No hay político veracruzano que se descarte por ser gobernador durante dos años. Disfrutar del “pinche poder” durante más de 700 días es un sueño que la gran mayoría anhela.
No obstante, la inocente declaración del senador Héctor Yunes Landa donde asegura que rehusaría esa brillante oportunidad de ser gobernador por tan corto tiempo, cuando su ideal es llegar a completar un sexenio, él sabe en el fondo que su partido político al que pertenece no la tiene en bandeja de plata para ganar las elecciones estatales, la muestra es palpable en cualquier tipo de encuesta o estudio de opinión que se realice sobre la intención del voto de los veracruzanos.
El PRI la pierde en Veracruz, se afirma de manera contundente en los círculos políticos del altiplano.
Según la historia, el mejor gobernador que ha tenido Veracruz fue el hombre leyenda, Fernando Gutiérrez Barrios y solo estuvo dos años.
Dante Delgado Rannauro estuvo solo cuatro y es hasta la fecha, el que más obra pública realizó, transformando el puerto de Veracruz. Construyó el Acuario y el Centro de Convenciones, trabajos que fueron cuestionados y utilizados como pretexto para un venganza política del presidente Ernesto Zedillo.
En el corto tiempo que estuvo gobernando Delgado Rannauro, se dio a la tarea de establecer dos diarios con recursos públicos.
La columnista Magda Zayas apunta que la propuesta de la reforma política del gobierno federal tiene como una de las principales vertientes una estrategia política y electoral para homologar la elección de los gobiernos estatales con la presidencial. Hasta el momento, la propuesta del gobernador Javier Duarte de Ochoa no contempla dicha homologación.
El diputado panista Julen Rementería del Puerto señala que con esta propuesta de emparejar los comicios en la entidad veracruzana, habría un gobernador de dos años, legisladores locales de dos años y alcaldes de un año.
La ventaja de este corto tiempo de ejercer el poder es que durante sus campañas electorales no podrán hacer ningún tipo de compromiso. Las promesas incumplidas a las que están acostumbrados los votantes no tendrían efecto.
Toda una experiencia para los presidentes municipales que solo podrán cobrar 24 quincenas. Estaría en chino hacer negocios, otorgando obras relámpago cuando los contratistas no podrán cobrar anticipos sino el pago sería con la inmediata conclusión de dichos trabajos.
Un cabildo que cuando empieza aprender cuáles son sus funciones, ya se terminó el plazo. No tendrán oportunidad de conocer sus mañas como tampoco sus posibles virtudes.
El primero y el último sería el año de Hidalgo.
Julen Rementería no desaprovechó la tribuna para referirse a los consejeros del Tribunal Electoral Veracruzano, ya que dijo que no solo se puede cambiar de nombre y seguir con la misma gente, porque los vicios y corruptelas seguirían.
Quedan pocos días para que Veracruz, al igual que los estados del resto del país, adecué la legislación electoral local a las reformas federales que exigen la homologación de las elecciones estatales con la presidencial.