Pasadas las elecciones, con su enorme gasto, con todas sus sorpresas, aciertos, decepciones y fallas; comparto con Uds. diversas reflexiones, buscando que los ciudadanos abramos los ojos y juntos busquemos mediante nuestra participación responsable y generosa sacar a México del atolladero. Parto de la premisa de que la única manera legal, democrática, pacífica y constructiva de cambiar las cosas para mejorar el país, es a través del voto. Los métodos violentos propuestos por algunos radicales para cambiar las estructuras, solo terminan por generar caos, pobreza, retrocesos, pérdidas, descrédito y aislamiento. La historia registra incontables casos de quienes como decía Don Porfirio: “Soltaron el tigre y después no supieron cómo controlarlo”. Por eso hay que impulsar la participación ciudadana para cambiar pacíficamente mediante el voto lo que no funciona y lo hay que mejorar. En esta jornada electoral observamos que: 1. El abstencionismo volvió a ganar en la mayoría de los distritos. Entre un 55% y 60% de la población en edad de votar, irresponsablemente no lo hizo. Eso facilitó el triunfo de quienes salvo excepciones honrosas, bajo otras condiciones, no habrían ganado jamás. 2. Mientras no haya segunda vuelta, seguirán ganando las elecciones quienes capten en promedio entre un 25% y 35% de la votación, dándose el absurdo
de que en muchos casos resulten electos quienes tienen en contra al 65% o 75% de los electores. Mientras no haya segunda vuelta que corrija esto, seguirán ganando las minorías. Esto es injusto y hay que cambiarlo. 3. El triunfo del candidato independiente a la gubernatura de Nuevo León, marca un parte aguas digno de considerar, porque la votación allá fue muy alta comparándola con la del resto del país, cumpliéndose así la premisa de que cuando la gente sale masivamente a votar, es muy difícil que los partidos que tradicionalmente hacen trampa para ganar, se puedan salir con la suya. 4. El fenómeno de Nuevo León nos abre a los ciudadanos la esperanza de tener mejores candidatos, ya que seguramente ante dicha competencia se obligará a los partidos políticos a presentar mejores propuestas y no a imponernos como hasta ahora lo hacen en muchos casos, a personas ligadas a los intereses de las cúpulas, no a los de la comunidad. Lo grave del asunto es que a veces, ponen como candidatos a cargos de elección popular, a políticos incompetentes, cuyo único mérito son los compromisos establecidos con los grupos de poder y en casos extremos nos llegan a imponen a verdaderos delincuentes que necesitan con urgencia el fuero para no ir a dar a la cárcel por las fechorías y desfalcos cometidos en cargos anteriores. Como no tenemos de otra, deberemos aguantar los criterios impuestos
por la partidocracia que engolosinada con las enormes sumas de dinero que anualmente recibe de nuestros impuestos, se olvidó de servir a los ciudadanos, convirtiéndose en simple agencia de colocaciones y pozos sin fondo que consumen cuantiosos recursos públicos. Como dijo el que se fue: “No tienen llenadera”. La competencia que generarán las candidaturas independientes obligará a los partidos a poner candidatos de primera; no de tercera, ni de cuarta como frecuentemente lo hacen, porque ya no ganarán ni con la fuerza de las despensas. Algo que debemos lamentar del pasado proceso electoral es que con carretadas de dinero ganaron algunos candidatos con fama de saqueadores y ladrones. El fuero que ahora tendrán les permitirá evadir la acción de la justicia, con lo cual la impunidad campeará en el país durante los próximos tres años. Pobre México. No cabe duda de que por culpa de los irresponsables ciudadanos que no votaron y de los que vergonzosamente vendieron su voto, el país seguirá en las mismas. Ojalá que el buen ejemplo de los distritos y de los estados que dijeron con su voto: Alto a la corrupción, a la impunidad y al saqueo, cunda pronto para que todo México cambie. Hasta el próximo sábado.
Muchas gracias.