El régimen ya se decidió por Yunes Linares. Falta lo que digan los ciudadanos. El pasado viernes el enterado Maquiavelo, articulista notable de este diario, escribió sobre la persistencia de los reportajes y comentarios de Carlos Loret de Mola, una de las estrellas del medio audiovisual más influyente en este paÃs, en donde critica, un dÃa sà y otro también, al gobernador Javier Duarte. A partir de esta posición, dado que seguramente Loret de Mola no se manda solo, ni el medio en cuestión actúa con independencia en su relación con el régimen, Maquiavelo establece la hipótesis de que se maneja una gubernatura negociada. No serÃa la primera vez que las señales de un gobierno se envÃan a través de un medio influyente. En el primer artÃculo que escribà para esta columna preguntaba: ¿se está optando por mantener a Duarte en el poder sabiendo que ello derrumbará la opción Yunes Landa y por lo mismo fortalecerá la de Yunes Linares? Tal vez no sea literal ni directa la lÃnea de mantener vigente al gobernador para abonar a la otra posición. Pero el hecho de mantener a un personaje en su puesto, a pesar del descrédito y la debacle electoral que conlleva, hace pensar que
el régimen en verdad ya se decidió por Yunes Linares como la opción que lo salvará. Pero el lector se preguntará, ¿cómo va a ser que el régimen se salva con un opositor como Yunes Linares? Para responder a esto habrÃa que recordar la experiencia que vivimos los mexicanos en el caso de la elección de Fox como presidente de la República, quien cautivó a los electores con su lenguaje populachero, prometiendo meter a la cárcel a los peces gordos, cazar a las tepocatas y vÃboras prietas, resolver la rebelión zapatista en 15 minutos y otras lindezas que desembocaron en todo lo contrario. Fox integró la mitad de su gabinete con cuadros priÃstas relevantes (entre muchos otros, Yunes Linares en 2005 al frente de la SubsecretarÃa de Prevención y Readaptación Social de la SecretarÃa de Seguridad Pública). Con Fox se fortaleció la corrupción (con todo y familia presidencial, al más puro estilo priÃsta), aumentó la burocracia, continuó la entrega corporativa de ayudas sociales (ahora para favorecer también al PAN) y no se resolvió ninguno de los grandes problemas nacionales. Es decir, en la famosa alternancia del año 2000 no se movió un ápice la estructura del régimen, al contrario, se
fortaleció la llamada polÃtica neoliberal y siguieron prevaleciendo con gran vigor los mismos rasgos del poder autoritario, en beneficio de unos cuantos. Es lo que pretende el régimen con la opción Yunes Linares. Una componenda al estilo Fox-PRI cuyo único resultado final será que se siga desmoronando Veracruz, que continúen los atracos al erario público, el abandono de la educación pública, el uso de los recursos de los pensionados para cubrir los desfalcos del gobierno, la falta de apoyo al campo, la migración permanente por falta de oportunidades de la mano de obra veracruzana, los descalabros de cientos de empresarios; y, por consiguiente, el crecimiento de la inseguridad pública y la desesperanza de cientos de miles de paterfamilias. En el curso de esta elección muchos medios están registrando el crecimiento de la candidatura del ingeniero Cuitláhuac GarcÃa al frente de MORENA, cuya virtud principal es, entre muchas otras, la de ser el único de entre todos los candidatos que nunca ha participado de los entresijos del poder. Y que no tiene, ni de lejos, la fortuna que tienen ambos Yunes. Los electores tienen la palabra.
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