Por Francisco J. Ávila Camberos
Columna: Entre el cielo y el infierno
Entre el cielo y el infierno
2015-04-18 | 09:03:10
Continúan las campañas políticas de los candidatos a diputados federales que buscan conquistar el voto ciudadano, ofreciéndonos de todo. Como quieren ganar la contienda a como dé lugar, nos prometen cosas que no podrán cumplir; porque van contra de los intereses de su propio partido, porque no están dentro de sus atribuciones como legisladores y también porque no hay dinero para implementarlas. Así, ofrecen irresponsablemente cosas que podrían formar parte de las propuestas de un candidato a la alcaldía o a la gubernatura, pero no de un aspirante a diputado federal. Ofrecen drenaje, electrificación, puentes, carreteras, becas, medicinas gratis, bonos del primer empleo, etc. etc. Si fueran ciertas sus promesas, ¿por qué no las implementaron cuando estuvieron en el cargo quienes ya fueron legisladores?. Ofrecen por ofrecer, sin pensar
cumplir nada, es similar a lo que hicieron aquéllos que firmaron ante notario público el compromiso de terminar su gestión y acabaron faltando a su palabra. Su caso se parece al del político mexicano famoso por sus promesas incumplidas, quien falleció y recibió una sopa de su propio chocolate. Murió y llegó este hombre al cielo. Tocó el timbre. Una enorme puerta se abrió y se encontró con San Pedro. Estaba muy espantado, porque creía que le pedirían cuentas de todo lo que se había robado. San Pedro le explicó que de acuerdo con las nuevas políticas celestiales, las reglas habían cambiado. Cada quien escogería libremente el lugar donde permanecería, ya fuera en el cielo o el infierno. Entusiasmado, pidió una oportunidad para conocer ambos, antes de tomar su decisión. Se la conce
dieron. Bajó en un gran tobogán hasta el infierno. Encontró una enorme puerta roja forrada por dentro con terciopelo verde. La golpeó con una piedra, temiendo quemarse las manos y descubrió asombrado que no estaba caliente, sino apenas tibia. Salieron corriendo a recibirlo unas curvilíneas diablesas en bikini que le ofrecían bebidas heladas gratis. El jefe de todos los diablos llegó personalmente a saludarlo con tanta amabilidad, que hasta le regaló una despensa y una gran bolsa con verduras; (para que no le subiera el colesterol). El político admirado descubrió que todo el infierno estaba climatizado. La temperatura era muy agradable. Había fiestas gratis por todos lados y muchos diablos practicaban golf. Otros, no dejaban de bailar y jugar en los lujosos casinos del infierno, donde un gran anuncio luminoso
indicaba que todo era gratuito. Acabado el tiempo de la prueba, San Pedro lo invitó a conocer el cielo. Entró y encontró música celestial permanente, grupos de angelitos subidos en sus nubes cantando y rezando todo el día. Como era lógico, al poco tiempo el político se aburrió y fue con San Pedro para decirle que prefería estar en el infierno, por el buen ambiente y diversión gratuita permanente que ahí había. Firmó su petición y llegó nuevamente a la puerta del infierno. Al tocarla se quemó la mano de tan caliente que estaba. No salieron las diablesas en bikini a recibirlo, sino dos enormes diablos peludos que lo arrastraron de los cabellos hasta arrojarlo en un caldero con aceite hirviendo. Estos, lo picaban con sus cuernos y lo obligaban a hacer trabajos forzados sin descan
so y sin recibir paga alguna. Muy enojado el político empezó a gritar a los cuatro vientos: ¡Me engañaron, fraude, fraude. ! Al oír los gritos del político, se acercó el diablo mayor para ver qué pasaba. Sumamente molesto, el político le reclamó el engaño de que fue objeto. Le dijo que le habían prometido muchas cosas y nada le habían cumplido. Además lo atormentaban constantemente. El diablo mayor le dijo con rudeza: De que te quejas, si actuamos igualito que tú lo hacías en México. La verdad es que antier que llegaste, estábamos en campaña para las elecciones. Estas ya pasaron. Tú ya votaste por nosotros y ahora te aguantas. Que no nos suceda lo mismo a los mexicanos. Hay que analizar bien por quién deberemos de votar, para que no se repita esta triste historia Hasta el próximo sábado!.

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