Por Raymundo Jiménez
Columna: Al Pie de la Letra
2010-10-25 | 21:47:08
* El ‘PAQUETE’ DE GÁNDARA

Aunque la dirigencia estatal del PAN anunció este lunes 25 que volverán a impugnar el recuento de votos de la elección municipal de Poza Rica –además de las de Córdoba, Coatzacoalcos e Ixhuatlancillo, en las que por resolutivo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación el Tribunal Electoral del estado rehízo el cómputo y nuevamente confirmó el triunfo de los candidatos priistas a esas alcaldías–, lo cierto es que aunque brinquen y se paren de manos los panistas será prácticamente imposible que reviertan el resultado que favorece ampliamente al comunicólogo pozarricense Alfredo Gándara Andrade, ex vocero del gobernador Fidel Herrera Beltrán, quien le sacó más de 24 mil sufragios de ventaja al profesor José Guadalupe Velázquez Casanova, de Acción Nacional.

Así, pues, Gándara se perfila para gobernar este pujante municipio del norte de la entidad donde en este sexenio se han registrado graves problemas de inseguridad.

Hace una semana, por ejemplo, criminales atacaron a policías locales con una granada de fragmentación.

Los guardianes municipales prácticamente están en estado de indefensión. Es una policía “sándwich”, pues están en medio de la delincuencia organizada y de las fuerzas federales que desconfían de su lealtad. A principios de marzo de 2008, por ejemplo, elementos del Ejército acordonaron las instalaciones policiacas de la corporación intermunicipal Poza Rica-Tihuatlán-Coatzintla para realizar una revisión de su armamento. El operativo castrense tomó por sorpresa a la Secretaría de Seguridad Pública del estado, cuyos jefes tardaron en reaccionar. Sin embargo, trascendió que los elementos del Ejército decomisaron armas a los policías locales por ser de uso restringido de las fuerzas armadas.

Para llevar a cabo el operativo de revisión, los militares colocaron camiones en las calles aledañas a la sede de la mencionada Policía Intermunicipal, bloqueando el ingreso y salida de las patrullas y efectivos municipales. Los militares, que portaban pasamontañas, acudieron a la sede policiaca luego de supuestas denuncias anónimas sobre el uso de armas prohibidas por parte de agentes municipales, e incluso de la posible colusión con el crimen organizado.

Este evento no debió sorprender a nadie. Desde 2005, al inicio del régimen fidelista, en ese punto de la zona norte del estado han sucedido hechos que han puesto al descubierto la presencia de poderosos cárteles del crimen organizado, en especial de los ligados al narcotráfico. El 8 de abril de ese año, por ejemplo, fue asesinado en circunstancias hasta ahora no esclarecidas el dueño y director del diario “La Opinión”, Raúl Gibb Guerrero. Cinco días después de este artero homicidio, el Director General de la UNESCO –que es el único organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que tiene el mandato de defender la libertad de expresión y la libertad de prensa–, Koichiro Matsuura, condenó el asesinato de Gibb y declaró que “estoy convencido de que las autoridades harán todo lo que esté en su mano para hallar a los culpables y procesarlos por este crimen…”

Pero hasta ahora el homicidio no ha sido aclarado. Gibb fue acribillado a balazos cuando regresaba a su casa ubicada en los límites con el municipio de Papantla. La red Intercambio Internacional por la Libertad de Expresión (IFEX) refirió que según la prensa mexicana el crimen podría estar relacionado con los frecuentes artículos que publicaba el diario “La Opinión” sobre el narcotráfico y otras bandas asentadas en la región de Poza Rica, como la de los traficantes de gasolina adulterada encabezada por Martín Rojas López, un ex chofer distanciado de Gibb.

En Poza Rica, el 13 de diciembre de 2006, también ocurrió otro hecho que sacudió a la Policía Intermunicipal: la extraña y misteriosa “desaparición” de su coordinador Gonzalo Chong Ortiz, un elemento de seguridad que durante la campaña de Miguel Alemán Velasco a la gubernatura de Veracruz, en 1998, era identificado con el nombre clave de “Cobalto”.

