De todos los triunfos que obtuvo Morena en la pasada contienda electoral, el de Cosoleacaque fue el más reñido. La candidata de Morena se impuso con una diferencia de apenas 467 votos. Aquà es donde el régimen encontró la oportunidad para torcer la voluntad popular. Después de las vicisitudes de la sesión de cómputo en el Consejo Distrital 26, el Consejo General determinó atraer dicho proceso a Xalapa, dando certidumbre a todos los actores y respondiendo asà a la presión ciudadana que estaba al pendiente de los resultados electorales de su distrito. No obstante, los magistrados del Tribunal Electoral de Veracruz, Roberto Eduardo Cigala Aguilar y Javier Hernández Hernández, impusieron su mayorÃa y resolvieron anular la elección para la diputación local del distrito 26 local, dando la razón a la abanderada del PRI y sus aliados. De esa manera se anula la constancia de mayorÃa otorgada en su momento a la aguerrida maestra MarÃa del RocÃo Pérez Pérez y con ello se resta, por ahora, una posición a la fracción parlamentaria de MORENA, que ya ha decidido ser encabezada por el conocido y vertical abogado Amado Cruz Malpica. En el trasiego de esta decisión se encuentra la necesidad del régimen de disminuir, a como de lugar, la presencia de Morena en el Congreso estatal. TodavÃa falta el recurso interpuesto ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y, en última instancia, la elección extraordinaria que se lleve a cabo por efecto de esta resolución. Pero el propósito ya está definido. Se trata de reducir el impacto de un grupo parlamentario que llega con todo, según lo ha dado a conocer IMAGEN de VERACRUZ en entrevistas sucesivas a los diputados electos de Morena, para combatir la corrupción y la impunidad que impera en nuestro estado y que repercuten fuertemente en las condiciones de vida de los veracruzanos. Lo que se ve desde la óptica ciudadana es que los 13 diputados morenistas, no obstante que serán apenas una cuarta parte del Congreso, constituirán una fuerza moral y de mucho peso en la correlación que exista, para denunciar y parar, con el apoyo de la sociedad, todo lo que pueda afectar a nuestro estado; algo distinto a como ha sucedido con anterioridad, cuando la mayorÃa del PRI y del PAN ha respaldado los aspectos fundamen
tales de la polÃtica económica y social de los gobiernos en turno. Porque, aunque priistas y panistas protagonizan diversas escaramuzas de vez en cuando, aparentando diferencias, en la práctica han hecho causa común en todas las decisiones que nos han afectado como Nación y como estado. Baste señalar que tanto el presupuesto público federal como el estatal han contado con el aval de priistas como de panistas, y acompañantes satelitales por supuesto. De igual forma ha sucedido con las reformas estructurales, que han tenido los votos de los diputados del PRI y del PAN, tanto en el ámbito federal como en el local, cuando dichas reformas transitan por reformas constitucionales y se necesita el voto de los congresos estatales. No hablemos de la aprobación de las deudas, de las privatizaciones, de las restricciones al gasto social, de las polÃticas antiaborto, de las medidas autoritarias contra los movimientos sociales; ahà siempre encontramos la unidad de propósitos, de ideologÃas y de fines, de priistas y panistas. En la LXIV Legislatura del Congreso veracruzano, que se instalará el próximo 5 de noviembre, con la presencia de Morena se inaugurará una etapa muy distinta a la que nos tenÃan acostumbrados los polÃticos tradicionales. Las y los diputados morenistas sin duda exhibirán, con su conducta y por contraste, las miserias de un sistema polÃtico que ya no sirve al paÃs ni a los veracruzanos. Desafiarán los estilos y las formas de actuación de la clase polÃtica que conduce desde hace décadas nuestra entidad. Y, sobre todo, propondrán una nueva polÃtica económica, una nueva orientación del desarrollo social y una plataforma de acciones legislativas para reinstaurar la legalidad, la justicia y la democracia en la vida pública de Veracruz. Por todo ello, lo que ha sucedido en Cosoleacaque tiene su explicación. Y por lo mismo, se debe defender, con todos los medios legales y pacÃficos a nuestro alcance, la decisión de los electores de ese distrito que votaron por MarÃa del RocÃo Pérez y por Morena. El respeto a la voluntad de los ciudadanos del distrito 26 debe ser exigido por todos los veracruzanos porque ahà se está jugando algo del nuevo perfil que necesitamos del Congreso de nuestro estado. Los ciudadanos tienen la palabra.