Por Francisco J. Ávila Camberos
Columna: Transporte urbano y caos vial
Transporte urbano y caos vial
2015-03-21 | 08:26:12
Uno de los grandes retos que tenemos que vencer en México es el de la ineficiencia tan grande que padecemos en materia de transporte urbano. Salvo algunas excepciones, en la mayor parte del país éste funciona de manera caótica, lo que genera accidentes, contaminación y pérdidas cuantiosas para todos, incluyendo los propietarios de los autobuses; lo que afecta no solo a dicho sector, sino a la población entera, ya que todos tenemos que transportamos para ir al trabajo, a la escuela, de compras o simplemente a pasear. El mal servicio que el transporte urbano da a los usuarios, hace que muchas personas opten por comprar un automóvil o una motocicleta para trasladarse a donde lo necesiten, con tal de no tener que hacerlo en un autobús frecuentemente desvencijado y sucio, conducido por quien no siempre fue debidamente capacitado y motivado. Por eso hay quienes manejan su unidad de manera francamente temeraria, poniendo en riesgo la vida de pasajeros, peatones y automovilistas. Debido además a la inseguridad, impuntualidad y escasa higiene de muchos autobuses urbanos, no todos quieren usarlos. Por eso, cada vez hay más autos y motos circulando, que en horas pico saturan calles y carreteras, aumentando la contaminación y los accidentes viales, ya que la precaria infraestructura existente no da para satisfacer la creciente demanda, porque las estrechas calles de nuestras ciudades fueron diseñadas para el escaso tráfico del siglo pasado y antepasado. Ahora, con el enorme número de vehículos circulando, no hay espacio suficiente para que transiten todos y menos si en las calles se usan ambas aceras como estacionamiento. Esto se agrava porque hoy irresponsablemente se sigue autorizando la apertura de escuelas, comercios, restaurantes y cafeterías que no cuentan con estacionamiento y si lo llegan a tener, resulta con frecuencia insuficiente para cubrir las necesidades de los clientes. (Ver cafetería que se construye en Colón esq. Américo Vespucio de Veracruz, Veracruz). Retomando el tema de los autobuses urbanos, contribuye a agravar el problema la falta de visión de algunos propietarios y también de ciertos dirigentes, intereses económicos mal planteados y peor manejados en otros, corrupción de las autoridades y escaso espíritu de colaboración entre quienes integran este sector; falta de capacitación y enorme desorden que produce ganancias en algunos funcionarios y graves pérdidas para los propietarios de camiones urbanos y de la comunidad. Esas son algunas de las múltiples causas que provocan que este sea un negocio donde todos perdemos. Cuando esto se da, la comunidad entera entra a un círculo vicioso que no tiene salida fácil. Es bastante frecuente ver circulando en las calles filas de autobuses semivacíos persiguiéndose y corriendo uno tras otro para ganar el pasaje. Si tuviéramos un mejor trasporte público urbano, limpio, puntual y manejado por personas capacitadas, corteses y bien pagadas; los accidentes disminuirían, ya que más gente dejaría guardado su automóvil y viajaría en autobús. De esa forma se despejarían las calles de tanto vehículo particular circulando y estacionado. Habría menor contaminación, menor dispendio de combustibles no renovables y menos estrés entre quienes deben estar en determinado sitio a una cierta hora y no es seguro que lleguen a tiempo, porque los embotellamientos y accidentes viales son cada vez más frecuentes y a veces terminan en verdaderas carambolas que dejan bloqueadas arterias importantes por horas enteras, aumentando con ello la tensión, el desorden y la contaminación. Mucho ayudará a corregir las cosas el que haya estacionamientos suficientes, se prohíba estacionarse en las calles durante las horas pico, se reparen y sincronicen los semáforos y se meta en cintura a las múltiples pizzerías, refaccionarias, farma
cias y negocios que mandan a sus motociclistas a correr haciendo malabares para entregar la mercancía a determinada hora y si no llegan a tiempo los sancionan, porque la actitud temeraria e irresponsable de la mayoría de estos motociclistas son también causa de accidentes graves que terminan en tragedia. Ojalá y las autoridades se pongan verdaderamente las pilas y hagan algo por solucionar el problema de raíz, sin que valgan influencias, ni compromisos adquiridos por acarrear votantes, ni tampoco sean tentadas por el dinero de la corrupción. Es tiempo de poner orden. El autobús urbano, bien administrado, con su mantenimiento adecuado y sus operadores bien pagados y entrenados, puede producir utilidades importantes que permitan estimular a los dueños y lograr que con sus propios recursos puedan renovar el parque vehicular para no andar dando pena ajena. La semana próxima hablaremos sobre los taxis y otras causas del caos que padecemos en materia de transporte urbano. Concluyo esta vez: Grandes son los retos y grandes tienen que ser las soluciones para enderezar las cosas. No les parece a Ustedes.
Hasta el próximo sábado.

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