigencia estatal del PRI y su aparente lejanía con el mandatario veracruzano. En su análisis, los yunistas sostienen que el dirigente Ranulfo Márquez y el gobernador Javier Duarte forman parte de proyectos políticos no sólo distintos sino encontrados, pues aseguran que el presidente del CDE priísta sólo está utilizando dicho cargo para ir conformando su estructura para lograr la candidatura al Senado de la República.
Sin embargo, a diferencia de su aventura fallida de 2010, ahora dicen que la estrategia de Yunes Linares rumbo al 2012 habría variado radicalmente.
Por ejemplo, aducen que para acercarse a los priístas que todavía no han desertado de su partido, Yunes Linares lo estaría haciendo mediante la relación con aquellos que hasta antes de la elección del año pasado en Veracruz todavía militaban en el PRI.
Y es que, un poco tarde, pero Miguel Ángel Yunes por fin entendió que difícilmente podrá seguir utilizando para esta labor de convencimiento a incondicionales como Enrique Ampudia Mello, José Luis Lagunes López o Juan Herrera Marín, considerados cartuchos quemados entre los priístas actuales con los que no tienen ascendiente ni mayor relación.
Así que nadie se extrañe si en los próximos días empiezan a darse por todo el estado más reuniones como la de García Guzmán y Guízar Valladares con Moreno Salinas y Meraz Barrera.
Pero lo increíble, según nos dicen, es que no será para apoyar al PAN –del que Yunes tiene buenas razones para sentirse decepcionado y traicionado– pero tampoco será en abono del grupo de jóvenes priístas que hoy detentan el poder en Veracruz y que le siguen guardando lealtad al ex gobernador Herrera. ¿Luego entonces? Calma, ya se sabrá en su momento.

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018