Hace una década o más que apareció el famoso Ejército Popular Revolucionario, más preciso su nacimiento tuvo lugar en Guerrero el 28 de junio de 1996, cuando se declaró públicamente como tal, misma fecha en que se cumplía el aniversario de la matanza de campesinos de Aguas Blancas, en aquel estado.
Tras diferencias en las filas de este grupo nace a su vez el 8 de enero de 1998, con la supuesta pérdida de un 70 por ciento de sus combatientes, el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI)
Incluso, de estas organizaciones guerrilleras, de las más recientes que se tiene cuenta en México, se hizo referencia que había incursiones en el estado de Veracruz. Particularmente en los límites entre Veracruz e Hidalgo.
Pero difícilmente se ha confirmado la presencia de grupos guerrilleros, aunque por siempre se ha dicho que es la sierra de Zongolica, carne de cañón para la aparición de supuestos grupos insurrectos bajo la bandera de luchar contra los poderosos y el gobierno, al que han acusado de opresor.
Incluso el propio diputado federal, Mario Zepahua afirmó entonces que existían indicios de células guerrilleras, cuando como candidato a la diputación federal en el 2003 fue plagiado. El que echó abajo la versión fue el procurador de Justicia en aquel entonces, Pericles Namorado quien aseguró se trataba de una farsa. Haberse declarado víctima de un grupo subversivo como el EPR era una falacia tan grande como la fortuna que ha acumulado explotando a los indígenas de la región.
Ahora, aparecen algunos panfletos que revelan la presunta existencia del denominado Ejército Revolucionario del Pueblo en Armas y que han sido distribuidos en la zona centro.
Lo cierto es que esta zona es una de las más “calientes” en cuanto a disputa de cárteles de la droga. Y se han ocupado incluso algunos sitios lejanos en la sierra como campos de entrenamiento para los delincuentes. Y esta puede ser una vertiente.
“El documento que va dirigido a los pueblos pobres de las faldas del volcán, de la Sierra de Zongolica, del Valle y región de Orizaba, aseguran que el gigante llamado pueblo ha despertado, ha salido del letargo y ha decidido organizarse por lo cual se formó ese Ejército”.
Estos anuncios se han hecho una y otra vez. Sin que no pase, cuando más, de estallar unas bombitas caseras por allí. Y jamás se vuelve a saber de nada parecido.
Y otra razón, es el que ¿Por qué se trata de inicio de año cuando se escoge como tradición para lanzar desplegados o amenazas de sus apariciones? El pueblo no está harto solo al empezar un año nuevo, sino en cada momento, en cada día que ve como se le va de las manos su salario, o enferma el familiar sin poderlo proporcionar la atención adecuada por falta de recursos.
Cuando los hijos no pueden ir a la escuela porque no tienen dinero ni para el transporte urbano, es una razón para la irritación social. Entonces por qué esperar siempre en estos anuncios para que al finalizar un año se publicite la incursión guerrillera?
Así finalmente termina siendo uno más para servir de distractor, o se ocupa por grupos caciquiles y poderosos en la zona, a fin de seguir ejerciendo el miedo entre la población.
Políticos también han hecho uso de esta estrategia, y al final solo se trata de los llamados “borregazos”. Que en nada ayudan a la estabilidad política y social, ya de por sí, seriamente amenazada por la razón natural de falta de empleos y oportunidades de progreso entre las familias.
Los grupos antagónicos que pudieran surgir y aprovechar para sembrar la presencia insurrecta en la zona ya no lo son tanto. La mayoría de sus líderes se conforman con apoyos y concesiones que les concede el gobierna y han dejado de luchar por los verdaderos intereses del pueblo.
Ayer mismo, salió a desmentir tal situación el secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, aunque ya sabemos que así funciona también la conocida “caja china” en el mundo mediático y el escenario político público. Ojalá Flavino no lo esté usando ahora que se empieza a encartar en la lista de aspirantes a gobernador.
direccioneditorial@hotmail.com