Columna: Se dice que...
Al fin se terminó la áspera actividad electoral. Hoy es el último dÃa que se pueden realizar actos proselitistas. Para el común de los veracruzanos llega el hartazgo del egoÃsta quehacer de los polÃticos, que buscan de manera desfachatada la obtención de los votos, conscientes que omitirán lo que ofrecieron.
En la clase polÃtica veracruzana son todos muy parecidos en cuanto a sus promesas. Sólo en sus acciones posteriores es donde difieren. Las promesas son olvidadas por los candidatos, más nunca por el pueblo. No han entendido los candidatos que las muchas promesas disminuyen la confianza. Nadie ofrece tanto como el que nada puede cumplir.
Desde el año pasado no hubo columna o comentario periodÃstico, que no se refiriera a los eternos aspirantes a los 263 puestos electorales, que estarán en juego el próximo domingo. Llega el momento en que fastidia escribir sobre polÃtica. El lector se empacha hasta el hastÃo y llega a la aversión sobre el tema.
Como un amable remate de este último atracón electorero, que llega a su fin este domingo, ahora se puede relajar para disfrutar el campeonato mundial de futbol, sin tener que sufrir con los ratones verdes… serán otro tipo de ratas rojas y azules, en las casillas.
La labor de Loyo Ramos
Francisco Loyo Ramos tiene muchos años incrustado en el presupuesto de varias Legislaturas del Congreso de Veracruz. No obstante de ser un puesto de confianza para servir a los diputados de los diferentes partidos polÃticos, se mantiene con su saciado escudo protector de su afiliación priista.
Funcionario camaleónico que se adapta a cualquier persona que tiene el poder. Sin tener atribuciones legales para negar constancia a legisladores independientes,--que en ningún momento han perdido su acreditación como representantes populares--, las niega para bloquear la demanda penal en contra del alcalde Marcelo Montiel, acusado de abuso de autoridad, peculado y enriquecimiento ilÃcito por 138 millones de pesos.
La única explicación posible es que espera alguna retribución de los funcionarios delincuentes por su labor de entorpecimiento de la justicia. Son personajes que no les gusta ser simples encubridores sino cómplices.
La tormenta que viene
Lo que ocurra el próximo domingo 4 de julio será clave sobre el cuestionado papel de igualdad democrática que deberá manejar el Instituto Electoral Veracruzano. La petición de los partidos polÃticos que abanderan a Dante Delgado y Miguel Angel Yunes, de que sea el IFE el responsable para que el proceso se desarrolle bajo normas que aseguren una equidad neutral.
Solicitud avalada por fundados motivos.
En diversos estados donde se desarrollarán estas próximas elecciones, han pedido que sea un solo organismo electoral en todo el paÃs, el que maneje los comicios federales y locales, además de los grandes ahorros económicos, en esta ocasión se evitarÃa el problema de la falta de certeza y equidad que provoca la influencia ilegal del partido polÃtico predominante en la entidad. Es claro que el partido que controla el Congreso del Estado tiene una incidencia primaria en el control de ese órgano electoral. Es una tradición en Veracruz que sea el PRI el que nombra al presidente del IEV y a la mayorÃa de los consejeros.
Es una costumbre que erosiona la legitimidad de ese organismo.