No hay la menor duda que tanto en el PRI como en el PAN se esta cocinando una profunda división al acercarse los tiempos electorales donde se renovaría la gubernatura del estado de Veracruz.
Sólo se habla de estos dos partidos mayoritarios en virtud de que el PRD se ha incorporado al grupo de los institutos políticos minoritarios al igual que el Partido del Trabajo y Verde Ecologista.
Partido político de izquierda que ya no es tomado en cuenta para las candidaturas importantes, excepto para algunas coaliciones como simple tramite de sobrevivencia de estas organizaciones.
En el caso del PRI nacional se ha formalizado la integración de dos grupos inconfundibles, en el primero figuran el coordinador de la bancada priista Manlio Fabio Beltrones, junto con el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, el líder priista Cesar Camacho y algunos gobernadores de la zona norte y centro del país. En este segundo grupo donde figura como cabeza visible el secretario de Hacienda, Luis Videgaray es donde participan de manera activa los militantes veracruzanos que comanda el gobernador Javier Duarte de Ochoa.
En la ciudad de México se maneja de manera abierta que estos dos bandos del tricolor tienen su propio candidato a la gubernatura veracruzana, donde están definidos como aspirantes los dos senadores Héctor Yunes Landa y José Yunes Zorrilla.
Será a fines del próximo año que se tomará la decisión presidencial hacia que grupo de priistas se fortalecerá con miras al propio cambio del ejecutivo federal, considerada la entidad veracruzana como una reserva electoral.
Por el lado de Acción Nacional se siguen con las mismas pautas del tricolor, donde el líder nacional Gustavo Madero se confrontará nuevamente con el grupo de Felipe Calderón y sus senadores que coordina Ernesto Cordero en la decisión de la candidatura para gobernador del estado de Veracruz.
Donde la militancia local esta totalmente fraccionada. En este primer grupo de Madero Muñoz tienen una clara ventaja el acuerdo que tomen los Yunes Linares-Márquez en contra de la importante fracción de los azules de Julen Rementería y Juan Bueno Torio como cabezas visibles para suceder a Duarte de Ochoa.
Esta división de los dos partidos mayoritarios tendrá su repercusión en todos los aspectos de la vida económica , social y política del estado.
Él que no quita el dedo del renglón sobre los comicios estatales es el exgobernador Dante Delgado Rannauro, quien no se descarta con participar con algún importante político priísta como candidato de Movimiento Ciudadano.
Quiere repetir el experimento que realizara en el estado de Jalisco, donde el candidato Enrique Alfaro quedara en segundo lugar con una diferencia menor a los mil votos y que la sociedad jalisciense ha considerado como una gran fraude.
Se comprobó ante el Tribunal Electoral que hubo una “guerra sucia”, compra de votos y un despilfarro de recursos del PRI. Aún conserva la etiqueta de ilegitimo el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, no obstante que han pasado dos años.