Por Catón
Columna: De políticas y cosas peores
De políticas y cosas peores
2016-03-18 | 09:18:20
Una mujer estaba de rodillas en la iglesia.
Vestía ropas de luto y oraba en alta voz con
gemebundo acento: “Señor: encomiendo
a tu infinita misericordia el alma de mi
esposo. He sabido que fue un mujeriego.
Acabo de enterarme de que se gastó en sus
aventuras amorosas el dinero que habíamos
ahorrado para la educación de nuestros
hijos.
También apenas ayer supe que tuvo un
romance con mi mejor amiga. A pesar de
todo, Señor, te pido que le perdones sus
pecados”. El padre Arsilio oyó las deprecaciones
de la señora y fue hacia a ella. “Dime,
hija-le preguntó con paternal solicitud-.
¿Cuándo murió tu esposo?”. Respondió
la mujer con ominoso acento: “Mañana”.
Babalucas le contó a su señora: “El
taxista que me trajo venía muy aprisa. No
vio a un perro que cruzaba la calle, y casi
lo atropella”. “¡Malvado cafre! -se indignó
ella-. ¿Qué tal si llega a atropellar a un
peatón?”. “¡O a una persona!” -se indignó
Babalucas aún más...
La parejita salió del templo donde había
tenido lugar su boda, y los invitados les
arrojaron a los novios el consabido arroz.
Una de las asistentes le comentó a otra:
“Creo que ya están ansiosos por consumar
el matrimonio. Mira: el arroz que les cae
queda cocido”.
Esos mismos recién casados llegaron al
domicilio de la novia antes de salir al viaje
de bodas, pues ahí habían dejado su equipaje.
El papá de la chica preguntó: “¿Dónde
están los novios?”. Respondió la mamá:
“Arriba, juntando sus cosas”. Exclamó el
señor: “¿Tan pronto?”...
La linda muchacha iba por la calle. Un
majadero tipo se le acercó y le preguntó sin
más: “¿Cuánto cobras?”. Respondió ella
con indignación: “¡No confunda!”. “Está
bien -concedió el barbaján-. Lo haremos
sin funda”...
Tengo tomada ya mi decisión, y es irrevocable.
Si por un trágico error los republicanos
designan a Donald Trump su candidato
a la presidencia me abstendré de ir a los
Estados Unidos en tanto ese mal hombre
-ese hombre malo- haga su campaña.
Y si por una aberración de las que a veces
se cometen en el ejercicio de la democracia
ese hombre malo -ese mal hombre- es
elegido presidente dejaré de ir a la nación
vecina mientras esté en el cargo.
Tanto ha ofendido Trump a México, en
forma tan villana ha injuriado a los mexicanos
que luchan y trabajan en “el otro lado”,
que sólo así podría yo mostrar mi repudio
a ese torpe y torvo individuo.
Seguramente mi postura parecerá
ingenua, y aun risible. ¿A quién le puede
importar que vaya yo o deje de ir a los Estados
Unidos? Ni siquiera gasto mucho
cuando voy allá.
Compro tres o cuatro libros en Barnes &
Noble de McAllen, un par de chacharitas
en la linda pulga de los domingos en Puerto
Isabel, de vez en cuando adquiero una
prenda de vestir en la tienda Burlington
de Brownsville y -risum teneatis, amici?,
¿podéis contener la risa, amigos?- algunas
chucherías en el Dollar Tree.
Mi acto de protesta, entonces, no sacudirá
la economía de los Estados Unidos. Pero
no tengo otra forma de mostrar mi indignación
si Trump es designado candidato
o elegido presidente. Así que ya lo saben...
La esposa de don Languidio declaró en
la merienda de los jueves: “Mi marido es
bisexual”. “¡Cómo!” -exclamaron al unísono
las señoras. “Sí -confirmó ella-. Hace el sexo
dos veces al año”...
Un pariente de Babalucas pasó a mejor
vida. En el velorio un señor le dio el pésame:
“Lo siento”. “Gracias -respondió Babalucas-,
pero mejor déjelo así, acostadito”...
Aquel hombre estaba casado con una
mujer de nombre Analisa, a la que todos
llamaban Lisa. Un día llevó a un amigo a su
casa, y le pidió a Analisa que les trajera unas
cervezas. Pasó un buen rato, y el visitante
le dijo al marido: “Hace más de media hora
que le pediste las cheves a tu esposa, y no
las ha traído”. Respondió el otro: “¿No has
oído hablar de la famosa hueva de Lisa?”...
Se casó Susiflor. Su mamá le adornó con
un bordado de flores el negligé que luciría en
su noche nupcial. Cuando la pareja regresó
del viaje de bodas la señora le preguntó a su
hija: “¿Le gustaron a Vehemencio las flores
del negligé?”. “Ni las vio, mami -respondió
Susiflor-. Se fue directito a la maceta”. FIN.


MIRADOR
››armando
fuentes aguirre
Al final del campo donde vivía
Hu-Ssong se abría un profundo barranco.
A fin de pasar al otro lado
del abismo, donde había un prado
ameno y una fuente de aguas claras,
la gente debía bajar con grandes
trabajos y subir luego una fragosa
cuesta.
Todos los días Hu-Ssong tomaba
unos guijarros y los lanzaba al fondo
de la sima. Le preguntaron sus
discípulos:
-¿Por qué haces eso?
Respondió el filósofo:
-Es mi aportación para acabar
con lo que nos separa de aquello
que deseamos. Si todos hiciéramos
lo mismo; si nuestros hijos y nietos
también lo hicieran, alguna vez el
barranco quedaría cubierto, y los
hombres podrían disfrutar sin fatigas
de lo que ahora nosotros debemos
sufrir para gozar. Mis guijarros son
pequeños, pero gracias a ellos el
precipicio es cada día menos hondo.
Los discípulos supieron que el
maestro hablaba palabras de verdad,
y fueron ellos también a luchar
contra el abismo.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
››por afa
“El novio lavó los platos después
de cenar en casa de su novia”.
El papá, muy preocupado,
le comentó a su mujer:
“Los lava bien. Ha de ser
seguramente casado”.

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