El evento priista de este lunes 9 en el Museo del Transporte de Xalapa, en donde tomó protesta Ranulfo Márquez Hernández como nuevo dirigente estatal del PRI, llevó implícitos varios mensajes.
En primer lugar, el relevo fue contra natura política: sale un presidente identificado con quien gobernará Veracruz a partir del primero de diciembre próximo y entra otro vinculado estrechamente a quien en este momento sólo le quedan menos de cuatro meses en el gobierno de la entidad.
Otro dato interesante es el hecho de que el nuevo dirigente priista –quien por cierto requiere de manera urgente de un curso de oratoria y sintaxis gramatical– no supo aprovechar el gran escenario que tenía frente a sí y mucho menos aún tuvo la elemental sensibilidad política para entender los nuevos tiempos que corren en la aldea veracruzana.
Pareciese que nadie le ha informado al ex secretario de Desarrollo Social y Medio Ambiente que el futuro gobernador de Veracruz se llama Javier Duarte de Ochoa, del cual sólo se acordó hacia el final de su discurso con unas referencias de lo más inocuas y faltas de sentido político.
Ranulfo, además, tampoco pareció entender que el discurso bravucón, de vil peleador callejero, no se acomoda en este preciso momento en que el propio gobernador Fidel Herrera y su virtual sucesor han hecho pública su solidaridad con el presidente Felipe Calderón Hinojosa, con el cual han pactado una tregua política a favor del país y con miras a allanar el camino de la transmisión del poder en Veracruz entre priistas.
Y es que una de las frases más desafortunadas y tontas de “Tonicho” Márquez fue esa que dijo de que durante los últimos diez años el país no ha tenido un presidente digno. ¿Y antes del 2000 sí? ¿Quiénes: Carlos Salinas de Gortari, el de la sangrienta sucesión presidencial de 1994, en la que los crímenes de Luis Donaldo Colosio, José Francisco Ruiz Massieu y del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo cimbraron la economía del país; José López Portillo (1976-1982), quien prometió defender como perro el devaluado peso mexicano; el del “halconazo” de 1971, Luis Echeverría Álvarez, o acaso Gustavo Díaz Ordaz, quien cargó con la matanza estudiantil de 1968?
Por eso es que ha llamado poderosamente la atención la respuesta inmediata del gobernador electo Javier Duarte, quien mediante un comunicado emitido este martes 10 elogia el trabajo partidista del ex dirigente Jorge Carvallo Delfín, a quien califica como un gran presidente y buen líder, expresión que acaso pueda ser debatida pero cuyo sentido estricto –más que la de elevar al hoy diputado plurinominal electo– tendría que ver con marcar una clara distancia frente a Ranulfo Márquez, al que apenas dedica una escueta y fría alusión en el comunicado en donde además se desmarca totalmente de las críticas hechas por el nuevo líder del PRI veracruzano al presidente Calderón.
Reza un sabio dicho popular que “al buen entendedor, pocas palabras”.
“Tonicho” Márquez, pues, corre el riesgo de ser el presidente del CDE del PRI más efímero en la historia del partido tricolor en Veracruz, superando el récord de los últimos cuatro dirigentes priistas que han desfilado durante el fidelato: Edel Álvarez Peña, Ricardo Landa Cano, José Francisco Yunes Zorrilla y Jorge Carvallo Delfín, quienes en promedio permanecieron en la dirigencia estatal del Revolucionario Institucional alrededor de un año o más.
Así que nadie se sorprenda si la estancia de Ranulfo en el edificio priista de la avenida Ruiz Cortines de Xalapa no perdura más allá del mes de diciembre próximo.
Y es que Márquez Hernández llega a concluir el periodo que inició en 2006 con la dirigencia de Álvarez Peña y que a su vez les tocó continuar a Landa Cano (2006-2007), Yunes Zorrilla (2007-2008) y Carvallo Delfín (2008-2010).
