El gobernador Javier Duarte de Ochoa tiene un poderoso argumento polÃtico para promover la gubernatura de dos años en el estado de Veracruz. Lo interesante es el mismo fundamento que en un principio señalaban los ahora opositores senadores priistas Héctor y José Yunes. Ambos legisladores afirmaban que su partido polÃtico tenÃa pocas posibilidades de ganar los próximos comicios estatales en el 2016 y estaban en lo cierto.
Si se realizara la elección de seis años el próximo año, lo más seguro es que el PRI mordiera el polvo ante una alianza del PAN y del PRD, además de la grave situación económica que confronta la entidad, aunado a una total falta de obra pública y el deplorable grado de aprobación en las encuestas realizadas donde el presidente Peña Nieto anda por los niveles del cuatro en popularidad y Duarte de Ochoa araña apuradamente el cinco. Si bien está mejor que el mandatario.
Con la minigubernatura no se permite que los partidos polÃticos puedan unirse con un solo abanderado. Se tenÃa confirmada la información que tanto los dirigentes nacionales del PAN y del PRD tenÃan planeada una alianza para el caso Veracruz. Era un acuerdo previamente pactado que también se tiene planeado para otras entidades.
En esta coalición se movÃan los nombres de alguno del clan de los Yunes Linares-Márquez. Si esto ocurriera, la situación del exgobernador Fidel Herrera Beltrán serÃa de alto riesgo judicial, aspecto que no escaparÃa del que fuera su secretario de Finanzas, Duarte de Ochoa.
La gubernatura de dos años permitirÃa recomponer la entidad y que el candidato priista tuvieran una mejor opción de continuar con la hegemonÃa priista de más de ocho décadas, una de las más largas en la historia de las entidades de la República Mexicana.
El gobernador Duarte de Ochoa posee el argumento polÃtico que ante una alianza se perderÃa el estado, lo que le permitió convencer tanto al presidente Enrique Peña Nieto, como al exgobernador Miguel Alemán, que se oponÃa a este acotado gobierno.
El actual gobernante veracruzano iniciará la reconciliación con los divididos grupos priistas, asà como un inminente acercamiento con los senadores José y Héctor Yunes. Etapa de pacificación y advenimiento ante los próximos comicios federales que de antemano serán muy complicados para mantener cierta mayorÃa del partido en el poder en el Congreso de la Unión.
El problema es que los candidatos propuestos por el PRI estatal son muy conocidos por sus malos antecedentes. Son los mismos rostros que contaminaron con sus espectaculares el paisaje veracruzano.
No existe ninguna cara nueva que despierte alguna perspectiva diferente, son los mismos, que no cumplieron con promesas de campaña y en algunos casos se trata hasta de perdedores o de traidores a sus anteriores partidos polÃticos.
Cómo se puede hablar de un voto duro cercano al millón de afiliados y repitan la misma camarilla, de allà la molestia de los propios priistas nuevamente relegados y quienes planean el voto de castigo.