Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
* El poder de Fidel
2010-08-09 | 21:56:40
Fidel Herrera Beltrán es un gobernador que le place disfrutar del poder

Todos sus colaboradores lo saben, y no sólo porque el mandatario veracruzano haya sido grabado en una conversación telefónica privada presumiendo de hallarse –a menos de un año de entregar el gobierno de la entidad– en la plenitud “del pinche poder”. No.
Lo que pasa es que Herrera gusta hacer sentir su autoridad, muchas veces de manera ostentosa y en ocasiones hasta de forma aplastante.
En su estilo personal de gobernar mucho debió haber influido el presidente Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), su principal mentor al inicio de su formación política.
El estilo echeverrista de Herrera Beltrán se percibe no sólo en su frenético ritmo de trabajo sino también en el populismo de su gobierno y hasta en el maltrato que muy de vez en cuando el mandatario veracruzano da también a sus colaboradores, a los cuales regularmente termina “premiando” cuando éstos le demuestran disciplina y fidelidad.
En el caso de Echeverría se recuerda la anécdota aquella cuando el veracruzano Rafael Hernández Ochoa, a la sazón secretario del Trabajo, sufrió en 1973 una fractura de pierna al caerse de un caballo en su rancho Santa Gertrudis. El presidente lo fue a ver al hospital y ahí mismo lo cesó de su cargo. Sin embargo, meses después fue diputado federal por el distrito electoral de Misantla, y luego lo postuló sorpresivamente el PRI como candidato a la gubernatura de Veracruz, tras el famoso “carbonelazo” de 1974: la caída del subsecretario de Gobierno, Manuel Carbonell de la Hoz, que un día antes había sido “destapado” por las bases priistas en Xalapa como precandidato.
La noche de este lunes 9, en la capital veracruzana, el gobernador Herrera dio otra demostración de su control al interior de su partido, el Revolucionario Institucional.
A poco más de tres meses de entregar la gubernatura, decidió sacar a Jorge Carvallo Delfín de la presidencia del Comité Directivo Estatal del instituto tricolor y sustituir a su ex coordinador de Agenda por Ranulfo Márquez Hernández, quien hasta el pasado fin de semana despachó como titular de la Secretaría de Desarrollo Social y Medio Ambiente (Sedesma).
Aún así, entrevistado unas cuantas horas antes de que se iniciara la sesión del Consejo Político Estatal del PRI, Carvallo Delfín se atrevió a afirmar que dejaba el cargo por cuestiones personales y no por presiones políticas.
El ex dirigente priista sabe mejor que nadie que quien tomó la decisión de sacarlo fue su jefe Herrera y que el cuento ese de que estaba “haciendo un ejercicio personal y una evaluación profunda de lo que debe ser más correcto para el priismo veracruzano” era precisamente eso: un relato imaginario de circunstancias aparentemente reales.
Es más, ha trascendido que esta decisión no la tomó Herrera ni siquiera en Veracruz sino en Campeche, a donde el mandatario veracruzano asistió este sábado 7 al primer informe de labores del gobernador Fernando Ortega Bernés. Ahí, según una versión periodística, Fidel sostuvo una larga conversación con la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes Rangel; una charla tan prolongada que llamó la atención de algunas personalidades presentes, entre ellos el secretario de Gobernación, José Francisco Blake.
¿Por qué hacer dicho cambio en este momento, cuando las elecciones más inmediatas serán las federales de hasta el año 2012?
Se suponía, además, que a la dirigencia estatal del PRI iría el diputado local Héctor Yunes Landa, uno de los más fuertes aspirantes priistas a la gubernatura y que mayor resistencia opuso a la postulación de Javier Duarte de Ochoa.
A Yunes Landa, supuestamente, le habría ofrecido Herrera la presidencia del CDE del PRI pero antes de que iniciara la campaña electoral, con el condicionamiento de que no habría boleto para la candidatura a gobernador. En esa ocasión, el diputado local por el distrito de La Antigua no aceptó y optó por emprender su precampaña por el gobierno de la entidad a sabiendas de que los dados del partido tricolor estaban cargados a favor del ex secretario de Finanzas y Planeación. El ex subsecretario de Gobierno perdió no sólo la nominación sino que previamente fue despojado de la coordinación del grupo legislativo del PRI en el Congreso local.
Héctor Yunes fue reivindicado hasta que se alineó y se sumó públicamente a la campaña de Duarte. Y hasta la semana anterior era uno de los candidatos más fuertes para sustituir en la dirigencia priista a Carvallo Delfín, quien en noviembre próximo llegará al Congreso del Estado por la vía plurinominal.
Esto aparentemente le habría descompuesto el esquema al gobernador electo Javier Duarte, quien hace un par de meses había declarado que no veía al diputado Yunes Landa en un cargo de su gabinete, sino en otra posición política.
¿Qué fue lo que decidió entonces que el gobernador Herrera apresurara la llegada del fidelista Ranulfo Márquez a la dirigencia estatal del PRI, promoción que el propio mandatario veracruzano frenó al inicio de la campaña duartista no obstante que en esa ocasión “Tonicho” ya había renunciado también a la Sedesma?
Se duda que la presunta exclusión de Yunes Landa tenga que ver con su aspiración al Senado de la República en el 2012 y sus estrechos vínculos políticos con el senador sonorense Manlio Fabio Beltrones Rivera, uno de los precandidatos del PRI a la Presidencia de la República que a diferencia de otros gobernadores y aspirantes presidenciales salió muy fortalecido con los triunfos que el partido tricolor obtuvo en otras entidades el pasado 4 de julio.
Y se duda porque también Beltrones ha sido un factor muy importante en la estrategia política y legal para validar el triunfo electoral de Javier Duarte.
¿O a poco el gobernador Herrera se estará adjudicando todo el mérito de dejar a su sucesor?

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