Quién puede
olvidar las comidas
con el
periodista Julio
Scherer García
en sus tiempos
de director del
periódico Excélsior
en su
restaurante favorito
en las calles
de Londres
en la Zona Rosa
de la ciudad de
México.
- ¿Qué v a s
a tomar.? preguntaba
solícito
el periodista más
des tacado de
aquellos años turbulentos de la presidencia de
Luis Echeverría.
-Un Vodka… Julio, para estar a tono con los
tiempos socialistas.
En cuanto llegaba el mesero él ordenaba: Nos
traes seis vodkas, con agua tónica.
-Así evitamos que nos estén interrumpiendo…
tú sabes como chingan. Sin quitar de su rostro
su sonrisa socarrona. Un carácter fuerte de su
peculiar personalidad.
Un imperecedero estilo moral y místico que
se desempeñaba en su papel del enquistado reportero.
El tema siempre era el mismo sobre mi trabajo
en el Heraldo de México. Me recriminaba que
laboraba con aquellos fascistas, así los calificaba.
-Me pagan por mi labor periodística, no por
mi ideología que tú conoces, es muy diferente.
La carcajada de siempre y doblaba la hoja.
Respetuoso del compañerismo reporteril que
imperaba en esa dorada época del periodismo
mexicano, donde las notas exclusivas eran la meta
del comunicador capitalino. Una feroz competencia
entre los dos periódicos que se disputaban
la mayor circulación.
Enemigo acérrimo de la prensa mentirosa y
mercenaria.
Con la salida de Julio Scherer y el manipulado
arribo de Regino Díaz Redondo se desplomó la
presencia del diario más inf luyente y con ello la
incisiva e independiente línea editorial.
El brutal cambio de la vida del reportero incorruptible
con la creación de su revista Proceso. Su
nueva tarea como incansable escritor de más de
dos decenas de libros. Las inolvidables portadas
del Hermano Incómodo y el Partenón de Durazo,
marcaron la nueva e histórica leyenda de los
medios impresos.
Su contribución a la libertad de expresión en
nuestro país quedó escrita con su característica
marca indeleble.
Una frontera caliente
No se pudo evitar el lacerante tema de la desaparición
de los 43 normalistas de Ayotzinapa
en la pasada reunión del presidente de los Estados
Unidos, Barack Obama y Enrique Peña
Nieto. No hubo química porque está consciente
el norteamericano que se trata de una bomba de
tiempo con el país que tiene la mayor frontera
en su zona sur.
Preocupante el involucramiento de las fuerzas
militares y policiacas en ese lamentable evento.
Figuras ciudadanas para diputados
La nueva obsesión política del exgobernador
Dante Delgado es adquirir una nueva presencia
nacional de su partido Movimiento Ciudadano.
No se descarta ni se encarta en ser candidato al
gobierno de Veracruz. Su peculiar estilo de evadir
sus aspiraciones personales se hizo presente en
la plática privada.
Sus candidatos a las diputaciones federales
serán una grata sorpresa con personas ajenas a
la militancia en partidos políticos.
Su preocupación en estas inminentes elecciones
es la alcaldía de Guadalajara, la segunda
ciudad más importante de la República Mexicana.
Ya la tiene en la bolsa.