Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
DEL LAICISMO AL YA ‘LA HICIMOS’
2010-12-12 | 21:28:48
Uno de los principales aliados de Javier Duarte de Ochoa para ganar y legitimar la elección de gobernador del pasado 4 de julio fue el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, con el cual el priísta se reunió antes, durante y después del proceso electoral.
Es más, el arzobispo xalapeño fue el primero en conocer desde varias semanas antes el gabinete de Duarte. A la sede del arzobispado, por ejemplo, el todavía gobernador electo llevó al doctor Pablo Anaya para presentarlo personalmente con Reyes Larios como su futuro secretario de Salud.
En cambio, cuando los reporteros le preguntaban sobre tal o cual personaje, Duarte siempre les respondía que esperaran hasta las 20:00 horas del 30 de noviembre, cuando haría oficial todos los nombramientos de sus principales colaboradores.
La atención de Duarte hacia el prelado era más que entendible: el arzobispo fue uno de los primeros en reconocer plenamente el triunfo del ex candidato priísta. Así pues, a la semana siguiente de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó la validez de la elección de gobernador de Veracruz, de inmediato Reyes Larios arropó públicamente al sucesor del gobernador Fidel Herrera Beltrán. En un editorial titulado “Nuevo gobernador”, publicado en el semanario “Dios está contigo, Alégrate”, en su edición número 327 del domingo 31 de octubre de 2010, el jerarca de la Iglesia católica veracruzana expone que “una vez que las instituciones correspondientes se han pronunciado sobre la validez de las elecciones en el estado de Veracruz, después de revisar las diversas impugnaciones que presentaron los partidos políticos, el arzobispo de Xalapa, Mons. Hipólito Reyes Larios, expresa su respaldo y felicitación al gobernador electo, Dr. Javier Duarte de Ochoa, y lo exhorta a asumir esta responsabilidad con la mayor conciencia histórica.”
Reyes Larios añadía que “la situación que vive el estado de Veracruz por el flagelo de la inseguridad, por la crisis económica que golpea fuertemente a las familias y por la devastación que dejaron los fenómenos meteorológicos requiere que trabajemos unidos y superemos toda clase de divisiones.”
“La resolución, aunque tardía, de este proceso electoral tiene que llevarnos a mirar hacia delante y a actuar sin ninguna clase de revanchismo político. Veracruz se merece que todas las fuerzas políticas y sociales apoyen a las nuevas autoridades, legítimamente constituidas, para enfrentar estos grandes desafíos.
“De acuerdo con la naturaleza de nuestra institución, el doctor Javier Duarte de Ochoa y todas las autoridades que comenzarán sus respectivas administraciones el día 1 de diciembre, contarán de manera incondicional con nuestra oración. Es una tradición de nuestra Iglesia elevar plegarias por nuestros gobernantes para que el Señor los fortalezca en esta ardua responsabilidad.
“Al mismo tiempo, queremos señalar nuestra inconformidad por la manera como se prolongó la calificación de este proceso electoral. Las diversas irregularidades e impugnaciones que se presentaron nos hacen ver cómo se sigue retrasando la verdadera instauración de la democracia en nuestro país. No es posible que la ciudadanía continúe sometida a los intereses de los partidos políticos que buscan la manera de burlar las reglas democráticas en las experiencias de los comicios.
“A dos años de las elecciones federales, no es una buena señal la forma como se ha resuelto la elección del estado de Veracruz. Por eso volvemos a hacer un llamado apremiante a la clase política y a todas las autoridades para que terminen de fortalecer las reglas democráticas y para que actúen con verdadera vocación política. Fue muy desgastante y tensa la experiencia del 2006, como para volvernos a exponer a descarrilar el país.”
Por eso a nadie debió sorprender que este sábado 11, en la parroquia de la cabecera municipal de La Perla, en las faldas del Pico de Orizaba, el secretario de Gobierno Gerardo Buganza Salmerón, en plena ceremonia religiosa se haya encomendado públicamente a la Virgen de Guadalupe y al santo Tomás Moro, patrono de los servidores públicos.
Invitado por el obispo de Orizaba, Marcelino Hernández Rodríguez, a la instalación del nuevo párroco del lugar, Buganza Salmerón dirigió un mensaje a los feligreses al término de la celebración religiosa. El alto funcionario duartista los felicitó por el trabajo artístico que hicieron para adornar el templo. “Me parece esto un arte extraordinario. Para todos aquellos que contribuyeron para que esta fiesta sea, una felicitación”, les dijo. Y expresó que también es digno de reconocer que el pueblo de México, en este caso de La Perla, “sigan cada día mostrando ese fervor por la Madre María”.
