La integración de la Mesa Directiva de la LXIV Legislatura del Congreso veracruzano es un signo de la reedición del Pacto por México en Veracruz, la alianza del PRI, PAN yPRD que tanto ha perjudicado al país. Nada cambia en la escena veracruzana. La simulación y el engaño seguirán imperando. Aunque se crucen denuncias de un lado y del otro y se peleen por momentos, en las decisiones fundamentales esos partidos han ido juntos para llevar a cabo las reformas estructurales, encubrir las trapacerías de unos y otros, continuar con la política neoliberal que tanto daño hace al crecimiento del país y al empleo, fabricar las llamadas alianzas de facto para que una vez gane uno y otra vez otro, aprobar los nombramientos necesarios para que todo siga igual (como en la PGR y en el Tribunal Electoral), administrar la justicia para que continúe imperando la corrupción y la impunidad… Tiene razón el coordinador de la bancada de Morena en la legislatura recién instalada, el diputado Amado Cruz Malpica, al decir que: “Bastaron unos minutos para que quedara claro que se ha sustituido un régimen autoritario por otro que camina por el mismo camino”. La exclusión de Morena de la Mesa Directiva en el Congreso veracruzano prefigura el mismo trato que ha recibido este partido, por ejemplo, en la ciudad de México, donde a pesar de ser la primera fuerza, la alianza del PRD, del PAN y del PRI lo marginó de las principales instancias de decisión de la Asamblea Legislativa y de las comisiones más importantes. Se trata de cerrar el paso a MORENA. Primero, porque se ha demostrado que este
partido propone y empuja hacia una política de austeridad, tanto en lo interno de los órganos legislativos, como en la política pública, lo que de por sí causa aversión a los partidos tradicionales, acostumbrados al derroche, a los gastos suntuarios y a la práctica política con recursos excesivos. En otra, porque esa política de austeridad está muy empatada con el sentir popular, lo que sin duda representará un éxito, que no se dejará que MORENA encabece, habida cuenta de las próximas contiendas electorales. Y además se propone todo un cambio en la conducción del país. Horror mayúsculo. Haber excluido a MORENA de la Mesa Directiva es un atentado a la voluntad de los veracruzanos, que dieron a ese partido votos relevantes y reconocidos como segunda fuerza política y que lo ubican como contrapeso nada despreciable. Nada de eso se reconoce. El PAN prefirió confabularse con aquellos a los que recientemente denunciaba como tapadera de Duarte, con los corruptos y delincuentes de siempre, de los que por cierto tres priístas integrantes de la LXIV Legislatura tienen cuentas pendientes con la justicia. En la labor parlamentaria, queda claro para las y los diputados de MORENA que frente a la mayoría impuesta deberán redoblar esfuerzos para combatir la exclusión, que se prolongará durante los dos años de vida de la legislatura. Pero ese combate lo harán proponiendo cambios profundos, legislando para transformar el régimen actual. Frente a la ciudadanía quedó al descu
bierto que PRI y PAN-PRD son lo mismo y que sólo reeditan una más de las alianzas a la que están acostumbrados. Que la única alternativa de cambio verdadero está del lado de MORENA. Bien por esa diferenciación, bien por esa distinción entre lo mismo de siempre y lo nuevo que ya aparece en el horizonte. Dice una conseja popular que a los políticos hay que creerles todo lo contrario de lo que dicen. Lo que ha venido sucediendo en el país lo confirma. Si los vimos jurar que el precio de la gasolina disminuiría con la reforma energética, lo cierto es que aumentó inmisericordemente. Si insisten y perjuran que Duarte irá a la cárcel, lo indudable es que harán todo lo posible para que ello no suceda. Si dicen que no se despiertan pensando cómo joder a México, de seguro traman una reforma estructural más. Si Yunes Linares declara que en la reunión que tuvo con Peña Nieto no se tocó el tema de Duarte, ahora vemos que no fue así, y que lo acordado tiene que ver con las mutuas complicidades. El resultado a la vista es la votación en la que fueron juntos el pasado 5 de noviembre. Ahí se decidió la exclusión de MORENA. Y si Yunes amenaza con que hará revelaciones que cimbrarán a todo México, veremos sólo el parto de los montes. La complicidad de uno y otro continuará, así como fue la que existió entre Duarte y Peña Nieto, coludidos en la compra del voto y el desvío de recursos públicos. Sólo que ahora conviene al sistema un coscorrón y cuenta nueva. Los lectores tienen la palabra. marco.a.medinaperez@gmail.com