Es un tema que se ha repetido hasta la saciedad durante los últimos años sobre la ineficacia e inoperante actividad del Órgano Superior de Fiscalización (Orfis), empresa oficial creada por el gobierno del licenciado Miguel Alemán con el propósito de evitar actos de corrupción y proteger la claridad para que las cuentas públicas de todas las áreas del gobierno fueran transparentes.

La finalidad de esta empresa estatal ha sido utilizada de manera muy diferente al designio de su establecimiento. Su génesis ha sido distorsionada.

Quedó demostrado que dicho organismo es solo un instrumento político del gobierno con un fin muy ajeno a la intención de auditar y revisar las cuentas donde se utilizan los dineros públicos.

Es una dependencia solo para ayudar a maquillar las cifras de los amigos y exagerar los números de los enemigos. Ayuntamientos que han desfalcado las tesorerías municipales y donde se aprueban las cuentas públicas sin ninguna observación.

El escándalo financiero de SAS y sus directores son exonerados y hasta premiados con nuevos cargos.

Pasa el tiempo y los servidores públicos denunciados por utilizar recursos públicos en actividades políticas no son castigados. Una total impunidad solapada por los directivos del Orfis, que solo atienden aquellas dependencias cuyos auditores no tienen el visto bueno y no cumplen con las cuotas preestablecidas.

El titular del Orfis, Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, continuará en dicho cargo hasta septiembre del 2019. Es decir, que va para largo el no castigo a los daños patrimoniales y con ello continuar con lo nebuloso de las cuentas públicas.

Todo puede cambiar y la duda debe ser servidora del sentido común.


Aprender a pensar

Del libro de Fernando Vázquez Rigada: “Escribo para disentir pero también para coincidir. Para convocar a la indignación. Para arengar la esperanza. Para negarnos admitir que este es el país que merecemos, o que resulta inútil imaginar un futuro diferente, o que es imposible disipar esta densa oscuridad.”

Eugenio Delacroix decía que: “ El más bello triunfo de un escritor es hacer pensar a los que son capaces de pensar.”

Escribir nos hace más humanos.


Fidel intentó cambiar a Pepe Yunes

Se reunieron en un restaurant de la ciudad de México el senador José Yunes y el exgobernador Fidel Herrera Beltrán a fin de solucionar el problema surgido con la gubernatura de dos años a los que se oponen los tres senadores veracruzanos.

El cuenqueño acostumbrado a convencer con su habilidad de encantador de serpientes, quiso que el peroteño cambiara de opinión y utilizó toda una serie de argumentos y promesas de que era lo más conveniente y que podían resultar ellos los más beneficiados.

Yunes Zorrilla fue contundente, y al responder le dijo que no se confundiera que no eran él, ni su compañero Héctor, ni tibios, ni timoratos, ni perdedores y mucho menos pendejos, que si llegaba uno de ellos a ser el gobernador le iban a revisar hasta las raíces de su administración. No hubo postre.