Por el pozarricense Jorge Díaz Basañez, (a) “El Custer Díaz”, el comandante Chong había conocido años atrás en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión a Fidel Herrera Beltrán. Ambos presumían ser amigos del actual gobernador veracruzano. Se deduce que por esa condición Chong fue incorporado a la Coordinación de la Policía Intermunicipal de Poza Rica, donde cuentan que continuamente se la pasaba disfrutando de jolgorios y francachelas en una casa de campo de Tihuatlán propiedad de una ex regidora pozarricense que en 2007 concluyó funciones, donde fueron vistos en algunas ocasiones altos funcionarios de esa época de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Dirección de Prevención y Readaptación Social del gobierno del estado.

Desde diciembre de 2006 se ignora el paradero y la suerte de Chong Ortiz. La primera versión que se manejó para justificar su desaparición fue que se había metido en un lío de faldas y que algún marido o amante ofendido se la había cobrado al jefe policiaco.

Otra versión fue que la madrugada del 13 de diciembre de 2006, el delegado jurídico de la Policía Intermunicipal, Jorge Rojas Mendo, echó a Chong en un taxi en compañía de una bella dama luego de una tertulia donde abundó el alcohol. Se dice que el automóvil de lujo, un Audi azul cobalto, del coordinador policiaco lo condujo su chofer y su escolta para dejárselo en el estacionamiento de un hotel de Poza Rica. Se supone que los escoltas vieron dónde y con quién entró su jefe. Pero a partir de ese momento nadie supo nada.

El caso es que a Chong no se le volvió a ver vivo ni muerto. ¿Dónde está, quién se lo llevó? ¿Por qué nadie quiso hablar de su misteriosa desaparición? Tal vez la respuesta a estas interrogantes tenga que ver con otra versión que corre y que es muy similar a la de los policías y comandantes ejecutados al año siguiente en la zona Veracruz-Boca del Río por la balacera que se armó en el hipódromo clandestino de Villarín, donde parte de la millonaria bolsa que apostaban sicarios y capos de distintos cárteles del narcotráfico habría sido “ordeñada” y repartida entre los guardianes del orden y sus jefes, algunos de los cuales de plano renunciaron y huyeron al extranjero para no ser eliminados como los que se quedaron.

Y es que en el caso del comandante desaparecido de Poza Rica se llegó a hablar de la desautorizada “ordeña” de 300 mil dólares de una bolsa de un millón que Chong debió haber entregado en Xalapa. Y que cuando desde la capital veracruzana les reclamaron a los remitentes el faltante del dinero, éstos lo resarcieron pero entonces pidieron “permiso” para “castigar” la travesura del infiel mandadero. Por eso, muy explicablemente, a los tres días de la desaparición de Chong fue nombrado en su lugar Jesús Lozano Cayetano. Al ex jefe de la Policía Intermunicipal se le dio por muerto sin haber encontrado hasta la fecha su cadáver.

Lo curioso es que se cuenta también que la familia del policía desaparecido se presentó en Palacio de Gobierno y que alguien les dijo que ya no se preocuparan por él ni lo buscaran. Es más, presuntamente les devolvieron su lujoso automóvil Audi azul cobalto y les entregaron un millón de pesos como “indemnización” por los heroicos servicios prestados por Chong al estado de Veracruz.

El último hecho que impactó a la sociedad pozarricense ocurrió en marzo de 2007 –casi tres meses después de la desaparición de Chong–, cuando un grupo de sicarios exhumó y sacó del panteón “Jardines de Los Ángeles” el cadáver de Juan Carlos Carmona Gasperín, un integrante de los “Zetas”, ex brazo armado del Cártel del Golfo, quien había muerto en la balacera que dos días antes había ocurrido durante las carreras de caballos en Villarín, congregación del puerto de Veracruz.

Este es el municipio que a partir del 1° de enero de 2011 habrá de gobernar Gándara, quien hace 13 años fue secretario del Ayuntamiento y estuvo a punto de ser el alcalde interino cuando a mediados de 1997 el presidente municipal Enrique Basañez Trevethan solicitó licencia para ser candidato del PRI a diputado federal. Sin embargo, una indiscreción periodística echó abajo su designación que ya había sido acordada con el entonces secretario general de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares, hoy neopanista y derrotado candidato a la gubernatura.

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