Según la crónica de la reportera Miryam Rodríguez Hernández, del portal alcalorpolitico.com, al proseguir su discurso Buganza se emocionó tanto que no pudo reprimir las lágrimas, pues dijo que la homilía había sido muy hermosa. Incluso le pidió al santo Tomás Moro y a la Virgen de Guadalupe que le ayuden en esta encomienda del gobierno duartista para los próximos seis años. “A Tomás Moro le pedí que me inspire. Así que a nombre de Javier Duarte haremos el mejor esfuerzo en tener con todas las iglesias el mayor acercamiento para que haya armonía, hermandad, un hermano y hermana en cada uno de nosotros”, les expresó a los feligreses católicos de La Perla el secretario de Gobierno.
Quién sabe qué opinarán los correligionarios priístas del gobernador Duarte de Ochoa, que en el marco del Bicentenario de la Independencia Nacional y del Centenario de la Revolución Mexicana han propuesto precisamente impulsar la defensa de la laicidad, a grado tal de elevar a rango constitucional la república laica.Frente a los intentos de desmantelar el laicismo por parte de las fuerzas de derecha y de la jerarquía eclesiástica, estos priístas han hecho suyo el compromiso ético de salvaguardar el Estado de derecho laico y democrático. Por ello han propuesto incorporar el concepto laico a la Constitución General de la República mediante reformas a los artículos 40 y 115 constitucionales para definir al Estado y al régimen municipal como laicos.Y es que en los documentos básicos del PRI se establece que la república debe ser laica, como un concepto que defiende la libertad, la soberanía, la democracia y la justicia social. Para estos militantes liberales, el origen del laicismo está en la idea de que la soberanía radica en el pueblo y no en los dioses o monarquías, como lo establece la ley fundamental.En la Reforma, el presidente Juárez y su generación consagraron los principios históricos del Estado laico en la Constitución de 1857 y las Leyes de Reforma, que precisamente acaban de cumplir 150 años de su promulgación. Posteriormente, la Constitución de 1917 fortaleció y amplió los valores laicos en el país.Laicidad, precisan estos priístas, no es sinónimo de antirreligiosidad, sino, al contrario, es la garantía para la libertad de creer o no creer, sin que nadie sea perseguido por su forma de pensar. Pero advierten que la derecha en México, derrotada históricamente, no ceja en su intento de desmantelar los principios básicos del Estado laico y mediante una campaña permanente busca reescribir la historia nacional.Pero esto a Buganza –un empresario identificado con El Yunque, una corriente ultraderechista del PAN, partido en el que militó desde 1994, cuando llegó a la sindicatura del ayuntamiento de Córdoba, hasta este año en que renunció molesto porque fue desplazado por Miguel Ángel Yunes Linares, quien fue impuesto por el presidente Felipe Calderón como candidato de Acción Nacional a la gubernatura– lo tiene prácticamente sin cuidado.
Y es que entrevistado al final de la ceremonia religiosa, los reporteros le preguntaron si le resultaba difícil convivir con los funcionarios priístas del gabinete de Duarte. Pero Buganza les respondió que antes de asumir el cargo de secretario de Gobierno ya había dicho que él era apartidista, un ciudadano sin partido: “No pienso nunca más volver a un partido político, esto me ha facilitado que me vean como tal, como un ciudadano que tuvo un experiencia en una militancia, pero eso me da un apertura a través de 16 años de trabajo en el que el diálogo, el trabajo mismo, hace que se facilite hacer política”.
El PAN, pues, no ha podido hacerse aún del gobierno de Veracruz; pero tal parece que con personajes camuflajeados ahora de “apartidistas” como Buganza, esos poderes fácticos que a través del partido blanquiazul lograron hace diez años la alternancia en la Presidencia de la República, se aprestan ahora a cogobernar la entidad, cuna del liberalismo mexicano. En este estado donde el presidente reformista Juárez y el constituyente Carranza asentaron provisionalmente los poderes federales, los nuevos gobernantes veracruzanos parecieran confundir la gimnasia con la magnesia, al mal suponer que “laicismo” es sinónimo de ya “la hicimos”.

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