Experimentados en el tema analizan que el Sistema de Agua y saneamiento bien hubiera podido laborar con la cuarta parte del personal que se empleaba en su operación. Pero la lIderesa sindical, Angélica Navarrete, en complicidad con la dirección del SAS de varios periodos dejó que la plantilla laborar creciera de manera desmesurada.
Precisamente el sindicato de trabajadores del SAS, liderado por Navarrete se convirtió en una plaga que devoró lo que los directores le dejaban.
De hecho hubo una conveniencia en la que se repartían los ingresos del SAS a manos llenas, pensando que eso les habría de durar toda la vida. Su voracidad no les permitió entender que estaban matando a la gallina de los huevos de oro.
Es por ello que el contrato colectivo contiene cláusulas totalmente lesivas para la institución. Por ejemplo: La canasta navideña por trabajador tiene un costo de 11 mil pesos.
Es decir 14.5 millones de pesos en una sólo cláusula contractual que si bien merecida la tienen los empleados no se ha visto algo similar en ningún sector laboral que se tenga conocimiento; asimismo existe una cláusula para el festejo por el aniversario del sindicato de 980 mil pesos, casi un millón de pesos; el contrato representa 234 días más de pago anual (15 días festivos, 50 días de aguinaldo, 63 días para actividades culturales, 20 días para “modernización administrativa”). No se ve nada de actividades culturales entre los trabajadores y de la “modernización” estaría por verse.
Aparte de todo esto Angélica Navarrete exigía 800 millones de pesos anuales de obligaciones al contrato colectivo de trabajo con el sindicato “José Azueta”. Una barbaridad, una aberración a la vida de un sindicato, que quizá ni en los memorables tiempos de los obreros portuarios y sus fortalecidos sindicatos de maniobristas o estibadores se veía tal ambición.
Por su puesto con ese cargo a la nómina era imposible que el Sistema de Agua y Saneamiento sobreviviera. En parte debido a esto el SAS quedó a deber cantidades millonarias. 580 millones a CONAGUA; 13 millones al IMSS; 13 millones a CFE; 9 millones al INFONAVIT.
Angélica Navarrete siempre se ostentó como una lideresa todopoderosa, durante muchos años estuvo cobrando 20 mil pesos para el ingreso a su organización sindical y así obtener una plaza laboral.
Al ver que la privatización del servicio del agua era inminente, la todopoderosa secretaría del sindicato “José Azueta” quiso negociar en lo “oscurito” el asunto de las liquidaciones, cosa que no consiguió.
Es por ello que en las últimas semanas ha estado engañando a sus agremiados haciéndoles creer que ella lucha por sus derechos y por una liquidación justa. Más en el fondo se trata de sus intereses personales.
Los resultados y acciones que está teniendo el suministro de agua con su nuevo esquema y las medidas asumidas en torno a la privatización, revelan por un lado, el desmedido saqueo que se hizo con SAS y la ambición de una dirigente que no cuidó el patrimonio no de sus trabajadores sino de los veracruzanos, y por otro, surge la esperanza de una mejora sustancial en el servicio del vital líquido.
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