Por Francisco J. Ávila Camberos
Columna: Demagogia perversa
Demagogia perversa
2015-05-23 | 08:06:18
Muchos ciudadanos, cuando escuchan las propuestas de los candidatos y candidatas a diputados federales, dudan entre ponerse a reír, a llorar o a rezar; porque algunos mienten y ofrecen cosas que difícilmente podrán cumplir. Unas veces porque no están dentro de sus atribuciones y otras porque implementarlas requiere tal cantidad de millones, que no habrá presupuesto alguno que alcance para pagar lo que cuestan. Vales para el primer empleo y para medicinas gratis, incremento a los salarios sin primero aumentar la productividad; ampliación del seguro popular, becas al por mayor, vacunas para mascotas y hasta transporte público gratuito ofrecen algunos candidatos para entusiasmar a las masas; como si los autobuses los regalaran; los combustibles, llantas y refacciones no costaran y como si los choferes no cobraran. ¡Viva la demagogia tercermundista que padecemos!. Otros ofrecen pavimentación de calles, puentes, carreteras y servicios públicos a todas las colonias. Ninguna de tales propuestas puede llevarlas a cabo un legislador. Unas veces porque el presupuesto disponible es insuficiente y otras porque caen dentro de las atribuciones del poder ejecutivo; no del legislativo, cuya función es hacer leyes o modificarlas; no andar pavimentando calles, ni construyendo puentes. Y es que ningún presupuesto alcanza, ni alcanzará; cuando muchos mexicanos no pagan impuestos y una parte importante del presupuesto se lo roban los malos políticos. Tampoco alcanza, porque otra parte de los recursos se dilapidan, al mantener una excesiva y costosa burocracia, más numerosa de la que necesita la administración pública para funcionar eficientemente. Otra parte del presupuesto se dilapida en mantener partidos políticos parásitos, convertidos en vulgares agencias de colocaciones y en rentables negocios familiares. También se malbarata el erario público en pagar festivales y televisores que se regalan al por mayor, para ganar adeptos, votos y elecciones. También se gasta en comprar votos y en corromper a los rivales políticos. La parte del pueblo que poco entiende de economía, adormecida por la demagogia, cree todavía que los gobiernos regalan cosas, sin darse cuenta de que absolutamente todo lo que dicen darnos gratis, antes nos lo cobraron por adelantado vía impuestos, ya que del mismo cuero salen siempre todas las correas. Gran culpa del atraso que tenemos es también de aquéllos ciudadanos que por falta de dignidad y de vergüenza terminan cambiando su voto por dinero, despensas y sombrillas. La falta de cultura cívica que padecemos, ha sido causada por un sistema educativo perverso que lejos de fomentar la dignidad, el espíritu de superación, la autoestima y la responsabilidad de los estudiantes, para que lleguen a ser ciudadanos útiles; simplemente les transmite indolencia, pereza y desinterés a través de tanta suspensión de clases por cualquier tontería. Todo esto hace que triunfe la mediocridad sobre la excelencia, la pereza sobre el esfuerzo y el conformismo sobre el afán de superación. Pobre de México que cada año gasta cientos de miles de millones de pesos en la educación y buena parte del dinero se dilapida en sostener a miles de aviadores y comisionados parásitos que cobran sin dar clases; en funcionarios bribones que incrustan a su parentela en la nómina, en vándalos como los profesoresde la CENTE que en Oaxaca, Guerrero y Michoacán secuestran camiones, bloquean carreteras, hacen plantones, apedrean edificios públicos, queman oficinas y envalentonados con la impunidad de que gozan, atemorizan a la población con sus
desmanes. No dan clases, pero eso sí, exigen el pago puntual de sus quincenas completas, olvidando que para tener derecho a cobrarlas, primero deberían cumplir con sus obligaciones. Debemos convencernos de que para empezar a cambiar al país, tenemos que mejorar la educación. Esto no se logrará mientras se suspendan clases a cada rato, con cualquier pretexto. Si Usted que falta un día a su trabajo, no lo cobra y si falta frecuentemente lo despiden. En cambio, en el sector educativo todo se permite y los días hábiles que inútilmente se pierden, como el pasado jueves 14 de mayo, fecha en que muchas escuelas no tuvieron clases, de todas maneras lo cobran los profesores. ¿Cuánto le cuesta al país cada día perdido?. Si seguimos así, nunca alcanzaremos a Japón, a Francia, a Suiza o a España. Qué pena!. Conclusión: Si queremos salir adelante, debemos de ponernos inmediatamente dos metas: Primera: Mejorar el sistema educativo a como dé lugar. Segunda, acudir a votar. Hay quienes dicen que en algunos distritos los candidatos están para llorar, lo cual es cierto; porque los partidos nos los imponen de acuerdo a sus intereses, no a los de la ciudadanía. Incluso hay candidatos que al parecer ya se vendieron a los contrarios. En esos casos, habrá que ir a votar por los menos malos, para que no terminen ganando, ni gobernándonos los peores.
¿No les parece a Ustedes?. Que pasen un buen fin de semana.

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