Lo de la presa del Yuribia que ha provocado tantos problemas fue un capricho del entonces gobernador Agustín Acosta Lagunes. No obstante de contar con todo el caudal de los afluentes del río Coatzacoalcos, don “disgustín” era afecto a llevar la contraria a cualquier proyecto que se realizara en la entidad.
Fueron aquellos años en donde el irritable político capitalino era el único poseedor de la verdad veracruzana.
El alcalde en Coatzacoalcos de aquel entonces, era don Juan Hillman Jiménez, que tenía que sortear las fantasías del economista que hábilmente convenció al presidente López Portillo que era el “mejoral”, para el dolor de cabeza en que se había convertido Veracruz.
La transformación que sufren las personas cuando tienen el poder es digna de un estudio psicológico. Cualquier gobernador que se trate, se convierte en un genio de cuanta especialidad existe. Ya se trate de licenciados en Economistas o licenciados en Derecho, son capaces de dar cátedras de agronomía, medicina, ingeniería, antropología y hasta filosofía. A fin de realizar de acuerdo a sus intereses las obras y proyectos a tono con sus veleidades y extravagancias les otorga el poder.
Ellos saben lo que necesitan los veracruzanos para mejorar sus niveles de vida, diagnósticos dignos de eminencias con doctorados en Psicología.
No hay ninguna ciencia, según nuestros gobernantes, que no lleguen a dominar.
Los hombres inteligentes quieren aprender, pero a los políticos se les ha dado por enseñar.
El filosofo Lucio Séneca, afirmaba que no existe ningún genio sin un toque de demencia.


Nuevos impuestos
No quitan el dedo del renglón de imponer el próximo año el IVA, a las medicinas y los alimentos. El señuelo es que sería parejo del 12 por ciento.
Las familias pobres gastan más del 80 por ciento en comer y curarse.
Senadores del PAN proponen que sean los estados los que recauden sus propios impuestos. A los gobernadores no les gusta ser los recaudadores porque eso no deja votos.
Focos rojos en Veracruz por el elevado endeudamiento.



Escándalo mundial

A nivel periodístico del orbe se destaca la grave situación de inseguridad y de violencia que se vive a todo lo largo de la República Mexicana. Los más importantes diarios del planeta subrayan la escalada del cotidiano baño de sangre y el asedio que tiene la población por las bandas armadas. Por medio de bloqueos han paralizado las más importantes ciudades del norte del país.
El Wall Street Journal, New York Times, de los Estados Unidos; El País, de España; Le Monde, de París; El Universal, de Venezuela, etc. etc. Relatan con lujo de detalles la guerra que se tiene contra las drogas la cual se extiende de los barrios pobres a los enclaves más ricos de la nación.
Se ha descubierto al paso de los meses, --aseguran esos medios--, que tanto miembros de las fuerzas policíacas, como altos funcionarios del gobierno y hasta los mandos militares estaban coludidos con los narcotraficantes y resulta que los salarios de las guardias estatales y municipales eran cubiertos por los jefes del crimen organizado.
Ponen de relieve estos medios impresos del mundo el riesgo que corren los periodistas mexicanos, comparándolos con los corresponsales de guerra en países como Irak y Paquistán. Es tan peligroso este oficio que los igualan a los reporteros que cubrieron las guerras en Corea y Vietnam. Con la salvedad que estos contaban con la protección de los soldados norteamericanos