Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Yunes: ¿fin del ‘pataleo’?
2010-07-28 | 22:10:53
Miguel Ángel Yunes Linares, ex candidato del PAN a la gubernatura de Veracruz, se reunió este miércoles 28 con el presidente Felipe Calderón Hinojosa en la residencia oficial de Los Pinos. Según versión del diario capitalino “El Universal”, el ex director del Issste,“salió a las 11:25 de la casa presidencial con la cabeza agachada y sin aceptar dar declaraciones”.
Como su pueblo natal, se le vio en soledad y doblado. Su imagen era la de un hombre doblemente derrotado: primero por la validación legal que el pasado lunes 26 había hecho el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado de Veracruz del triunfo del candidato priista Javier Duarte de Ochoa, y luego por el reconocimiento público que como gobernador electo de esta entidad le hizo el martes 27 el presidente Calderón al felicitar por la vía telefónica al joven diputado federal de Córdoba con licencia.
Aunque era algo que ya esperaba, pero finalmente la llamada por teléfono de Calderón a Duarte fue para Yunes Linares un golpe demoledor que le echó abajo su estratagema política y mediática de seguir sembrando incertidumbre y dudas sobre el resultado de la elección que no supo ni pudo ganar en las urnas.
Y es que desde la noche del 4 de julio, el ex candidato del PAN a la gubernatura de Veracruz venía sosteniendo la trillada versión de que ha sido víctima de un “fraude electoral”, pero hasta ahora legalmente no lo ha podido comprobar.
Así, al menos, lo confirmaron por unanimidad los tres magistrados del Tribunal Electoral del estado, quienes desecharon todas las impugnaciones que presentó la oposición, algunas de las cuales resultaron extemporáneas, otras estaban mal fundamentadas jurídicamente, y, el colmo: adjuntaron como pruebas las grabaciones de supuestas conversaciones telefónicas privadas del gobernador Fidel Herrera, que legalmente carecían de validez. En total sólo procedió la anulación de 200 casillas, lo que no modificó sustancialmente el sentido general de la elección de gobernador.
¿Qué le dijo el presidente Calderón a Yunes, que ya no salió tan sonriente, retador y arrogante, ni hizo declaraciones provocadoras o de descalificación a sus odiados enemigos ante los medios de comunicación?
Una suposición es que el mandatario panista, que en 2006 ganó las polémicas elecciones presidenciales “haiga sido como haiga sido” –con una cerradísima diferencia de apenas 0.5% sobre el perredista Andrés Manuel López Obrador, su más cercano opositor–, le haya expresado su desacuerdo de impugnar la elección de Veracruz ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a sabiendas de que no existen realmente elementos jurídicos sólidos para revertir el resultado o conseguir su nulidad.
Por eso, aunque parte de su campaña contra el gobierno y partido de la Fidelidad versó precisamente en que no era perro para serle fiel a nadie, pero Yunes está políticamente obligado a refrendar su lealtad a Calderón, quien en diciembre de 2006 lo nombró director general del Issste y luego maniobró para que él fuera postulado por el PAN a la gubernatura de Veracruz, un “presidencialazo” que lastimó a otros aspirantes panistas, como al ex senador Gerardo Buganza Salmerón, quien terminó sumándose al equipo priista de Duarte de Ochoa.
De hecho Yunes no tendría por qué asombrarse de este escenario porque era algo que él ya preveía desde hace más de una semana. El martes 20, por ejemplo, el ex candidato del PAN a la gubernatura presidió una reunión en Misantla, a la que acudieron alcaldes y diputados locales electos así como dirigentes regionales de Acción Nacional y del Partido Nueva Alianza de ese distrito y del de Martínez de la Torre. Y ahí, luego de dar por hecho que el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado le daría la constancia de mayoría a Duarte antes del 15 de agosto próximo, el ex funcionario calderonista dijo que recurriría al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para demandar la anulación de la elección y se convoque a comicios extraordinarios.
Pero según la percepción de algunos de los asistentes a esa reunión efectuada hace nueve días, ya no vieron ni escucharon a Yunes Linares tan convencido de sus arengas sobre el supuesto “fraude electoral”, y lo que más les llamó la atención fue su advertencia de que “en su debido caso que el presidente de la República, por cortesía, le hable a Javier Duarte, no es por reconocer la labor de Duarte, ya que le ha hablado a todos los ganadores de la elección de todos los partidos políticos; el presidente –les remarcó– no resuelve ningún asunto electoral.”
Sin embargo, el ex candidato de Acción Nacional intuía que su suerte estaba echada desde una semana antes de su visita a la ciudad de Misantla, donde el PAN ganó la alcaldía y la diputación local pero perdió la elección de gobernador. Y es que el cabalístico martes 13, el presidente Calderón había recibido en la residencia oficial de Los Pinos al coordinador de la fracción parlamentaria del PRI en el Senado, Manlio Fabio Beltrones Rivera, quien ha sido uno de los principales interlocutores priistas para defender el triunfo de Duarte.
Así, pues, aunque oficialmente se reportó que Calderón y Beltrones hablaron de contribuir a una mejor perspectiva del país y privilegiar la búsqueda de la gobernabilidad y la estabilidad política con los temas de la Reforma del Estado, entre otros asuntos de interés nacional, en los círculos priistas corrió la versión de que también habrían abordado el caso de la elección de Veracruz, pues el día anterior, lunes 12, el senador sonorense y toda la plana mayor del Comité Ejecutivo Nacional del PRI habían arropado a Duarte de Ochoa, quien ante los medios de comunicación convocados en la sede del partido tricolor había mostrado el cien por ciento de las actas electorales que respaldaban su triunfo por cerca de 1.4 millones de votos.
Algo tan elemental que seguramente Yunes no pudo cumplir con Calderón.
Sin embargo, lo que aún está por verse es si deveras el de Soledad de Doblado claudicará a su “pataleo”, pues ha trascendido que estaría dispuesto a prolongar el conflicto post-electoral asesorado por prominentes líderes perredistas que en 2006 impugnaron el triunfo de Calderón y exigían el recuento de los votos casilla por casilla.

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018