En la historia política de Veracruz nunca se habían registrado una situación tan controvertida como los dudosos resultados de las elecciones del pasado cuatro de julio.
La amplia difusión sobre la gran variedad de viejos y nuevos delitos electorales, la publicación de urnas embarazadas, fotografías de compra de votos, la misteriosa desaparición de casillas y el inexplicable retraso y escarceo de los resultados por parte del IEV, provoca un peligroso clima de incertidumbre entre la sociedad veracruzana.
Si bien se puede culpar del cochinero a las autoridades y los partidos políticos, la mayor responsabilidad de lo que esta sucediendo corresponde a los funcionarios del Instituto Electoral Veracruzano que encabeza Carolina Viveros.
La sumisa pasividad demostrada por este organismo electoral pone en riesgo la autonomía y neutralidad de esta institución y la creciente duda sobre la integridad de su personal.
Por propio orgullo del árbitro de esta contienda no se puede esperar a que las pasiones se desborden y surja la violencia. Llegó el momento de dar un manotazo y sacar las tarjetas rojas en los que insisten en embrollar más el problema y los que utilizan la rudeza innecesaria para hacer escarnio de un derecho ciudadano.


La hora de cobrar
Llegó la hora de tener que pagar las traiciones y los trabajos en lo oscurito. Para Fidel Herrera con la simple revisión de lo que ocurrió en cuanto a resultados electorales con el voto diferenciado en los distritos y en los ayuntamientos, conocerá quiénes son los priístas desleales y que se vendieron por la infidelidad.
Para Javier Duarte de Ochoa le resultará difícil aceptar aquellos que lo aplaudían y vitoreaban en los actos masivos de su brillante campaña y que desde un principio eran delatores sobre lo que se planeaba. Conocerá a sus verdaderos amigos y los amigos de los puestos públicos. La gigantesca lista de desertores es cada día mayor cuando se tambalea el triunfo del priísta.

Compás de espera
El magistrado presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial del estado de Veracruz, Daniel Ruiz Morales, afirmó que será ese órgano el que nombre al próximo gobernador de Veracruz, el próximo 15 de agosto. Compás de espera de 38 días.
La información que ha trascendido y los numerosos indicios de irregularidades, provocó que diera como un hecho la máxima autoridad electoral en la entidad, que se llegará al extremo de la judicialización para que continúe el desarrollo de este pasado proceso electoral.
Sobran testimonios y evidencias sobre la utilización de recursos públicos en las campañas, la descarada participación de funcionarios en actividades electorales, el condicionamiento de los apoyos sociales del gobierno federal y la obviedad de cuales medios son controlados y cooptados.
En Veracruz, el PRI aceptó abrir los paquetes electorales para confirmar la victoria de Javier Duarte de Ochoa.
Por el lado de Acción Nacional el candidato Yunes Linares acusa que están perdidos medio millón de votos, de acuerdo a la participación ciudadana y los votos contados por el PREP.