Al momento de escribir estas líneas no contamos con los resultados concretos de la elección histórica que se vivió este domingo en Veracruz. Sin embargo, tenemos una tendencia de tercios distribuidos entre las tres opciones más importantes, que sin embargo cuenta con muchísimas casillas en donde MORENA gana de forma contundente, lo que a nivel estatal refleja un triunfo de 33.8% contra el 30.8 del candidato del PANPRD y 29.3 de la coaliación encabezada por el PRI. El futuro de nuestro estado se irá definiendo en la medida en que fluyan las cifras hacia el centro de cómputo del OPLE Veracruz. Y será el reflejo de varios episodios de disputa en que creció por un lado la ola opositora de MORENA, y por otra, los pleitos entre las familias que han gobernado Veracruz por mucho tiempo. Hoy resulta inobjetable la presencia de MORENA en Veracruz La inconformidad de vastos sectores de trabajadores petroleros, maestros, campesinos, pescadores, que han visto defraudadas sus expectativas siempre reiteradas hacia el sistema; así como el desarrollo de la ciudadanía ante los problemas acuciantes del ambiente, de los derechos humanos, de la injusticia social, del trato hacia los jóvenes; todo ello creó un caldo de culltivo social (diría Peña Nieto, de “malhumor social”) que es la base objetiva sobre la que creció la conciencia y las posibilidades de participación de muchos veracruzanos. Sin embargo, hartazgo e inconformidad ya ha existido en nuestro estado, pero siempre el sistema se encargó de suministrar, ya sea una nueva promesa de cambio o un nuevo operativo para mantener abierta alguna expectativa de nuevos tiempos. Lo diferente, ahora que el sistema presentó dos propuestas, una de continuidad y otra de aparente cambio, fue una tercera opción, la de MORENA, que logró orientar hacia sus propuestas a una buena parte del electorado. Y diferente también fue la candidatura de Cuitláhuac García, que creció junto con MORENA, como una propuesta fresca, innovadora,
ligado al sector universitario y magisterial, en donde logró posicionarse y desde ahí irradiar una presencia siempre creciente. Morena creció debido a su alejamiento de las alianzas de la política tradicional, del Pacto por México que generó malestares en el medio laboral, magisterial, petroleros, empresarios medianos y pequeños, por las reformas estructurales que aprobaron. Se forjó un perfil de independencia y de modificaciones sustanciales en la manera de decidir sus asuntos internos. Pero además se impulsaron caras nuevas que no estaban identificadas con la nomenclatura de la clase política. Este fue el caso de Cuitláhuac García, un profesor universitario que en su primera incursión en una elección y con muy pocos recursos económicos, logró colocarse en el primer sitio como diputado federal en Xalapa y ganando con amplio margen. De igual manera, la mayoría de los candidatos a diputados locales por MORENA no cuenta con un curriculum político reconocido. La presencia de MORENA en Veracruz ahora es inobjetable. El resquebrajamiento del régimen en este estado ya ha iniciado. MORENA tendrá que insistir en sus alianzas con la gente, con los sectores que la actual política neoliberal ha golpeado y sobre todo insistir que esta lucha electoral es una lucha popular, que habrá de organizar de mejor manera y cada vez en forma más depurada para diferenciarse de los demás partidos. Sigue una larga ruta hacia 2018. En la estrategia de MORENA, los esfuerzos organizativos del pueblo deben confluir en una sola fecha, en una sola batalla, que sin embargo se conforma de múltiples momentos de organización y de lucha. En las próximas batallas, antes de la del 2018, electorales y populares, se tendrá que seguir despertando conciencias que se transformen en acción contundente. En la historia próxima de Veracruz, los ciudadanos tienen la palabra. marco.a.medinaperez@ gmail.com