Sean cuales sean los resultados del próximo domingo, Morena ya triunfó en la presente contienda electoral. Ha logrado entrar a una competencia donde sólo figuraban dos partidos; está presente ya en todo el territorio veracruzano, desde la sierra hasta la costa y desde Pánuco hasta Coatzacoalcos; su presencia es mayoritaria en las ciudades más importantes del estado; es noticia nacional el posicionamiento de Cuitláhuac García, quien cada vez más es un líder nato de Morena, no prestado, no extraído de la vieja nomenclatura política de la izquierda. Si no sucede nada extraordinario en estos últimos días antes del 5 de junio, es previsible que el triunfo moral, cultural y político con el que ya cuenta Morena, se traduzca en un triunfo electoral que cimbrará la política nacional y tendrá repercusiones para los años venideros. Las posibilidades de ganar la gubernatura son altas para Morena. De conformidad con lo declarado por Cuitláhuac García, hay una clara ventaja de 7 puntos sobre su más cercano competidor, Yunes Linares, y en tercer lugar quedaría el abanderado del PRI. La ventaja de Morena crece día con día, en una expansión que se da de boca en boca y de feis en feis, de whats en whats, de tuiter en tuiter, es decir, en el medio de las redes sociales, que cada vez es más determinante en la comunicación política de los jóvenes. En cambio, el otrora puntero, el abanderado de la coalición PAN-PRD, decrece con cada noticia que se publica sobre su pasado represor, ligado al escándalo de la pederastia y su proclividad a los negocios turbios y multimillonarios. El tercero en discordia, Yunes Landa, se mueve en la grisura del aparato partidista y se quedó con los mismos niveles de intención del voto que puede proporcionarle la inercia de los enjuagues y reenjuagues del partido con su electorado tradicional y con el de sus múltiples aliados. Ante el fracaso de las herramientas de la política tradicional, es posible que el régimen regrese a sus viejos métodos y trate de torcer nuevamente la voluntad popular. Por ello es fundamental en Morena reforzar la presencia
en las casillas y apuntalar la defensa del voto. Por ello también es muy necesario que este llamado no se quede sólo en la estructura ya organizada de Morena sino que trascienda sus propios muros y se llame a la ciudadanía a estar muy pendientes del respeto a la voluntad popular. Además, el esfuerzo último en estos días debe ser el de multiplicar los llamados a una votación copiosa que no deje lugar a dudas sobre la decisión contundente de una mayoría que está por el cambio. Veracruz puede ser el primer logro por nocaut, construido por Andrés Manuel López Obrador a fuerza de tesón y de estrategia. Recordemos que en estos últimos 6 meses, de noviembre a la fecha, López Obrador ha recorrido 106 municipios veracruzanos, la mitad del estado, lo cual ni siquiera en helicóptero lo ha hecho el gobernante actual. ¿Qué factores han influido para lograr la posición que tiene actualmente Morena? En primer lugar, lo ya dicho, el tesón y la estrategia de AMLO. En segundo lugar, el posicionamiento logrado en la pasada contienda electoral de 2015, que situó a Morena en un envidiable tercer lugar en Veracruz, en su primera aparición en las boletas electorales, por encima del promedio nacional, y colocó un piso fundamental para pasar a esta etapa que estamos viendo. En tercer lugar, la unidad lograda en torno a la candidatura de Cuitláhuac García y el liderazgo que éste ha sabido construir. Del lado de enfrente, han influido el hartazgo social producto de muchos años de impunidad y saqueo del erario público, el desastroso desgobierno de un gobernador sostenido por vínculos de complicidad con el gobierno de Peña Nieto, la postulación de dos figuras emparentadas al régimen por un apellido común y la exhibición en cadena nacional y a todo color de los trapitos que cada uno sabe del otro. Estamos a un tris de una elección histórica en Veracruz. Morena está en posibilidades de dar el campanazo. Los electores tienen la palabra.
marco.a.medinaperez@gmail.com