El miércoles de la semana pasada el gobernador Herrera Beltrán anunció que iba a correr a la mitad de su gabinete.
El jueves por la noche fueron formalmente citados los altos funcionarios estatales que habían trabajado como operadores en los pasados comicios estatales, por lo que se especuló quienes serían los que habían fallado y removidos de su cargo.
La esperada noticia de ocho columnas terminó en la tradicional y cotidiana reprimenda. Algunos lo tomaron en broma y llevaban su renuncia escrita pero amarrada con una liga para que regresara a sus manos.
¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué explicación hay para que la mayoría de los ayuntamientos se perdiera?
No hubo razones políticas sino económicas.
Los operadores y los propios candidatos se quedaron con los recursos y nunca pensaron que del otro lado si le invirtieron.
Se menciona que nunca en la historia de la entidad veracruzana se cotizaron tan altos los votos. Los azules estaban dispuestos a pagar desde dos mil hasta cinco mil los sufragios.
Con las encuestas dadas a conocer por Mitofsky donde el PRI arrasaba y se llevaba el carro completo en las diputaciones y alcaldías no veían la razón de gastar ese beneficio electoral.
Si estaban más que seguros que iban a ganar. ¿Para qué gastar el efectivo que les fue entregado sin ningún recibo?
Bien valía un habitual regaño tanto para los operadores como para los candidatos, si la cuenta bancaria personal quedaba más que abultada.
Si para algunos miembros del gabinete el día que no los sermonea el gobernador se quedan con la duda si siguen en el puesto. Hasta extrañan que algo raro ocurre cuando no lo escuchan enojado. Una bien ganada reprimenda a media noche bien valía la pena por los millones que se guardaron en sus bolsillos.
Ellos desconocían que esta derrama electoral provocó que el gobierno estatal no haya podido pagar a sus numerosos proveedores las cuentas que debió cubrir desde el mes de febrero.
127 alcaldías y 10 diputaciones que se perdieron tuvieron un elevado costo político. Pero para los perdedores les quedó la idea que se trató una buena inversión de dinero público que les garantiza un patrimonio para actividades futuras.
Tiene toda la razón el gobernador Fidel Herrera de estar más que molesto. Los reporteros no sabían el porque del cambio de carácter y de las cortantes respuestas.
La realidad es que los miembros de su gabinete no lo traicionaron, fue sólo la aprendida bursatilización de los recursos por parte de los militantes priístas.
No hay que olvidar que se trata del año de Hidalgo y que la mayoría de los operadores electorales se van a quedar sin empleo el próximo mes de diciembre, sólo tomaron el dinero como una anticipada liquidación.
Los políticos en Veracruz nunca se jubilan.



Reconocimiento a Dante.

Muy comentada en la ciudad de México, la reunión que sostuviera el gobernador Fidel Herrera con un grupo de artistas y cineastas en el Centro Cultural Veracruzano, al hacerle un especial reconocimiento al senador convergente Dante Delgado Rannauro, por haber sido un destacado promotor de la cultura.