Así que ya se verá si Ranulfo es ratificado a finales de este año o si se elige a otro dirigente más afín generacional y políticamente con quien en esos momentos estará iniciando su gestión como gobernador de Veracruz.

ELOGIO CON LÍNEA
En política, decía un ideólogo priista, muchas veces la forma es fondo. Por eso, el flamante presidente del CDE del PRI debería revisar y analizar minuciosamente el comunicado que este martes 10 fue difundido por la oficina de Javier Duarte de Ochoa, en el que el gobernador electo reconoció “la gran labor política realizada por Jorge Carvallo Delfín”, al cual elogia por el exitoso trabajo “durante la campaña política que permitió, en medio de una cerrada competencia, ratificar la posición del partido como primera fuerza política del estado”.
En su comunicado, Duarte reitera que “el PRI está acostumbrado a dar y a ganar batallas porque somos un partido de tiempo completo, que trabaja de manera permanente a favor de Veracruz y de México”, y –diametralmente opuesto al discurso pronunciado el día anterior por Ranulfo Márquez– destacó el importante papel que el partido tricolor ha tenido en el escenario nacional, “donde ha puesto el ejemplo como una oposición constructiva que antepone los intereses del país a los partidistas”.
EL PRI, remarcó Duarte, “ha sido y seguirá siendo un aliado fundamental del presidente de la República, independientemente de su filiación política, porque lo importante es sumar esfuerzos para que el país salga adelante. Es por ello que Veracruz y los priistas –enfatizó el gobernador electo– hemos respondido al llamado que, en ese sentido, ha hecho el presidente Felipe Calderón al que apoyaremos incondicionalmente en su intención de responder a la demanda de construir una mejor nación”.
Al comentar el relevo en la dirección estatal del partido que tuvo lugar este lunes por la noche en la capital del estado, Duarte recalcó que la mayor fortaleza del partido la ha constituido siempre una militancia comprometida y actuante, y que prueba de ello es la respuesta que dieron en el pasado proceso electoral donde se logró una votación histórica en la elección para gobernador.
Los priistas, dijo, “son promotores permanentes del partido, son los que en tiempos electorales trabajan sin descanso para convencer a los ciudadanos de que en el partido están las mejores propuestas, son el motor que mueve al PRI y son el artífice de las victorias”. Y manifestó “estar orgulloso de ser priista y de haber logrado el triunfo en la gubernatura bajo las siglas de su partido”, por lo que aseguró a sus correligionarios que dedicará todo su esfuerzo y capacidad para responder a las expectativas y necesidades de todos los veracruzanos.
Nuevamente expresó al ex dirigente Carvallo su agradecimiento por la eficaz tarea realizada en la pasada campaña política, ya que sostuvo que “el PRI ganó y ganó bien la gubernatura de Veracruz, gobernaremos también los municipios más importantes y poblados del estado, y tenemos la mayoría en el Congreso local”.
Y hasta al final de su comunicado, por elemental cortesía política, Duarte mencionó muy escuetamente “que para fortuna del priismo estatal hay muchos cuadros con capacidad para dirigir al partido, tal es el caso de Ranulfo Márquez”.
“Si algo sobra en Veracruz son priistas con talento, lealtad y disciplina, y por ello a nadie debe llamar la atención los relevos que pueden darse en cualquier momento como reflejo de un partido que está en constante acción y movimiento”, concluyó el boletín oficial difundido desde el bunker duartista.

INFORME DE AMADEO
Este viernes 13, el diputado por el décimo tercer distrito electoral federal con cabecera en la ciudad de Huatusco, Felipe Amadeo Flores Espinosa, rendirá su primer informe de actividades legislativas.
El evento será a las 11 horas en el auditorio del Comité Regional Campesino de esa cabecera distrital.
Flores Espinosa tendrá mucho que informar, pues de los 500 diputados federales a la LXI Legislatura del Congreso de la Unión el priista nativo de Cotaxtla es uno de los que más han viajado al exterior en el transcurso de este primer periodo legislativo.