Será toda una revolución la reforma laboral que preparan los partidos políticos, la cual modificará sustancialmente las jornadas de los trabajadores mexicanos y de los empleados públicos.
Entre los aspectos sustanciales figuran los contratos a prueba, trabajos por horas o por temporada, desaparece la función reguladora de la Secretaría del Trabajo con la creación de un instituto federal y otro estatal para el registro de sindicatos, será obligatoria la semana de trabajo de cuarenta horas y las empresas que contraten servicios de outsorcing se convierten en solidarias cuando éstas no cumplan con lo dispuesto con la Ley Federal del Trabajo.
Se plantearán normas que fortalezcan la libertad, democracia y autonomía sindicales. Se quiere terminar con los cacicazgos de los petroleros con Carlos Romero Deschamps y de los maestros con Elba Esther Gordillo.
El punto fino de toda esta reforma es la supresión del apartado B del artículo 123 de la Constitución, que implica que los trabajadores públicos, es decir la burocracia entera tendrá derecho de huelga. Podrán exigir a los secretarios de las dependencias federales, hasta al propio presidente de la República que se les respeten sus derechos laborales.
En los estados se podrán oponer a disposiciones del propio gobernador en turno, respecto a los nombramientos de amigos, designaciones sin respetar el escalafón que permitiría el ascenso del viejo burócrata a puestos de subsecretario, oficial mayor o jefe de departamento, porque es él el que posee la experiencia y los conocimientos para dicho cargo y no lo que ocurre que sólo llegan los recomendados del Ejecutivo estatal.


18 años de prisión a pederastas

A partir del pasado viernes se tipificó el delito de pederastia como grave el Código Penal federal y se condicionó a las personas que no lo denuncien y protejan aquellos que lo cometieron, las cuales serán sancionadas penalmente. El castigo podría ser de 9 a 18 años de prisión y una multa hasta de 2,250 días de salarios mínimos.

Posición indigna

En los tiempos en que la Iglesia Católica atraviesa por una de las crisis más graves de su historia, provocada por los escándalos de abuso sexual por parte de sacerdotes y autoridades eclesiásticas, se le ocurre al cardenal Sandoval Iñíguez, acusar de soborno al
jefe de Gobierno de la ciudad de México, Marcelo Ebrard y los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Por haber declarado la constitucionalidad de los matrimonios entre personas del mismo sexo y su derecho adoptar.
En esta ocasión, el clero mostró el verdadero rostro de su intolerancia, homofobia y discriminación hacia personas no heterosexuales, utilizando términos procaces y ordinarios.
El gobierno priista de Veracruz no aceptó entrometerse y mucho menos tomar partido, considerando que en el anterior caso del aborto se colocó del lado más retrógrada de los derechos humanos, en esta ocasión nadó de muertito y señaló que debe ser la Secretaría de Gobernación la que debe intervenir de manera congruente y respetando el estado de derecho.