No cabe duda que la pasada elección resultó histórica en muchos sentidos Aunque no hay una alternancia a fondo, real, que implique un cambio de modelo polÃtico o económico para nuestro estado, habrá una alterrnancia en la forma, en donde quedará uno de los primos Yunes al frente del gobierno, lo que en el imaginario colectivo (y al parecer, en el imaginario mediático), significa que ya hay un cambio. Este impacto en el imaginario colectivo habrá que tomarlo en cuenta en los próximos dos años, sobre todo cuando dicho imaginario se enfrente al triste desengaño de las promesas no cumplidas. La debacle del PRI con todos sus aliados es manifiesta y tiene repercusiones nacionales. Ya se habla de que la opción del régimen para 2018 está definida a favor de una candidata impulsada por el PAN, dejando como segunda opción muy lejana la de un candidato surgido de las filas del PRI. La manera como el régimen resolvió esta debacle, que ya se veÃa venir, fue trasladar al final todo el empuje y cobertura polÃtica del PRI hacia el PAN y concentrarse en desarrollar una campaña de amedrentamiento para disminuir la participación de la ciudadanÃa en las urnas. Fueron una constante las llamadas telefónicas y los mensajes por celular para disuadir a la gente de salir a las calles el dÃa de la elección. La promoción del abstencionismo no logró apabullar la participación de la gente pero sà logró disminuirla. En la elección para gobernador en 2010 y para diputados locales en 2013, el abstencionismo rondó el 40%, en tanto en esta elección está 6 puntos porcentuales arriba. La llamada guerra sucia se dirigió primero contra el candidato de la coalición PAN-PRD y luego se generalizó entre los primos Yunes. Al final, las coaliciones se coaligaron para restar votos al candidato de MORENA, el ingeniero Cuitláhuac GarcÃa, y dejar crecer a Yunes Linares. SerÃa conveniente que nuestros investigadores universitarios en los temas electorales midieran el impacto de estas campañas en
la participación del electorado, tanto el efecto abstencionismo como el de la guerra sucia. Llama la atención en este resumen de sucesos postelectorales, que los resultados del PREP se convalidaron en el proceso de recuento llevado a cabo en las juntas distritales. Éste dio los mismos porcentajes que el PREP a los principales contendientes, a pesar de las múltiples correcciones que se dieron en las mesas de trabajo. Como por arte de magia, se atribuyó a Yunes Linares el 34.40% de los votos, 30.29 a Yunes Landa y 26.40 a Cuitláhuac GarcÃa (en el PREP las cifras respectivas son: 34.41, 30.54 y 26.25). Asà de eficaz ha resultado la autoridad electoral en el estado. El gran perdedor en esta contienda es el PRI, que pasó de obtener en 2010, junto a sus aliados de entonces, 1 millón 357 mil votos, a 929 mil en este año. Pero el PAN también perdió votantes. Hace 6 años que hizo coalición con el partido Nueva Alianza, cuando Elba Esther Gordillo todavÃa podÃa tomar decisiones en ese partido, obtuvo 1 millón 277 mil votos; ahora, en alianza con el PRD, sólo captó 1 millón 055 mil. O la alianza con el PRD no fue muy fructÃfera o se les pasó la mano en impulsar el abstencionismo. O ambas cosas a la vez. En este sentido el gran triunfador es MORENA . Sin alianza alguna, sin muchos recursos económicos a su alcance y con una polÃtica plena de no entregar dádiva alguna a cambio del voto, reconocida por muchos y no desmentida por nadie, logró captar en su primera aparición pública en una contienda local 810 mil votos. Si lo comparamos con la elección federal del año pasado, en el que obtuvo 317 mil votos, esto es, poco más del 12% del total, el salto es fenomenal: más del doble porcentualmente y 500 mil electores más. Con estos resultados el escenario veracruzano para 2018 se presenta muy interesante. Y todavÃa falta 2017. Las y los ciudadanos tienen la palabra.
Marco Antonio Medina Pérez marco.a.medinaperez@ gmail.com