A un día de la visita presidencial a tierras de veracruzanas, el operativo de Seguridad Pública para blindar el examen de evaluación de los maestros, se salió de control y terminó por dar la nota con los presuntos maestros lesionados, y agresiones a reporteros que cubrían las manifestaciones, según dio cuenta la propia Comisión de Protección a Periodistas, y luego lo confirmaría, al darle entrada a las investigaciones, la Fiscalía del Estado a cargo de Luis Angel Bravo.
Pues bien, algo que debería sin duda transcurrir en forma tersa y tranquila, se disparó con alguna decenas de mentores inconformes, amparados en las siglas de la CNTE y otras organizaciones que se resisten al proceso evaluatorio, por su temor a que puedan ser sancionados finalmente y pagar las consecuencias de sus radicales e incongruentes protestas.
Esto no exime a que la dependencia a cargo de Arturo Bermúdez Zurita haya una vez más dado la nota con su absurdo y mal llevado operativo, y sobre todo, pegue a la imagen del estado, y el gobierno que encabeza Javier Duarte. No debe estar nada satisfecho el jefe de las instituciones en la entidad, con el lamentable resultado de la estrategia policial, del que tendrá que pormenorizarle un informe el responsable de los mismos.
Aunque se logró el cometido de cuidar a los maestros que acudieron en una cifra superior a los 2 mil trescientos a realizar sus exámenes, y el operativo fue considerado exitoso una vez que fue montado por la policía estatal para asegurar que los profesores estuvieran a tiempo dentro del Complejo Omega. Pero siempre hay alguna mancha, y en esta ocasión dejaron varias, con diversos lesionados llámense docentes o comunicadores.
Si bien, el secretario Bermúdez se habrá de escudar en que logró su cometido, al resguardar la integridad de los maestros, y cumplieron en un 70 a 80 por ciento la meta de quienes exigió la secretaría de Educación que acudieran a ser evaluados, lo cierto es que lo ideal sería un saldo blanco, un privilegiado orden, sin escandalosos resultados que van contra la imagen por Veracruz, y lo que se decía, peor cuando el presidente de la República encabezará este día una gira por el puerto.
Es algo que políticamente por ningún lago es positivo para el mandatario veracruzano. Menos cuando a nivel nacional la nota de La Jornada maneja que en el marco de las protestas realizadas este sábado y domingo por los opositores a la segunda jornada del examen de evaluación docente de la SEP fue violentada.
Y es que a juicio de los manifestantes la evaluación afecta sus derechos laborales y exigieron dar marcha atrás a la reforma educativa. Pero es sabido que la mayor parte está de acuerdo, y esto solo responde a intereses de grupos antagónicos, como la CNTE que se opone a ello, lo que no implica que haya por parte de las autoridades en este caso, Seguridad Pública una falta de pericia, o evitar, como parece fue el caso, una instrucción generalizada de agredir, y no emplear medidas preventivas de control.

De acuerdo a la información de la Comisión de Protección a los Periodistas, tres trabajadores de los medios fueron agredidos. El propio Fiscal debió admitir que existían ya investigaciones para proceder contra los responsables por instrucciones del gobernador del Estado.

Uno de ellos, fue lastimado en el rostro, otra más afectada en sus pertenencias como la destrucción de un teléfono celular, entre otros casos.
No obstante, según la propia información de la dependencia, hasta ayer en las Fiscalías Regionales solo se había iniciado una carpeta de investigación por agresiones a los manifestantes en Veracruz y Xalapa, por lo que Luis Angel Bravo exhortó a quien se sienta agraviado de algún hecho a que presente sus denuncias para que se pueda proceder.
De Seguridad Pública no pueden salir indicaciones para uso de violencia generalizado, ni siquiera para los grupos que se encuentren en alguna manifestación. Es algo, de lo que ha adolecido y tal parece, así concluirá el titular Arturo Bermúdez en este sexenio. Porque si se trata de la máxima que enarbola un policía, es mantener y proteger la integridad física de todo ciudadano, no vulnerarla.
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